Toni Nadal posa para este periódico en las instalaciones del Club Tenis Manacor. | Pere Bota

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El curso se va apagando y Toni Nadal (Manacor, 21-2-1961) pone luz sobre las claves del brillante curso de Rafael Nadal. El maestro del número uno del mundo se confiesa «muy contento» de un año que ha permitido a su pupilo seguir ganando terreno a las leyendas del tenis.

—¿Cuál ha sido la clave de la temporada de Rafael Nadal?
—Su mentalidad. Ha sabido sobreponerse a los problemas y hacer cambios. Se suele destacar su capacidad mental, pero no hay que olvidar su gran calidad tenística y técnica. Su mérito es la determinación por hacer algo diferente que le permita seguir estando arriba.

—¿Los cambios en el juego son evolución o necesidad?
—Los cambios vienen por necesidad. De niño es muy agresivo y cuando pasa a la ATP empieza a correr más, se coloca dos metros atrás y tira pelotas arriba. Cuando ganas Roland Garros sigues igual, pero cuando aspiras a ganar Wimbledon vuelves a cambiar por necesidad.
—¿Le gusta más ahora?
—Es como el fútbol, me gusta de distintas maneras. Me gusta la capacidad de defensa, pero tenísticamente es mejor este juego. No me gusta correr más que el rival, me gusta que el rival corra más que tú.

—¿Cómo ha sido el cambio en la metodología de su trabajo?
—Ahora no se puede someter a tanto desgaste y se adapta al tema físico, pero también entiende mejor el juego. No necesita tanto trabajo para mantener el nivel. Necesita estar centrado, pero no le hacen falta 20 horas en la pista con repeticiones y sí un trabajo más específico.

—¿La respuesta física de este año le da garantías?
—Somos moderadamente optimistas. Nunca sabes donde estás. Tenemos la experiencia de 2009. Este año ha ido bien y la idea es seguir este camino, pero el calendario varía en función de los resultados.

—La formación de su carácter ha dado paso a un nuevo trabajo.
—En un primer momento decido la mayoría de cosas, pero después es él el que toma las decisiones. Es lógico y lo que he buscado toda la vida. Hemos trabajado exigiendo mucho para ir hacia la autoexigencia, que es lo que te hace mejorar.

—¿Entrenar menos lleva a su pupilo a tener más dudas?
—A veces le gustaría entrenar más, pero entiende que no es tan necesario. Hoy en día parece que uno no puede dudar nunca y tiene que vender la autoconfianza. La duda es buena. Solo los fanáticos no tienen dudas. Parece raro, pero es un hábito de respetar al rival y pensar que no eres tan bueno, que puedes perder ante cualquiera.

—¿Qué envidia Djokovic de Nadal y viceversa?
—Tiene el mejor revés y un gran timing. Da la sensación de que nunca va a fallar. Djokovic es muy bueno y tiene muchas cosas que me gustarían para Rafael. Por otro lado, creo que Rafael tiene un extra y puede aumentar la intensidad.

—¿Le ha hecho crecer la rivalidad con el serbio?
—Te exige más un gran rival, pero no sé si te hace crecer. Más bien te hace disminuir, porque a lo mejor Rafael ganaría más títulos si no se hubiera enfrentado a jugadores como Djokovic o Federer.

—¿Qué diferencia observa entre las rivalidades con Federer y Djokovic?
—La diferencia entre Federer y Rafael era de juego. Era la contraposición de estilos, mientras que con Djokovic es un choque entre luchadores de mucha calidad que están dispuestos a dejárselo todo.

—El ranking y el palmarés delatan una gran diferencia entre Nadal, Djokovic y el resto...
—Por resultados, pero a nivel de juego no es así. En la pista no veo una gran diferencia cuando jugamos con Ferrer, Murray, Del Potro, Berdych...

—¿Cómo cambia ser el número uno del mundo?
—Que cuando sales a la pista dicen que eres el número uno. No te cambia una barbaridad. Luchas por los torneos y miras el ranking de final de año. Este año hemos mirado el ranking desde que ganó el US Open. El número uno se convirtió en el objetivo porque nos hacía mucha ilusión. Era la confirmación de una gran temporada. Además, se había hablado de la posibilidad de recuperar el número uno tres años después, algo que creo que solo lo había logrado Muhammad Ali. Uno vive por los retos y el reto principal son los torneos, pero hay un momento que tienes que ir buscando nuevos.

—¿Cómo enfocan la defensa del número uno en 2014?
—No me planteo las cosas a largo plazo porque estoy muy contento con lo conseguido. No quiero amargarme pensando si en 2014 estaremos ahí. Trabajaremos de la mejor manera posible para seguir ganando títulos, pero no tengo una gran preocupación por si nos pasan.

—¿Cuál sería el reto de 2014?
—El primero sería ganar en Australia porque supondría lograr algo que solo hizo Rod Laver, que es ganar dos veces los cuatro grandes. Aprecio cada victoria por pequeña que sea, por lo que el reto principal es jugar lo mejor posible.

—Siempre sintió admiración por Borg y ahora su sobrino le supera en casi todo...
—Crecí viéndole jugar y me parecía un tipo fuera de lo común. Me parece una barbaridad que Rafael lo supere porque lo tenía un pedestal.

—Entonces ahora pondrá a Rafael Nadal en un pedestal...
—No lo pongo porque es de mi familia, aunque sé que ya es uno de los mejores de la historia. Todo lo que ha logrado tiene el mérito añadido de haberlo conseguido en un ámbito difícil para nosotros. Ser número uno y ganar todos los grandes es más difícil para un jugador que se formó en tierra. Rod Laver ganó los cuatro grandes jugando tres sobre hierba y uno sobre tierra. Federer igual, porque juega toda la temporada en su ámbito. En este aspecto Rafael tiene mucho mérito.

—¿Qué planes tienen para la Copa Davis?
—La idea es jugar cuando podamos. La primera eliminatoria es complicada porque llegas de Australia y tienes que ir a Alemania. Así como está Rafael físicamente se tiene que ir dosificando, ya veremos.

—¿Puede estirarle Moyà?
—Durante muchos años ha sido su mejor amigo en el circuito y por poco que pueda le apoyará. La elección de Carlos me parece excelente. Es una persona capacitada, inteligente y sin afán de protagonismo.

—¿Cómo vivió el caso de Nuria Llagostera? ¿Ha hablado con ella?
—No la he llamado porque no tengo su número. He vivido su caso con sorpresa, porque no es una manera de terminar su carrera. Estoy convencido de que no tenía ningún ánimo de doparse. A veces se exagera un poco porque, por ejemplo, un ‘Frenadol' da positivo.

—Puede caer en una paranoia...
—Sí, porque cualquiera te puede arruinar la vida en cualquier sitio.

—¿Le crispa la duda?
—No. Tenemos la conciencia tranquila. Si no le hicieran controles estaría igual de limpio. A Rafael le realizan muchos controles. Se tendrían que publicitar y decir quién pasa los controles y cuantos.