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Rafael Nadal está un año más en la final de Roland Garros, donde buscará su duodécima Copa de los Mosqueteros tras superar a Roger Federer con gran autoridad (6-3, 6-4 y 6-2 en dos horas y 25 minutos). El mallorquín, que con este triunfo se asegura continuar en la segunda posición de la clasificación mundial, ha sacado a relucir su mejor versión para dejar sin opciones al suizo y ya aguarda a su rival, Dominic Thiem.

El defensor del título, que buscará su 18º grande en su 26ª final, ha ampliado su dominio en los duelos con el jugador de Basilea, que ha visto como se le escapaba la oportunidad de conseguir su primer triunfo ante el mallorquín sobre la tierra de París, un escenario en el que le ha superado en dos semifinales y en cuatro partidos por el título. Apenas ha tenido opción ante un Nadal muy solvente con su saque y que ha impuesto el juego que más le interesaba. Dominador del grueso de los puntos desde el fondo y exprimiendo los errores del suizo a la hora de asumir riesgos para evitar los intercambios largos, el mallorquín da continuidad a la progresión demostrada durante el torneo y alcanza el partido decisivo tras mostrar un juego óptimo.

Sin la presencia de la lluvia, pero con un fuerte viento formando remolinos en la Philippe Chatrier, Rafael Nadal y Roger Federer se han enzarzado en un gran primer juego que se ha prolongado durante algo más de ocho minutos. El mallorquín lo ha sacado adelante y a continuación ha conseguido el break. Ha consolidado la ruptura y se ha procurado una ventaja que le ha permitido gestionar el primer set con tranquilidad.

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Tal como era de esperar, Nadal ha procurado que el partido se plagara de intercambios mientras Federer ha atacado siempre que ha tenido una mínima opción. Sin embargo, los riesgos asumidos por el suizo le han hecho incurrir en múltiples errores. El mallorquín, paciente y buscandos sus oportunidades, ha sabido interpretar mejor cada momento e incluso responder tras el primer break del suizo en el quinto. Superior en los puntos desde el fondo, Nadal se ha llevado el primer set por 6-3 en 51 minutos.

Roger Federer ha tratado de alterar el devenir del encuentro en el inicio del segundo parcial, cuando ha comenzado llevándose su saque y rompiendo el del balear. Ha sido un espejismo, porque el mallorquín ha aplacado el intento de rebelión a continuación. Al suizo no le ha quedado otra que multiplicar sus subidas a la red y el uso de dejadas para intentar paliar el dominio de su rival, que se ha fabricado una ventaja decisiva con un break en el noveno juego. A continuación ha abrochado la segunda manga con un juego en blanco al saque que ha situado el 6-4.

Nadal sólo ha perdido dos de los 224 partidos en los que se ha colocado con dos sets a cero y, aunque ajeno a la estadística, Federer ya ha visto como un quimera darle la vuelta al marcador y más cuando el mallorquín ha conseguido la ruptura en el tercer juego. A partir de ahí ha sido cuestión de tiempo que llegara el desenlace con el balear levantando los puños. El mallorquín ha seguido a lo suyo mandando a lo que quería jugar para desesperación de Federer, que ha fruncido el ceño y prácticamente se ha entregado al sufrir una nueva ruptura en el quinto (4-1 y saque para el defensor del título). El número dos del mundo ha conseguido la consolidación del quiebre y Federer se ha resistido con su saque, pero el final ya estaba escrito. Nadal ha cerrado el set con su saque con 6-2 para clasificarse por duodécima vez para la final de Roland Garros.