Han pasado doce meses desde que Federer y Nadal disputaron una de las mejores finales del Grand Slam de las últimas temporadas, y los dos aparecen de nuevo como grandes aspirantes a repetirla.
Esta vez con un aliciente añadido, porque el número uno del mundo está en juego. Y para garantizarse una semana más al frente, Nadal debe alcanzar los cuartos de final, mientras que Federer solo tendrá opciones de recuperar esa posición si gana el título y el mallorquín pierde antes de los cuartos.
Los dos llegan en posiciones diferentes, pues Nadal no compite oficialmente desde que perdió su primer partido en las ATP Finals en Londres contra el belga David Goffin, y Federer ha sumado ya su primer triunfo del año al ganar la Copa Hopman en Perth, para Suiza.
El mallorquín, ausente de la exhibición de Abu Dabi y del ATP de Brisbane para proteger su rodilla derecha, llega solo con la preparación del partido que perdió contra el francés Richard Gasquet en Kooyong, su intervención en el 'Tie Break Tens' y su victoria en un encuentro ante el austríaco Dominic Thiem, ya en la Margaret Court y con techo cerrado.
Federer hizo casi lo mismo el pasado año. Inició la temporada en Melbourne Park y ganó sus siete partidos para lograr el título por sexta vez. Un triunfo que relanzaría luego su temporada para obtener después su octavo Wimbledon y sumar su 20 Grand Slam, eso si, saltándose la temporada de tierra.
Este año, las ausencias e incorporaciones tras lesiones se han sumado de forma inusual. A la baja del británico Andy Murray (finalista en cinco ocasiones) operado de cadera y que no reaparecerá hasta la temporada de hierba, se ha unido la del japonés Kei Nishikori, apartado del circuito tras ser intervenido de desgarro de tendones en la muñeca derecha.
Por contra hay jugadores que reaparecen tras un largo descanso, como el serbio Novak Djokovic, que se ha pasado seis meses alejado de las pistas por una lesión crónica en el codo derecho, y que tras pasar por Kooyong ha decidido competir, a la búsqueda del que sería su séptimo título a las orillas de Yarra.
El suizo Stan Wawrinka, vencedor en 2014, operado de rodilla y con seis meses de inactividad también, y el canadiense Milos Raonic con problemas en su muñeca, han entrado además en el cuadro, pero con muchas dudas.
Doce meses después el panorama del circuito mundial ha cambiado radicalmente. Y si se echa un vistazo al actual 'top-ten' (a 13 de enero) se puede comprobar que seis jugadores han desaparecido de este grupo: Murray (era el 1 ahora es el 19), Djokovic (2 y ahora el 14), Raonic (3 y ahora el 23), Nishikori (5 y ahora el 24), Gael Monfills (7 y ahora el 39) y Tomas Berdych (10 y ahora el 20).
Solo han resistido Nadal (9 entonces y ahora el 1), Thiem (8 y ahora el 5), Cilic (entonces y ahora el 6) y Wawrinka (4 entonces y ahora el 9). Federer era el 17 y ahora solo tiene por delante a Nadal.
Otros cinco más, el búlgaro Grigor Dimitrov (tercero del mundo) y último ganador de las ATP Finals, el alemán Alexander Zverev (cuarto), el belga David Goffin (séptimo), el estadounidense Jack Sock (octavo) y el español Pablo Carreño, ganador en Kooyong (décimo)se han unido a este selecto grupo y pueden dar que hablar este año en Melbourne.
Un vistazo a los torneos previos de la 106 edición del Abierto de Australia deja las buenas sensaciones del argentino Juan Martín del Potro y del español Roberto Bautista en Sidney -donde este último batió al anterior en la final-, y sobre todo la irrupción del tenista de Tandil, que este lunes vuelve al 'top ten'.
Mientras que Nick Kyrgios, ganador en Brisbane, aspira a convertirse en el primer australiano en triunfar en Melbourne desde Mark Edmondson en 1976, y suceder a Lleyton Hewitt como el último 'aussie' (2005) en alcanzar la final, Alex de Miñaur, de padre uruguayo y madre española, entrenado por Hewitt, ha acaparado toda la atención en las semanas previas, por sus fenomenales actuaciones en Brisbane y Sidney.
En el cuadro femenino, la baja de Serena abre todas las expectativas. La rumana Simona Halep, ganadora en Shenzhen (China) es la primera favorita, pero no ha ganado todavía su primer grande y esa expectación parece agarrotarla en torneos de este tipo, como le pasó en la final de Roland Garros el pasado año contra la letona Jelena Ostapenko, y en la de 2014 contra la rusa Maria Sharapova.
También en este cuadro la lucha por el numero uno estará presente, con cinco jugadoras con oportunidades de desbancar a la jugadora de Constanza: la española Garbiñe Muguruza, la danesa Caroline Wozniacki, finalista en Auckland, la ucraniana Elina Svitolina, campeona en Brisbane, la checa Karolina Pliskova y Ostapenko.
Dependiendo de los resultados, Wozniacki y Svitolina necesitan llegar a las semifinales para lograrlo; Muguruza alcanzar el último partido, y Pliskova y Ostapenko hacerse con el título.
Muguruza, campeona de Roland Garros y Wimbledon, llega tras retirarse en Brisbane y Sidney por problemas en su adductor derecho, pero no parecen serios. La decisión de abandonar en ambos torneos se tomó más bien por prevención ante la llegada de un Grand Slam que todavía no ha ganado, y en el que su tope son los cuartos de final del año pasado ante la estadounidense Coco Vandeweghe.
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