«Mi reto no es ahora el número uno, sino jugar bien en Barcelona», manifestó Nadal en la tradicional rueda de prensa del balear en la primera jornada del Godó, al que en los últimos años ha acudido como campeón del abierto monegasco. Nadal recordó que, de hecho, está «más cerca del número tres -que ostenta el suizo Roger Federer- que del número uno mundial», y que lograr ser de nuevo el mejor, «depende de muchos factores», por lo que no hay que obsesionar con ello.
«Mi único objetivo es ir día a día y hacerlo lo mejor posible en cada entrenamiento, en cada partido. Ahora, empieza otro torneo especial para mí, porque juego en casa, y en el que espero hacerlo bien desde el primer día y seguir sumando».
En Montecarlo acabó con su racha de derrotas ante Djokovic, quien le había superado en los últimas siete finales que habían disputado, pero él ha preferido restar importancia a este hecho. «Es importante ganar a Novak, pero si te soy sincero, para mí es más importante ganar Montecarlo. Cuando todo acabe, lo que van a quedar son los títulos, las victorias, no contra quién las conseguiste», argumentó.
Dominio
A Nadal, le hace gracia quienes dicen que, con su triunfo del domingo, por fin ha acabado con la hegemonía del serbio, como el Real Madrid lo hizo el sábado con el Barcelona al dejar prácticamente sentenciada la Liga al ganar en el Camp Nou. «Djokovic no ha caído en primer ronda, acaba de perder una final y viene de ganar Australia y Miami. Está haciendo un año espectacular», ha recordado el manacorense, quien ha comparado esta situación con el equipo de Guardiola.
«El Barça ha sido el mejor equipo del mundo los últimos tres años, de eso no hay ninguna duda, y será muy difícil que otro equipo vuelva a repetir lo que ha hecho este. Pero el Madrid tiene un equipazo, como demostró el sábado, y si este año gana Liga y 'Champions' habrá sido mejor que él, porque el deporte normalmente es justo», indicó.
Esta semana, Rafael Nadal intentará reinar por séptima vez en Barcelona. Y hacerlo como campeón del Principado se ha convertido en una tradición. «Es cierto que afrontar el Godó habiendo ganado el torneo anterior, te da siempre un poquito más de tranquilidad y de confianza en ti, pero en ningún caso garantiza el éxito», matiza.
En las semifinales de la Copa Davis ante Estados Unidos que se disputarán en septiembre próximo prefiere no pensar: «Yo no tomo decisiones a cuatro o cinco meses vista. Veremos cómo llegamos y como va todo».
Tampoco en una medalla en los Juegos Olímpicos de Londres, «porque primero hay que llegar y, además, es un torneo que se juega en hierba al mejor de tres sets y con cualquier despiste te vas a casa», ha advertido.
Igualmente no se considera «nadie» para valorar las palabras del mítico extenista sueco Bjorn Borg, quien ya lo considera el mejor tenista de la historia.
«Cuando esto acabe, los especialistas serán los que decidirán en que lugar me colocan de la historia de este deporte», ha sentenciado el seis veces campeón de Roland Garros.
Jornada
El abierto barcelonés empezó marcado por las numerosas bajas, la última la del checo Radek Stepanek. Así, el principal reclamo de la jornada fue el canadiense Milos Raonic, que tuvo que emplearse a fondo para derrotar al colombiano Alejandro Falla (6-4 y 7-6). En cuanto a la participación española, Iñigo Cervantes y Javier Martí fueron eliminados por el serbio Filip Krajinovic (6-2 y 6-4) y el finlandés Jarkko Nieminen (6-4 y 6-1). Krajinovic será el rival de David Ferrer en la segunda ronda.
Otro duelo fratricida lo libraron los franceses Robert y Roger-Vasselin, con victoria (6-2 y 6-3) para este último, que se medirá a Nicolás Almagro. Fernando Verdasco, por su parte, se enfrentará con el belga Steve Darcis.
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