La matrona Joana Prieto impartió el pasado mes de octubre una conferencia en la UIB, con motivo de la semana dedicada a la salud mental, que ha dado paso a la de la lactancia materna.
«Las hormonas con más importancia durante la lactancia son la oxitocina y la prolactina y tienen efectos a nivel cerebral por su modulación para adaptarnos a la maternidad y facilitar la transición a la crianza», advierte la especialista.
La lactancia, asegura, debe durar todo lo que quiera la madre y el hijo. Y aunque la sociedad no está preparada para la dimensión a la que habría que llegar, dice, «cada vez se acepta más ver a niños de dos tres años amamantarse o ver a mujeres en tándem, que es cuando una embarazada sigue dando el pecho a su primer hijo», advierte.
Pese a la amplia evidencia científica que apoya la lactancia materna, a quien no quiere dar el pecho, «no hay que convencerle, sino investigar preguntando por qué». Según Joana Prieto, la función sanitaria es la de acompañar y dar herramientas para intentarlo, «pero si no es para ti, pues no lo es», afirma.
Cambio de tendencia
En los años 60, cuando los partos se sacaron de los domicilios para entrar en los hospitales, «hubo un cambio de comportamiento y en este contexto de era científica se dijo que la leche preparada era mejor. Había un producto que cuantificaba la calidad y la cantidad y la leche materna era el lado oscuro», recuerda. «Creo que los profesionales pensaron que era lo mejor pero ahora tenemos una oportunidad importante de deshacer este camino». Y es que todavía hay una generación que defiende que el biberón es igual a la leche materna. «Cuando oigo esto me pregunto, ¿es igual una comida casera o comer cada día de fast food?».
Prieto defiende la humanización del parto y la crianza y explica que «no se puede desligar la lactancia en este proceso más respetuoso que tiene en cuenta las necesidades del bebé». Si bien la alimentación materna es la manera biológica es más adecuada para el desarrollo, «afortunadamente hay leche artificial para quien no quiere o puede, tenemos una alternativa que otros países no tienen», reconoce.
Depresión prenatal
La salud mental de las madres no debe tenerse en cuenta sólo a partir del parto, «sorprendentemente, nos hemos dado cuenta de que hay un porcentaje más alto de depresión prenatal que de postparto», descubre esta especialista. Prieto reclama realizar un trabajo previo durante todo el embarazo, aprovechando que las mujeres están dentro del sistema sanitario. «Hay que esforzarse en tener una mirada más amplia, ver más allá de lo físico y contemplar la emocional», reivindicó durante las jornadas.