Al sumergirse en el universo de Connect’Up, es imposible obviar la importancia de las diversas personalidades que convergen para hacer de esta experiencia algo verdaderamente único y excepcional. Entre estas destacan de manera fundamental los coordinadores, cuya labor se revela como indispensable para el éxito continuado de este concurso, el cual repercute positivamente en numerosos emprendedores.
En esta nueva edición, Tona Pou y Marvin Singhateh asumen una vez más el papel de coordinadores, aportando su vasta experiencia y dedicación, elementos cruciales para mantener a Connect’Up en la cima del panorama emprendedor balear.
—En estos cuatro años como coordinadores y con una pandemia, ¿cuáles han sido los principales desafíos?
—Marvin Singhateh: Los primeros dos años, marcados por la pandemia, nos vimos obligados a implementar un sistema dual debido a las medidas de seguridad. El desafío fue llevar a cabo clases virtuales, con presencia mínima y lograr que esta modalidad fuera bien recibida. Antes de la pandemia, Connect’Up contaba con un formato diferente donde se organizaban, por ejemplo, eventos de networking, tuvimos que adaptarnos completamente a las circunstancias para continuar con el programa.
—Tona Pou: Para mí, el mayor desafío fue el cambio en el ecosistema emprendedor y de startups después de la pandemia. Ya que antes de la crisis sanitaria, este ecosistema era completamente distinto.
—¿Cómo ha contribuido Connect’Up al desarrollo de la comunidad local?
—M. Singhateh: Connect’Up actúa como un agente que proporciona herramientas a emprendedores en fases críticas, donde necesitan ayuda pero no saben dónde encontrarlas. En Connect’Up, hallan una amplia variedad de recursos en un solo programa: formación, networking y mentorización. Los emprendedores se sienten respaldados desde el principio y con acceso a numerosos recursos.
—T. Pou: Muchos de ellos han participado en programas de emprendimiento, pero en Connect’Up descubren un programa integral que aborda muchos factores necesarios para su desarrollo. No hay que olvidar que Connect’Up es un concurso que ofrece un incentivo económico. Quieren ganar el premio, y eso les motiva considerablemente.
—¿Cómo ha influido su papel como coordinadores de Connect’Up a nivel profesional y personal?
—T. Pou: En gran medida. Cada año estamos en contacto con personas que comparten experiencias muy diversas, y es inevitable no incorporarlas. Contamos con información privilegiada y aprendemos muchísimas cosas en dos meses. Todo esto se contextualiza dentro de un programa donde constantemente estamos ideando cómo puede ser el año siguiente y cómo podemos mejorarlo.
—M. Singhateh: Es un aprendizaje muy enriquecedor a nivel profesional y con una experiencia vital muy potente. Nos rodeamos de mucha gente que nos aporta visiones diferentes.
—¿Cuáles son las metas a largo plazo para el proyecto?
—M. Singhateh: Connect’Up debe convertirse en un agente crucial dentro del ecosistema. Hay un plan ambicioso para los próximos años, con la esperanza de que Mallorca ocupe un lugar destacado en el ámbito emprendedor.
—T. Pou: Después de seis años, hemos encontrado la fórmula para crear un programa-concurso que fomente el emprendimiento, empodere a las personas y esté profundamente arraigado a la realidad de Mallorca.