Según los registros de Atención Primaria el Sistema Público de Salud atiende en estos momentos en Baleares a 77.525 pacientes diabéticos. Esta cifra representa al 7 % total de la población. De ellos 833 son niños de entre 0 y 14 años, 30.802 jóvenes y adultos de entre 14 y 65 años y 45.888 mayores de 65 años. La incidencia de la diabetes en Baleares es similar a la de otros territorios (la media mundial ronda el 6 %) pero lo que más preocupa a los expertos es el aumento de la diabetes entre los jóvenes. Los hábitos alimentarios y el sedentarismo estarían detrás del cambio de tendencia.
«Antes nos movíamos en un 6 % de prevalencia y ahora estamos alrededor del 13 o 14 %. Aumenta tanto la diabetes como la obesidad en jóvenes y eso tiene que ver con el estilo de vida, la comida de bollería industrial y el sedentarismo», explica Rosa Duro, subdirectora de Humanización del Servei Salut.
Existen dos tipo de diabetes. La tipo 1 (que es la que más afecta a niños y jóvenes) tiene un origen autoinmune y requiere la administración de insulina. La tipo 2 (la que más crece) no suele requerir en sus estadios iniciales de la inyección de insulina sino de cambios en el estilo de vida, principalmente ejercicio y dieta sana. Es la más difícil de detectar y si no se trata puede derivar en casos graves. Los expertos explican que este tipo de diabetes está además muy vinculado a los determinantes sociales (la renta baja empeora la dieta y dificulta el acceso a programas de ejercicio). Lo mismo ocurre con la obesidad en niños.
Desde la Conselleria de Salut se implementan programas para reforzar la detección de la diabetes y acompañar a los pacientes en el manejo de su enfermedad con el objetivo de ganar en autosuficiencia. Los avances tecnológicos han mejorado la monitorización continua de glucosa y facilitan los llamados sistemas flash que facilitan la monitorización y administración de insulina en tiempo real. «En el tratamiento de la diabetes es muy importante actuar rápido. Cuando hay una subida de glucosa, cuando más tiempo esté alta más aumenta el riesgo de complicaciones, principalmente las relacionadas con la retinopatía, la nefropatía y el pie diabético», explica la doctora Rosa Duro.
Estos 'sistemas flash' se incluyeron la legislatura pasada en la financiación pública facilitando el acceso de los pacientes a las nuevas tecnologías con independencia de su nivel socioeconómico. «Ya se ha implantado para todos los pacientes de diabetes tipo 1 en Baleares y el Ministerio ha dado de plazo a las comunidades autónomas hasta 2024 para extenderlo a los pacientes de diabetes tipo 2. Ahora tenemos un grupo de trabajo multidisciplinar para ver cuáles son los pacientes más indicados para llevarlo», dice la subdirectora de Humanización. Explica que el objetivo es «humanizar la atención a estos pacientes». Además «se está intentando que haya un registro electrónico con receta para monitorizar el control de la enfermedad con las tiras por ejemplo».
La autonomía del paciente, la correcta educación y la prevención son los tres ejes básicos desde los que se aborda la atención a la diabetes en Baleares. De entre los proyectos que se están realizando destacan el de Rutas Saludables (para que las personas mayores caminen más) y el de Paciente Activo. Este último es un programa de formación entre iguales en el que pacientes diabéticos asesoran a otros diabéticos en el manejo de su día a día. «Es un programa que ayuda a mejorar la empatía y el bienestar emocional. Tenemos tres enfermeras dedicadas a este programa y ya contamos con 19 pacientes diabéticos formadores que han impartido 10 talleres entre iguales en distintos centros de salud desde la puesta en marcha del programa en 2018», dice Duro.
La diabetes puede causar complicaciones graves. Las más frecuentes son el Pie diabético (puede requerir amputaciones), la Nefropatía diabética (daños en el riñón) y la Retinopatía (principal causa de ceguera en el tercer mundo). Se ha aprobado un Protocolo del Pie diabético que establece recomendaciones de prevención y tratamiento e indica cómo y cuándo derivar al hospital de referencia. En cuanto a la Nefropatía diabética se ha realizado un esfuerzo de formación a los profesionales de la atención primaria sobre la diabetes y la enfermedad real crónica para que los médicos de familia realicen las pruebas necesarias (análisis) para detectar a tiempo los problemas. Por último se está dotando a algunos centros de salud de retinógrafos que permiten mirar el fondo de ojo y detectar si existe un deterioro en la retina de los pacientes diabéticos antes de que el propio paciente note problemas de visión. El primero de estos aparatos que se instaló fuera de un hospital de las Islas fue en un centro de salud de Manacor. En Palma, hay uno por ejemplo en el Centro de Salud de Escuela Graduada. «Si se detecta a tiempo se puede tratar con láser para que no evolucione», señala la subdirectora de Humanización del Servei Salut.