El consumo tiene un importante impacto en el planeta, de la misma manera que en el bolsillo. Por ello, a lo largo del curso escolar se pueden introducir nuevas costumbres y cambios para frenar la crisis medioambiental. Por una parte, organizaciones como Ecoembes y Greenpeace realizan distintas propuestas para efectuar una transformación desde los propios centros escolares. Por otro lado, desde casa también se pueden fomentar medidas sostenibles.
Por ejemplo, muchas comunidades autónomas han creado programas de préstamo o alquileres de libro a través de las asociaciones de padres y madres. La única condición es devolver los materiales en el buen estado en el que se prestaron. Otra alternativa es comprar los libros de segunda mano en plataformas on line. Medidas que si este año ya no se han puesto en marcha, se pude trabajar en ellas de cara al curso que viene.
De igual forma, el reciclaje del material escolar es una gran manera de aportar un granito sostenible al día a día del colegio. A medida que se vayan gastando o perdiendo pinturas, cuadernos, etc, seguro que en casa encontraremos con qué reemplazarlos, antes de ir a comprar.
Botellas y envoltorios reutilizables
Despedirse de los plásticos es fundamental para la concienciación de los escolares. Por ello, cambiar las botellas de plástico por recipientes reutilizables es un buen comienzo. Sobre todo si pensamos en la magnitud de residuos que se generan si cada niño de un centro escolar lleva una botella de un solo uso a diario en las 180 jornadas lectivas que tiene un curso académico. Las botellas de acero inoxidable que se rellenan en casa son una alternativa. En cuanto a los almuerzos y la comida, lo mejor para sustituir el papel de aluminio y bolsas de plástico son los tápers o portabocadillos reutilizables, que son unos envoltorios de tela forrados.