El 1 de mayo de 1893 salía a la calle el primer número de La Última Hora. En un salto en el tiempo y de género, el 1 de mayo de 2018 se estrena 125 años de historias, el paso de Ultima Hora a la gran pantalla. Del papel de periódico al Cine Augusta, en todo un ejercicio de condensación que ha convertido 125 años de noticias e historias propias en sesenta minutos con esencia cinematográfica.
Sin embargo, este documental producido por Nova Televisió no es una narración histórica sin más, aséptica y alejada por el paso del tiempo. Durante la ?cocción? del guión se han añadido al periodismo ingredientes tales como la intriga y la emoción. «Lo mejor del documental es que lo vas creando a medida que lo ruedas. La idea es que tenga ritmo, tensión, que sea divertido, interesante y que, además, el espectador se lleve una idea general», dice Saúl Benejama que, junto a Pilar Lillo, ha dirigido el documental.
Como señala Lillo, «es un documental divulgativo. Es serio y riguroso, pero lo hemos combinado con el entretenimiento. Es decir, incluyendo esa salseta que es el espíritu de Ultima Hora, pero sin dejar de lado la información ni la rigurosidad».
Ha supuesto todo un desafío. Lillo, además, es la responsable del guión, que para armarlo ha tenido que hacer una profunda labor de investigación en hemerotecas y entrevistas con los protagonistas. Porque, por una vez, los periodistas y todos aquellos que cada día elaboran un periódico, escondidos tras la grabadora, la pantalla del ordenador o la planta impresora, se han colocado delante de la cámara y han contado su propia versión de la historia.
«Mostrar tantos años era un problema gráfico», dice Ricard Peitx, realizador del documental. Él ha sido el responsable de traducir en imágenes el guión. Los testimonios de los primeros años del periódico se consiguieron hablando con historiadores, «para conocer el contexto, tanto en los puntos clave históricos como desde el punto de vista informativo», señaló Peitx.
La música y el sonido
El compositor Tolo Prats ha creado una banda sonora que mezcla música orquestal con la electrónica más actual. «En algunas piezas he construido la sección rítmica con sonidos propios de un periódico: máquinas de escribir, papel, máquinas de impresión, carros de la rotativa...», cuenta Prats. Una banda sonora es capaz de impregnar, aún más, de emoción o tensión a la escena. Miquel Llinàs es el responsable de sonido, que añade en postproducción: suyos son el ruido de las teclas, la cerilla que enciende el puro de Pere Serra, los pasos o el disparo franquista en la redacción.
Dirección de arte
Alejandro Clavo es el responsable de recrear, en las escenas del documental, la atmósfera de cada época a través de la larga existencia del periódico, ya sea con la decoración, rescatando objetos antiguos e incluso creándolos, como hizo con el primer ejemplar de La Última Hora: «Para dar veracidad, se imprimió el número 1 escogiendo un papel ni demasiado blanco ni brillante», tal como eran entonces. En sus manos está la credibilidad del viaje en el tiempo desde 1893 hasta la década de los años 70, cuando Pere A. Serra compró el diario.
Sebastià Serra, profesor de Historia de la UIB, y el historiador Arnau Company ofrecen una explicación de cómo era la Mallorca de finales del siglo XIX. Margalida Tous, nieta de Josep Tous i Ferrer, ha sido la responsable de trasladar los recuerdos de su familia, ligada a los primeros ochenta años de este periódico.
Fotos, ilustraciones y periódicos antiguos son la materia prima con la que contaba el equipo para 125 años de historias. ¿Cómo se convierte todo ese material estático en narración en movimiento? Además de las entrevistas, se incluyen las ficciones, que reviven a personajes ya fallecidos.
