En 2023, a la par que iba consolidándose la recuperación económica iniciada un año antes, también fueron avanzando y evidenciándose más que nunca algunas de las carencias y problemas estructurales que sufrimos en estas islas.
La relativa calma o bonanza económica en la que a nivel general nos embarcamos no ha sido óbice para que hayamos contemplado y, a la vez, experimentado en carne propia que: falta mano de obra en todos los sectores; hay una escasez de vivienda galopante y asfixiante; la alta demanda de movilidad tanto de turistas como de residentes no casa para nada con unas infraestructuras, conexiones y servicios que se revelan completamente insuficientes; a todos los niveles es urgente que hagamos un uso más racional de nuestros recursos, especialmente del agua.
Por tanto, cada dato económico que en principio tendría que haber sido positivo, como el de la llegada incesante de turistas o la subida del gasto de éstos, ha sido en gran manera analizado y matizado por una suerte de balanza que intenta contrarrestar los efectos de ese pretendido auge. Se trata de un ejercicio necesario, en el que no queda más remedio que hacer proyecciones a futuro y establecer hipótesis condicionales: si seguimos así… ¿cómo acabará todo esto en temas tan vitales como el de ocupación, vivienda, movilidad o recursos naturales? Desde luego, hay infinitas respuestas, si bien prácticamente todas exponen la necesidad de que haya algún cambio, que no tiene que ser obligatoriamente drástico, sino que nos haga tomar otro sendero en el que alejemos ese más que razonable temor de comprometer en demasía nuestro futuro.
De hecho, es difícil encontrar a alguien que diga que las cosas van muy bien y que irán a mejor. Nadie se satisface ante una avalancha incontrolada de demanda, en la que no hay mesura en el servicio ofrecido y que provoca que los intereses y necesidades de la población (residente, flotante y fluctuante) se vean constreñidos y limitados debido precisamente al encarecimiento y a la saturación inherentes y consecuentes a esa altísima demanda. Además, para encontrar una consonancia efectiva entre precio, calidad, productividad, a la par que un óptimo y racional margen de beneficios, es preferible seguir una constante y no trabajar movidos por oleadas.
Existe la necesidad, en cualquiera de los sectores, de dejar de lado un presente en el que ha predominado durante demasiados años, décadas ya, el consabido pan para hoy. Ya no puede ser, todos vemos como es imperativo buscar el equilibrio, por ello conceptos como el de circularidad y sostenibilidad tienen en la actualidad tanto predicamento, seguramente debido a que en su esencia está el nivelar y ajustar los excesos presentes y del pasado.
Es por ello que hacer un resumen excelso y laudatorio de un año de récords que ya nadie persigue, se me antoja un tanto inútil, además de inconveniente. En todo caso no podemos dejar de anotar que nuestros mercados referentes, alemán e inglés, no perdieron comba y siguieron tirando con bastante fuerza, tanta que incluso tuvimos un final de temporada explosivo en el que se podría haber aprovechado para alargar mucho más la temporada. Tal vez este alargamiento es precisamente una de las líneas a seguir en un anhelado nuevo esquema general de la economía isleña, cuanto más dure la temporada seguramente más equilibraremos la afluencia de turistas en el cómputo anual, suavizando la masificación en verano y la escasez en invierno. Es posible hacerlo, ya no dependemos de unos touroperadores tradicionales que en el pasado lo montaban todo a su gusto, ahora la multiplicidad de actores en todo el entramado turístico-empresarial es enorme, hay más motivaciones, más intereses en juego, el terreno es de cada vez más competitivo.
De momento, todo apunta a que el 2024 será muy parecido al año anterior, por tanto, el juego de contrapesos y contrarrestar cifras y porcentajes de todo tipo seguirá exponiéndose y dando de qué hablar. Bienvenidos sean, pues, estos datos, siempre que de su estudio se obtenga clarividencia para afrontar un rumbo firme, sólido y con proyección futura.l