Andrés Heredia, con el rostro tapado, al inicio del juicio por el atropello mortal en es Rafal. | Alejandro Sepúlveda
Andrés Heredia, el hombre que conducía el vehículo robado que arrolló a Guillem Calvó en la calle Aragón afirmó ayer en el juicio que iba completamente drogado: «Sé que iba dando trompazos, pero no me acuerdo de nada». La Fiscalía pide cuatro años y cinco meses de cárcel para el hombre por un delito de conducción temeraria, otro de robo de uso de vehículo y un tercero por conducir sin carné. Su defensa, admite los hechos, pero pide que se le aplique el eximente de toxifrenia y que, por lo tanto, sea absuelto.
En su declaración, Heredia reconoció el robo del coche junto a su compañero: «Lo cogimos para ir a Son Banya a drogarnos». Afirmó además que esa mañana había consumido cocaína, heroína y alcohol. Como consecuencia, según dijo, sólo recuerda que huían de la Policía Local y no el atropello mortal del joven que ese día, de abril de 2009, cumplía 18 años. El acusado sostiene que ya en el poblado de Son Banya, otro drogadicto le contó lo que había ocurrido y que, en ese momento, se entregó a la Policía Nacional. Su compañero en el robo del coche, que estuvo al igual que Heredia todo el juicio esposado, ratificó en parte esta versión, ya que indicó que pidió a Heredia varias veces que parase en su huida, pero que éste «no reaccionaba, no daba de sí».
En contra de esta versión, dos agentes de la Policía Local declararon que una persona a la que interrogaron en Son Banya les contó que dos horas después de los hechos, Heredia le dijo: «Creo que me he cargado a alguien». El principal acusado también afirmó que es adicto a las drogas desde que tenía nueve años de edad, hecho éste ratificado por uno de los peritos que declaró en el juicio.
Varios testigos corroboraron la secuencia de los hechos. Los dos acusados robaron un Golf y fueron sorprendidos por dos agentes de la Policía Local cuando hacían el puente. Éstos no pudieron evitar que arrancasen y, de hecho, uno de ellos tuvo que apartarse para no ser arrollado, aunque rompió una de las lunas del automóvil. El coche salió dando tumbos y primero colisionó con un Renault, luego dio un trompo y topó con un semáforo, otro coche y, tras un segundo trompo, se subió a la acera por la que pasaba Guillem Calvó, que falleció en el acto. El coche huyó y terminó colisionando con una furgoneta. Sus dos ocupantes terminaron su huida a pie.
Familiares y amigos del joven fallecido abarrotaron ayer la sala en la que se celebró el juicio, en los juzgados de Via Alemania. El caso provocó una gran movilización social. De hecho, antes de comenzar la sesión, el abogado de la acusación, Antoni Tugores, particular entregó a la magistrada miles de firmas recogidas en apoyo a la familia del menor. El letrado solicita una condena de cinco años y medio de cárcel, un año más que la Fiscalía y pide una indemnización de 172.000 euros para la familia. El Consorcio de Compensación de Seguros ha consignado ya 108.000 euros. El juicio quedó pendiente de los informes de las distintas partes que tendrán lugar el día 18 de enero.
El compañero de Heredia ha pactado con la Fiscalía una condena de 90 días de trabajos en beneficio de la comunidad por el hurto del vehículo.
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