Los participantes de la categoría Connect'Up Start y Youth iniciaron ayer su programa formativo con un módulo bajo el título: Desarrollo de una actitud emprendedora. Esta jornada estuvo a cargo del doctor en Educación Emprendedora, César Llorente.
Este módulo representa el primer paso de un extenso programa de formación que abarca una amplia gama de talleres, actividades, conferencias y reuniones específicas para cada categoría de emprendedores participantes. El Dr. Llorente, CEO en Motivapedia es profesor asociado a la UIB y la UOC, además de ser miembro del Laboratorio de Emprendimiento e Innovación Social de la UIB (LEIS). Llorente explica a lo largo de esta entrevistas qué supone ser emprendedor.
—¿Qué es exactamente una actitud emprendedora y por qué es importante?
—La actitud emprendedora es el principal factor que influye en la intención de emprender, así lo dice (Ajzen, 1991) en su Teoría del Comportamiento Planeado. La actitud, es decir, la predisposición a actuar, es uno de los dos factores determinantes a la hora de emprender. El otro, la autoeficacia (Bandura, 1986) implica tener los recursos materiales, intelectuales, así como los conocimientos y habilidades necesarios. Ahora bien, entre la intención de emprender y llevarla definitivamente a cabo, hay una serie de elementos externos que intervienen: No es lo mismo emprender en un país que en otro, en un entorno que otro, con unas oportunidades u otras. Pero el principal factor es tener una buena actitud, una buena predisposición hacia el emprendimiento. Es ésta el mejor indicador de que alguna vez es posible que sea una persona emprendedora, más allá que cualquier factor externo como las subvenciones. De ahí la importancia de reforzar y trabajar las actitudes.
—¿Cómo se puede cultivar o trabajar la actitud emprendedora?
—Si la actitud es determinante para emprender, entonces el principal elemento a trabajar con una persona emprendedora será porque una persona tiene una determinada actitud. Además, de todos los factores que tienen que ver con el carácter (personalidad, factores contextuales, culturales) que son elementos que difícilmente podemos trabajar en sala. Donde podemos incidir con más facilidad es dotando a la persona de experiencias positivas sobre el emprendimiento que le ayuden a cambiar su actitud frente a estos temas. Ahora bien, tiene sus límites.Si las primeras experiencias que la persona tiene sobre el emprendimiento son negativas, seguramente marcarán muy mucho su predisposición hacia este tema. De ahí que haga falta revisar qué se explica sobre qué es emprender en las etapas tempranas. Si a los niños y niñas les explicamos que emprender es solo crear un negocio, y no le hacemos ver todo el abanico de posibilidades como son el emprendimiento científico o artístico, estaremos dejando fuera a un amplio sector de la población que no se verá representado y que verá en el emprendimiento una fuente única de dinero.
—¿Qué papel juega en la gestión del tiempo y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal a la hora de emprender?
—Si nos fijamos en nuestro alrededor, la mayoría de los trabajos más antiguos están hiperritualizados: un médico, un policía o un juez, lo primero que hacen al llegar al trabajo es ponerse una bata o un uniforme, que es lo que marca el paso de la vida personal a la vida profesional. Cuando esto sucede en todas las culturas desde tiempos inmemoriales, seguramente es porque los humanos necesitamos de rituales de entrada y de salida que marque la diferencia entre el trabajo y la vida profesional. En ausencia de estos rituales no hay límites entre la vida personal y laboral y esto nos llevará a complicarnos la existencia como emprendedores. Así, puede ser fácil en las primeras etapas de emprendimiento observar como algunas personas no desconectan el tiempo personal del tiempo profesional. De ahí, la importancia, por ejemplo, de los espacios de coworking, que entre otras cosas ayudan a contextualizar el momento del trabajo en un espacio determinado, informando a la propia persona y a su entorno de cuándo esa persona está disponible y cuando no está disponible, cuando está trabajando y cuando no está trabajando.
—¿Cuáles son las estrategias específicas que los emprendedores pueden usar para superar el miedo al fracaso y la aversión al riesgo?
