La doctora Marta Cantarero, dermatóloga de Juaneda Hospitales.

Los profesionales de la salud advierten del aumento de la cosmeticorexia, la adición a la compra y abuso de cosméticos, y destacan que puede generar patologías, especialmente en los menores, a los que animan a iniciarse en rutinas de belleza sencillas e inocuas.

«La cometicorexia puede llegar a repercutir sobre la salud, especialmente de los más jóvenes, algo que cada vez vemos más en la consulta, debido a la influencia de las redes sociales», explica la doctora Marta Cantarero, dermatóloga de Juaneda Hospitales.

«Vídeos que aparecen en las redes sociales —sigue explicando la especialista— inducen a unas rutinas de belleza cada vez más complicadas, y muchas veces innecesarias, que luego vemos en la consulta, mayoritariamente en pacientes preadolescentes».

Muchos jóvenes acuden a la consulta de Dermatología «y nos demandan qué rutinas deben seguir», pero «incluso algunos de ellos llegan a la consulta ya con patologías, como el acné comedoniano o la piel asfíctica, inducidas por esos ‘consejos’ de las redes sociales».

La piel asfíctica «es una piel que, de tanto producto cosmético aplicado acaba inflamándose y con patología», explica la dermatóloga. El acné comedoniano, que genera la aparición de unos puntos negros, puede venir ocasionado por esas mismas prácticas.

Hasta los 14 años no es aconsejable «el uso de cosméticos con presencia de ácidos, es decir, hay que evitar especialmente productos con retinoles y glicoles», explica la dermatóloga de Juaneda Hospitales, en alusión a ácidos frecuentes en cosmética.

Es posible que un especialista en dermatología indique el uso de productos con esos compuestos en pacientes de esas edades, «pero su uso ha de ser siempre con una prescripción y vigilancia médica», enfatiza la Dra. Marta Cantarero.

Los retinoles y los glicoles «serán siempre utilizados en pacientes sin patología y bajo vigilancia médica, porque pueden irritar y producir una dermatitis», especialmente en las personas más jóvenes, «que tienen que seguir rutinas mucho más sencillas».

Así, «una niña de menos de 14 años tiene que seguir una rutina que consista en una limpieza suave de la piel, mañana y noche; una hidratación, también mañana y noche, y lo más importante, un fotoprotector», destaca la dermatóloga. Y añade:

«El uso del fotoprotector es ya muy necesario desde edades tempranas, para reducir en el futuro la incidencia del cáncer cutáneo y de otras afecciones menos graves, también por la exposición excesiva al sol, como son las manchas, las arrugas finas, etcétera».

Es importante ofrecer a todos los pacientes y en especial a los más jóvenes «una información clara, sobre todo a nivel de redes sociales, y seguir siempre el consejo de los expertos, ante cualquier problema de piel», enfatiza la especialista.

«Antes de aplicarse cremas sin prescripción médica hay que acudir a un dermatólogo para que pueda hacer el mejor diagnóstico posible y con ello instaurar el mejor tratamiento», concluye la Dra. Marta Cantarero, dermatóloga de Juaneda Hospitales.