Imagen de archivo de Rafael Nadal entrenando en 2019 en las pistas de hierba del Mallorca Country Club en Santa Ponça. | Efe

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Apenas una semana después de posar con la Copa de los Mosqueteros en París, Rafael Nadal se ha ejercitado este lunes en las pistas de hierba del Mallorca Country Club de Santa Ponça. Tras iniciar un nuevo tratamiento para minimizar su lesión crónica en el pie izquierdo, el ganador de 22 títulos de Grand Slam se pondrá a prueba en las instalaciones que albergarán el Mallorca Championships a partir del domingo 19 de junio antes de tomar una decisión sobre su presencia en Wimbledon, que alza el telón el 27 de este mismo mes.

Rafael Nadal calibrará a lo largo de los próximos días la eficacia de la nueva vía para tratar de competir al máximo nivel sin las dificultades que ha sufrido en el tramo más reciente del curso. El nuevo tratamiento con el que empezó el pasado martes consiste en una radiofrecuencia pulsada en los diferentes nervios involucrados en el área de la lesión que padece el tenista, que podría ejercitarse y jugar sin sensibilidad en la zona. El comunicado sobre el proceso para su regreso estipulaba «tres o cuatro días con actividad física normal de mantenimiento» y que «en función de la evolución del tratamiento y siempre que este sea positivo, retomaría los entrenamientos en pista». Este lunes comienza a dar los primeros pasos sobre un césped del que cuidan los mismos responsables del All England Club y que ya ha sido su centro de operaciones antes de viajar a Londres.

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A pesar de las dificultades con las que terminó su participación en Roland Garros, Rafael Nadal, que entrenará a puerta cerrada estos días en Santa Ponça, dejó claro en la capital francesa que no descartaba su presencia en Wimbledon, pero también insistió en que todo dependería de la respuesta de su pie. En París se sometió a infiltraciones periódicas que advirtió que no podían sostenerse en el tiempo y se mostró positivo ante esta nueva experiencia. No obstante, siempre ha abogado por la cautela sobre los pasos a seguir fijando metas a corto plazo. Día a día es como encara esta transición a la superficie verde que también resulta compleja para otras articulaciones.

Nadal no compite en la temporada de hierba desde 2019, ya que en 2020 se canceló Wimbledon por culpa del coronavirus y el año pasado se vio obligado a renunciar por los problemas físicos que sufrió en París. Aquellas dificultades en el pie izquierdo prácticamente le dejaron en blanco lo que restaba de temporada y ahora tanto él como su equipo médico confían en que el tratamiento resulte efectivo para jugar en Londres. Después de haber conquistado los dos primeros grandes del curso, el tercero está a la vuelta a la esquina y el de Manacor, sin asumir más riesgos de los necesario, hará todo lo que esté en su mano para regresar al All England Club, donde ya ha levantado dos títulos (2008 y 2010) y disputado otras tres finales.

El plan de sus anteriores participaciones en Wimbledon no contaba con ningún torneo previo a la gran cita y sí incluía una serie de exhibiciones para acelerar su puesto a punto. Siempre concede mucho valor a los entrenamientos en los días previos al inicio de la competición ante los jugadores que después competirán en el torneo y este año lo cierto es que también se encontrará con grandes estrellas del circuito que ya han confirmado su participación en el Mallorca Championships. Precisamente el defensor del título y nuevo número uno del mundo, Daniil Medvedev, es uno de los grandes reclamos de un cartel en el que también sobresalen jugadores como el polaco Hubert Hurkacz, 13 del ránking, o Denis Shapovalov y los españoles Roberto Bautista y Pablo Carreño.