Los doctores Andrés Cifuentes y Salvador Pascual son dos cirujanos del aparato digestivo, referencia en Baleares en muchas técnicas quirúrgicas. Dedicados en exclusiva, en el ámbito de la Medicina Privada a Juaneda Hospitales, y en sinergia con los endocrinólogos Luis Masmiquel y Luis Gómez, conforman la Unidad de Obesidad de este centro hospitalario. En esta entrevista el Dr Andrés Cifuentes explica las claves de una intervención quirúrgica, el 'Sleeve gastrectomy', que tiene por objeto una reducción de estómago para lograr la corrección de la obesidad mórbida y de las múltiples y peligrosas patologías asociadas que conlleva esta enfermedad.
—¿En qué consiste el sleeve gastrectomy? —El Sleeve gastrectomy es una cirugía para la obesidad, conocida en castellano como gastrectomía en manga, gastrectomía tubular o gastrectomía vertical, que consiste en reducir la capacidad del estómago, extirpándole una gran parte, y fabricando con ese proceso un tubo gástrico que tiene menor capacidad. Se realiza por vía laparoscópica, es decir, sin corte quirúrgico abierto, insertando en el abdomen una serie de tubos que llamamos trocares, evitando así grandes incisiones. Es la técnica más realizada actualmente, a nivel mundial, para el problema de la obesidad. Con esta intervención lo que conseguimos, al tener menor capacidad el estómago resultante, es reducir el apetito y también la capacidad de comer del paciente. Al tomar menos cantidad de alimento en cada comida se logra el objetivo de adelgazar, en un periodo aproximado de unos dos años.
—¿A quién se puede operar con esta técnica? —Este tipo de intervención está indicada en la mayoría de los pacientes afectos de obesidad mórbida, pero siempre se debe realizar con carácter previo un estudio individualizado. Se aplica a pacientes adultos, de entre 18 y 70 años, con una obesidad mórbida, es decir, con un índice de masa corporal (que es la relación entre la talla del peso del paciente) superior a 35-40; pacientes obesos que además presenten algún tipo de morbilidad asociada, patologías que van asociadas a la obesidad. Esta cirugía también se ha visto indicada en algunos de los pacientes con síndrome metabólico, esto es, con una diabetes de difícil control y asociada a una obesidad severa. En cualquier caso, a todos los pacientes que se vayan a someter a esta intervención hay que estudiarlos previamente, para descartar una serie de enfermedades, como lesiones gástricas, reflujos severos, trastornos endocrinológicos, psiquiátricos o de conducta alimentaria que podrían justificar esa obesidad y que tendrían otro tipo de tratamiento. Se realiza primero un estudio individualizado, se consensúa la indicación con el paciente y finalmente se señalan la cirugía, la técnica y el tratamiento que se van a realizar. El Sleeve gastrectomy es el tratamiento que tiene en estos momentos mayor aceptación y mayor utilidad para este tipo de pacientes y de patología.
—¿Qué ventajas e inconvenientes tiene este tipo de cirugía? —El Sleeve gastrectomy es un tipo de técnica quirúrgica restrictiva, con la que se consigue reducir el estómago. Respecto de otras técnicas´quirúrgicas para el tratamiento de la obesidad de tipo puramente malabsortivo, como el cruce duodenal, o técnicas mixtas, restrictivas y malabsortivas, como el bypass, la ventaja es que hay un menor riesgo quirúrgico: se reducen las posibles complicaciones al simplificarse la técnica. Por otra parte, la recuperación es más rápida. El paciente, habitualmente, no está más allá de 48 horas en el postoperatorio tras la intervención. Es una técnica que es más fisiológica, es decir que el paciente absorbe todo lo que ingiere, con lo cual no hay malabsorción y el control metabólico es más fácil. El control de parámetros como el calcio, el hierro o el ácido fólico, es mucho más sencillo en estos pacientes respecto a los que han sido intervenidos con otros procedimientos. A largo plazo también tiene menores efectos secundarios del tipo de la diarrea por la malabsorción u oclusiones intestinales por alteración de la anatomía intestinal del paciente. En cuanto a inconvenientes, el Sleeve gastrectomy puede ser algo menos radical en la pérdida de peso. Puede existir una diferencia de un 10% aproximadamente, respecto a otras técnicas más agresivas.
—¿Es, pues, realmente, un tratamiento eficaz? —El objetivo de la cirugía de la obesidad es perder más del 70% del exceso de masa corporal, es decir, del peso que le sobra al paciente sobre un teórico ideal, y que esta pérdida sea consistente en el tiempo. Con el “Sleeve gastrectomy” esto se consigue en un plazo de aproximadamente dos años, aunque durante el primero se pierde ya la mayoría del peso y el segundo año se considera de estabilización. Más allá de esos dos años solemos dar el alta al paciente. El objetivo se consigue en un 80% de los casos. Existe un pequeño porcentaje de pacientes que puede precisar un tratamiento complementario a esta cirugía, con otras técnicas u otros procedimientos para conseguir los objetivos. Con esta intervención mejoran y se corrigen la mayoría de las patologías asociadas a la obesidad, como son la diabetes, la hipertensión, los problemas de apneas del sueño o sobrecargas articulares, que vienen condicionadas básicamente por la obesidad.
—¿Qué proceso debe seguir el paciente para ser tratado con esta técnica? —Los pasos que debe seguir el paciente que solicita ser valorado por un problema de obesidad que puede llevar a ser intervenido con el Sleeve gastrectomy consisten en realizar, inicialmente, una entrevista clínica, para valorar la indicación del tratamiento y el tipo de técnica que se va a realizar. Esto lo realizamos conjuntamente con un equipo multidisciplinar que incluye especialistas en Cirugía, Endocrinología y Nutrición. Posteriormente se consensúa con el paciente el tipo de tratamiento y cuándo y dónde se debe llevar a cabo. Una vez que hemos establecido la técnica se debe realizar una endoscopia gástrica para descartar cualquier tipo de lesión en el esófago o en el estómago que pueda interferir en la cicatrización. Además, hay que realizar una valoración psiquiátrica para descartar patologías, como trastornos de la conducta alimentaria, que podrían contraindicar este tipo de intervenciones. Finalmente se realiza un estudio preoperatorio, en el que el anestesiólogo va a garantizar la seguridad del procedimiento anestésico y del tratamiento quirúrgico durante la intervención. Después de operarse el paciente es seguido habitualmente por nuestro equipo durante dos años para confirmar que se cumplen los objetivos que hemos establecido previamente a la intervención.