— De una isla a otra, de la Habana a Palma... Origen y destino ¿son parte de su inspiración?
— Naturalmente, toda mi obra está inspirada en los lugares en los que he vivido. En este caso, la Habana y Palma. Por su idiosincracia, una isla no existe sin el agua que la rodea, viene a ser su frontera, pero también su medio de contacto con el mundo y, en muchos casos, su medio de subsistencia. Una parte importante de mi obra tiene un marcado carácter marino; series como las olas y las nubes, los Nautilus, las inundaciones, los arrecifes, las salinas o las regatas y, cómo no, las posidonias también, dan testimonio de esta influencia en mis obras.
— Segundo año de los Premis Gatronòmics Mallorca y usted repite como escultor de la obra para galardonar a los premiados. ¿Qué supone para usted? ¿En qué se ha inspirado en esta ocasión?
— Para mi es honor que hayan contado de nuevo conmigo, me siento tremendamente orgulloso de poder participar en un proyecto de esta envergadura cuyo objetivo es premiar la excelencia gastronómica de ‘lo nuestro’. La verdad es que, desde mi punto de vista, el concepto que hay detrás de las posidonias encarna los principios y la voluntad que hay detrás de los Premis Gastronòmics Mallorca: el premio en sí mismo es una instalación de 18 posidonias, formando una pradera de posidonia. Existe una estrecha relación entre estas praderas y nuestras islas: la posidonia forma parte de la base de nuestro ecosistema, aunque no sea siempre evidente: nuestro ecosistema nos da de comer, por eso la gastronomía está vinculada a nuestro ecosistema de forma inevitable. En este sentido, cada una de las piezas creadas para estos premios representa de alguna manera la diversidad que existe dentro del universo gastronómico de nuestras Islas.
— La gastronomía también es arte…
— Por supuesto, creo firmemente que merece más reconocimiento del que tiene. Y por eso, iniciativas como los Premis Gastronòmics Mallorca son tan importantes, para dar valor al producto local y también al trabajo y esfuerzo de todos los agentes implicados en este sector.
— ¿Qué pretende transmitir a los premiados con su escultura?
— Me gustaría que se sientan reconocidos en su trabajo, pero también que logren ver la relación que intento trasmitir entre la obra y su trabajo.
— Realiza esculturas pero también se dedica a la pintura. ¿Sería capaz de escoger entre una y otra modalidad?
— No, soy un amante de la escultura y la pintura, por eso casi siempre mezclo ambas disciplinas en mis trabajos. Por ambas profeso la misma disposición y cariño.
— En su currículum hay buena cuenta de las exposiciones de sus obras. ¿Cuál es el próximo proyecto de Ernesto Rodríguez?
— Justo ahora estoy saliendo de una temporada de mucho trabajo. Empezó el 6 de septiembre con mi exposición monográfica sobre las salinas, en el Hotel Ca’n Bonico; y ha continuado en la Nit de l’Art de Palma, con una instalación en la Plaza Mayor. Posteriormente, he colaborado en el Art in Sal de Ses Salines; en el Canal Art, en Santanyí; y en la Nit del Sementer, que ha organizado Miquel Enseñat en s’Esgleieta. Estoy inmerso en un periodo muy creativo, con mucho trabajo y muchos proyectos, como la instalación para la entrada del Pueblo Español para la próxima Navidad.
— ¿Desea añadir alguna cosa más?
— Tan solo quisiera dar la enhorabuena al equipo de la organización por montar un evento tan bonito como necesario, y transmitirle mi más sincero agradecimiento por volver a contar conmigo un año más.