—Como comentaba anteriormente, el aprendizaje tiene que ver mucho con las experiencias. En esto el poder de las experiencias negativas es ampliamente más relevante que el de las experiencias positivas. Me explicaré, seguramente las personas que estén leyendo este artículo conocerán esa estadística que dice que cuando un cliente está satisfecho se lo dice muy pocas otras personas, mientras que cuando un cliente está insatisfecho se lo dice a muchas más. Esto es así, porque nuestro cerebro está programado evolutivamente para que solo necesite ver una vez un león para saber que cuando vea un león tiene que correr. Por lo que eso que nos servía en la selva ahora no nos sirve y eso hace de las experiencias negativas sean mucho más cruciales que las experiencias positivas. De ahí, que para trabajar el miedo al fracaso y la aversión al riesgo debamos dotar a la futura persona emprendedora de un gran número de experiencias positivas, para ayudarles en su transición a emprender.
—¿Cómo influye la capacidad de adaptación en el éxito y cómo se puede fortalecer esta habilidad?
—En un entorno cambiante como el nuestro en el que los sucesos políticos, económicos y tecnológicos se suceden de forma casi exponencial, la capacidad de adaptación es clave no solo para las personas emprendedoras, sino también para la población en general. El hecho de emprender pone aún más de relieve esta necesidad de adaptación. Sin esta habilidad es muy difícil que una persona emprendedora o un proyecto emprendedor sobreviva en este entorno en donde la presión es máxima. La forma que nosotros sugerimos para poder ayudar a una persona a adaptarse a los cambios es ayudándoles a reflexionar sobre cuáles son sus objetivos principales, personales y profesionales. Lo relevante no es lo que haces, sino para qué lo haces. Centrarte cuando debas tomar decisiones en el fin último de lo que estás haciendo, no en lo accesorio. Es la estrategia, no solo la táctica.
—La perseverancia es fundamental en el mundo emprendedor. ¿Qué técnicas o enfoques sugiere para mantener la motivación y la determinación durante los momentos difíciles?
—Efectivamente en general las personas cuando empiezan a emprender buscan de forma desesperada proyectos que sean viables, entendiendo por viables aquellos modelos de negocio que ya estén operativos, pocos son los que apuestan por crear ideas de negocio a partir de sus motivaciones (lo que les gusta) y de sus talentos (lo que conocen bien y saben hacer). Por resumir, diría que abandonamos nuestros sueños porque no sabemos cómo hacerlos realidad, y desaprovechamos un momento, que es el emprendimiento precisamente para convertir nuestras pasiones y donde nosotros aportamos valor para construir un proyecto profesional, viable y feliz. La pregunta que te deberías hacerte es ¿por qué renuncias a tus sueños, porque no sabes como hacerlos realidad? Que yo no sepa cómo ganarme la vida con algo no quiere decir que no me pueda ganar la vida con ello. A esto, como hacer dinero son una idea (cualquiera) en educación emprendedora le llamamos modelos de negocio, que es como viabilizar económicamente una idea de negocio. Las ideas de negocio, dado que no generan dinero por sí mismas, solo tienen una única finalidad que no es otra que mantener la motivación de la persona emprendedora alta para que cuando vengan maldades, que vendrán, sepa por lo que está luchando. Piénsalo: Hay miles de panaderías, ¿por qué algunas funcionan y otras no? ¿Puedes tú montar una panadería? Claro que sí. Pero, ¿es lo que tienes que hacer? ¿Es eso lo que te gusta? Piensa que las panaderías que funcionan son las que han sido construidas por aquellas personas a las que les gusta hacer pan, les hace ilusión hacer pan y además aportan valor haciéndolo.
Si el pan no es lo tuyo no construyas una panadería porque creas que eso se puede darte dinero. Piensa que es lo que a ti te gusta, y construye una idea de negocio a partir de ahí. ¿Puedes hacer una página web? Sí, claro que sí, todos podemos hacer de todo. Pero, ¿es ahí donde tú aportas valor? El objetivo de una persona emprendedora no es decir que ha hecho él o ella las cosas, sino que movilizar el entorno para construir proyectos, buscando las mejores piezas con el ajedrez que seas capaz de conocer. Para eso tienes que conocer a muchas personas, y esta es mi misión en Connectup, ayudar a conectar las diferentes personas y los diferentes proyectos a partir de las pasiones y aportación de valor individual para facilitar la consecución de proyectos de éxito.