El paso del tiempo tampoco ha perdonado a Palma, una ciudad casi irreconocible 125 años después del primer número de La Última Hora. Se han transformado «incluso las esfinges del Passeig del Born», que sufrieron los estragos de la censura por su voluptuosidad, recuerda Peitx. Para viajar al pasado sin anacronismos, Alejandro Clavo, director artístico de los actos del 125 Aniversario de Ultima Hora, sustituyó la ya desaparecida librería donde nació La Última Hora, en plena plaza de Cort, por El Bazar de los Libros. En el asalto de los falangistas a la redacción «tuvimos la suerte de contar con Can Marqués». Es Born fue el escenario de la ficción de los años 50, cuando los niños vendían el diario en la calle, aunque «los planos tuvieron que ser muy cerrados», recuerda Clavo. Ese ?espíritu del Túnel? de los años 70 del restaurante El Túnel se recrea en los interiores en Es Molí des Comte. Para encarnar a Pere A. Serra, Mateo Zanoguera, director de proyectos audiovisuales de Nova Televisió, se colocó las auténticas gafas (graduadas) del editor, se puso bigote y fumó puros sin parar para dar más credibilidad al personaje. Aunque este ?actor por un día? ni fuma ni tiene problemas de visión.
Los escenarios perdidos
Muchos de los enclaves originales han desaparecido con el paso del tiempo o han cambiado, caso del restaurante El Túnel. La redacción original de 1893, situada en la plaza de Cort, se cambió por la librería El Bazar de los Libros y la desaparición del Teatro Lírico en la plaza de la Reina se suple con planos cortos.
Joan Bibiloni, Frederic Bibiloni, Mateo Zanoguera...
Los actores seleccionados han tenido que encarnar a personajes reales. Así, hubo que buscar cierto parecido físico, que se perfiló con vestimentas y postizos. El actor Frederic Bibiloni encarna a Josep Tous i Ferrer, el fundador de La Última Hora, que con ropas, barba y mostachos consigue trasladar su look a 1893. Cuando la narración se traslada a 1936, Joan Bibiloni, padre en la vida real de Frederic, encarna a Josep Tous ya anciano. Y Frederic interpreta un nuevo papel: el del hijo, Josep Tous Lladó. En la redacción de La Última Hora de 1936 hay dos redactores que asisten a la irrupción franquista de los actores Biel Socies y Francisco Comas: son los periodistas Manuel Aguilera y Guillermo Esteban, redactor de Sucesos. Ya en la década de los 70, Mateo Zanoguera encarna a Pere A. Serra, con gafas y puro para dar más veracidad.
En décadas más contemporáneas se cuenta con imágenes de Super 8 y de vídeo. Pero no hay mejor materia prima que las entrevistas con el ?reparto? que ha vivido la redacción y los entresijos del diario: periodistas, fotógrafos, directores, linotipistas y el propio Pere A. Serra, testigo y protagonista de la segunda etapa de esta publicación.
Durante el rodaje se han entrevistado a más de treinta personas con una duración de cada charla de 40 minutos. El reto, una heroicidad, fue rebajar esas veinte horas de entrevistas y condensarlas en 60 minutos de documental, compartiendo metraje con ficciones e informaciones. En la mesa de montaje se han quedado horas de recuerdos y anécdotas.
Ante las cámaras de 125 años de historias han pasado Miquel Soler, testigo del ambiente de ?famoseo? de los años 50 y 60, el fotógrafo Tomàs Monserrat, el antiguo jefe de la sección de Sucesos, Pep Matas, «que merece un spin off por las aventuras que cuenta», dice Benejama; el abogado Rafael Perera, o el periodista Joan Martorell, que recuerda el ambiente de la redacción en los 70; Joan Torres, Javier Jiménez, Pedro Comas, Pedro Prieto o Carmen Serra.
Como dice Miquel Serra, director de Ultima Hora, «el hilo conductor de estos 125 años ha sido siempre la salseta». Un ingrediente que, según Lillo, «se ha extendido a través de las crónicas, los personajes curiosos y los sucesos». La redacción de este periódico, como otros, es un ecosistema propio en el que la información y la tensión se mezclan con la emoción de la noticia. Esa materia prima se paladea en 125 años de historias: la historia de este diario y quienes lo hacen cada día.