Es verdad que las sensaciones de Sinner estaban siendo mejores que las de Rune. De hecho, el danés perdió contra Djokovic y jugó solo 17 minutos ante Tsitsipas. Pero era Rune el que llegaba al duelo como líder de enfrentamientos entre ellos (2-0). Se tomó la venganza Sinner en su casa, ante su gente, y barrió a Rune en el primer set, aunque luego sufrió para obtener la victoria antes de disfrutar del calor de su público, que le venera. El primer envite fue otro aviso del italiano a navegantes en Turín, por su la victoria ante Djokovic no hubiera sido suficiente. Un 6-2 en 40 minutos, con dos 'breaks' en los dos primeros servicios de su rival con los que se colocó 4-0, dejando claro así que los rumores sobre un posible 'biscotto' entre ambos eran solo eso, rumores. No ganar para evitar a Djokovic en el futuro no entraba en su mente. Salió con todo y sorprendió a un Rune que, superado por todos los costados, errático en la red, solo pudo maquillar el resultado amarrando dos servicios.
El segundo set fue otro cuento. Rune despertó y subió el nivel aprovechando que el impulso desorbitado inicial de Sinner parecía ya cosa del pasado. Mantuvo sus saques, aunque con molestias en su pierna derecha que le obligaron a pedir asistencia médica, y tuvo en su mano un 'break' cuando iba 2-1 arriba. En el siguiente juego, con empate a dos, Sinner gozó también de otra oportunidad de rotura que desaprovechó y que mantuvo abierto el envite y a Sinner acusando molestias en la parte baja de su espalda. Pero no tardó el danés en hacerse dueño y señor de la situación. Se creció, confió en su juego, domó a Sinner y se enfrentó al público justo antes de quebrar el saque del italiano en el momento clave para empatar la contienda. Apoyado en su gran saque, pasó de estar sentenciado en el primer set a estar mejor colocado para la victoria. En cuestión de minutos.
Quedaba un tercer set que nada tenía ya que ver con lo sucedido hasta el momento. Todo abierto, todo igualado. El empate a dos juegos en el tercer set activó a Sinner y al público. Levantó el puño el italiano. Con 4-4 se puso 0-30 gracias a la red, que descolocó el golpe de Rune, cada vez más nervioso que volvió a errar y dio tres bolas de rotura al italiano. A la tercera selló el 'break' con un gran punto en la red que puso el 5-4. Otra vez el puño arriba. Sirvió para el saque la estrella italiana. Sufrió, como en el segundo y lo que duró el tercero, pero aplacó la reacción danesa tras dos horas y media de batalla, firmó el pleno, apeó a Rune y ayudó a 'Nole' a estar en semifinales.
Ya se conoce, por tanto, el nombre de tres de los cuatro finalistas del torneo, pues el ruso Daniil Medvedev está también clasificado. El cuarto se conocerá este viernes al finalizar la jornada en la que el germano Alexander Zverev, que juega contra el ruso Andrey Rublev, y el español Carlos Alcaraz, que se enfrenta a Medvedev, parten como principales candidatos a hacerse con ese puesto. Alcaraz estará en la penúltima ronda si vence al ruso. En caso de perder también pasaría si Rublev vence a Zverev.
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