La Dra. Margarita González-Onandía López es licenciada en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo y en Medicina Estética, integrante de la Unidad de Cirugía Plástica de Juaneda Hospitales, en la Clínica Juaneda de Palma. En esta entrevista, la Dra. González-Onandia explica en esta entrevista la oferta terapéutica de Juaneda Hospitales en un ámbito tan sensible y complejo como es el de frenar los efectos del paso de los años sobre la piel y la belleza en general, siempre desde la perspectiva del sentido común y de la ciencia médica.
—¿En qué consiste la Medicina Estética?
—La Medicina Estética promueve la belleza física y minimiza los cambios que van asociados al proceso del envejecimiento. La belleza física ha cobrado gran relevancia en nuestra sociedad. La percepción positiva de uno mismo nos ayuda aumentar la autoestima y nuestra propia aceptación, y todo eso condiciona una mejor adaptación social. La Medicina Estética nos ayuda en todos estos aspectos.
—Hay médicos ilustres que opinan que el envejecimiento es una forma de enfermedad y que cómo tal se puede prevenir, mejorar y reducir. ¿Es la Medicina Estética la primera gran aliada contra el envejecimiento?
—Por supuesto. Y no solo lo es del objetivo de ralentizar todos esos cambios inherentes al envejecimiento, sino que es una forma de prevención. Se ha probado científicamente que tendemos a adorar la belleza. La Medicina Estética nos permite conseguir un aspecto físico más bello y rejuvenecido. Y además también nos sirve para armonizar proporciones y corregir imperfecciones. Y por eso es una especialidad cada vez más demandada en la sociedad y cada vez a edades más tempranas.
—Vamos a hablar, si le parece, de algunos de los tratamientos que ofrece Juaneda Hospitales. ¿Qué nos puede contar de los programas de revitalización cutánea y de rejuvenecimiento facial?
—El tratamiento estrella para el rejuvenecimiento y la rehabilitación cutánea es ahora la bioestimulación con plasma rico en plaquetas, un procedimiento llamado PRP. Consiste en que se extrae sangre al paciente, que se someterá a una centrifugación, obteniendo una fracción que es rica en plaquetas. Este producto se inyecta de nuevo al paciente, de modo que emite factores de crecimiento, antioxidantes y regenerativos. Se ha visto que, inyectado en los tejidos diana en los que queremos actuar, aumentan el colágeno y la producción de células madre mesenquimatosas. Con esto se obtiene una piel más redensificada y rejuvenecida. Es el tratamiento que ahora está en boga porque supone una regeneración celular a nivel de la dermis profunda.
—Más conocido es el tratamiento con bótox. ¿Qué indicaciones y qué limitaciones tiene?
—El bótox es un arma terapéutica fundamental en nuestra consulta diaria. Se trata de una neurotoxina, un neuromodulador que inyectado en las fibras musculares paraliza o relaja el músculo, generando un efecto lifting, con la desaparición de las arrugas y una mejora en la calidad y en la textura de la piel. Elimina las arrugas del entrecejo, de la frente y las ‘patas de gallo’ a los lados de los ojos. La neurotoxina se puede aplicar también a nivel de las glándulas sudoríparas de las axilas, de las palmas de las manos y plantas de los pies para tratar la hiperhidrosis (exceso de producción de sudor).
—¿Qué es el peeling?
—Pues como su nombre indica, significa «pelar». Consiste en una abrasión cutánea, provocando una inflamación aguda con la consecuente regeneración celular y reparación cutánea, que es el objetivo del tratamiento. Según la profundidad, hay peelings superficiales, medios o profundos. El peeling químico consiste en aplicar agentes químicos que van a exfoliar la piel, de modo que luego reaparece una piel más nueva, más luminosa, con el poro cerrado, con las imperfecciones borradas, con una disminución de cicatrices y de manchas, en definitiva, una piel regenerada y rejuvenecida.
—También se oye hablar de los tratamientos con ácido hialurónico. ¿Qué beneficios produce?
—El ácido hialurónico es una molécula fundamental que está en la matriz extracelular de todos los vertebrados. También está en altas concentraciones en tejidos como los de las articulaciones, donde hay movimiento. Concretamente, en la piel se localiza en la dermis, en la matriz extracelular. El ácido hialurónico contribuye a la firmeza, a la elasticidad y a la hidratación a la piel. Con el proceso del envejecimiento se va perdiendo la presencia de esta molécula en el organismo. Por eso, lo que hacemos es infiltrar ácido hialurónico en esas zonas para reponerlo. Esta indicación puede ser complementaria con la del bótox, que se aplica en el tercio superior de la cara, en las arrugas de expresión. El ácido hialurónico se aplicará para restaurar volúmenes perdidos. También se usa para realizar una remodelación labial, o una rinomodelación (modelar la nariz) con unos efectos espectaculares. Se utiliza para realzar, remodelar, para corregir asimetrías, para proyectar, para rellenar… El ácido hialurónico permanece en el organismo hasta un año, dependiendo de cada metabolismo celular.
—¿Qué se puede hacer para mejorar los pómulos sin recurrir a la cirugía?
—El ácido hialurónico es el tratamiento indicado para rellenar y reposicionar el pómulo, recuperando ese volumen que se ha perdido. También son útiles otros productos, denominados inductores de colágeno, que ayudan a que el fibroblasto, que es la célula del organismo que lo genera y que por el envejecimiento ya no lo produce de forma endógena, se estimule y vuelva a producirlo. En ese proceso, la piel se redensifica y se hace más gruesa y cobra más firmeza. También se pueden utilizar hilos tensores a nivel del tercio medio, que ejercen una tensión (por tracción) y generan colágeno.
—¿Y para las ojeras?
—En primer lugar hay que tener en cuenta que la ojera tiene un origen multifactorial. Una de las indicaciones es la infiltración de ácido hialurónico en el surco, adecuada para los casos en los que hay una involución ósea y de los ligamentos que marcan el surco lagrimal y el surco orbito malar (toda la zona de la llamada 'ojera'). Los cambios pigmentarios de la ojera se pueden tratar con peelings o productos que mejoran la calidad de la dermis, como los polinucleótidos y podemos usar el láser para las ojeras del tipo mixto.
—¿Hay, también, tratamientos para la flacidez, verdad?
—¿También hay muchos tratamientos contra este problema. Podemos hablar de aparatología para modelación corporal, o el uso de la radiofrecuencia para estimular la generación de colágeno. También se puede indicar la infiltración de los inductores de colágeno, que lo que hacen es redensificar esa piel, generando firmeza y tensión y combatiendo la flacidez.
—¿Le preocupa el fenómeno de los influencers que puedan hacer un uso abusivo de las mejoras estéticas?
—Me preocupa, sobre todo por la juventud que tiene por referente a esos influencers y a otras personas famosas. Hay que tener cuidado. Todo tiene que realizarse en su justa medida. La Medicina Estética sirve para restaurar, para mantener, para prevenir, pero no se puede convertir en un exceso, ni generar el efecto contrario, como sería que la gente joven comience a tener complejos por querer alcanzar un estándar de belleza. Cada uno es bello, simplemente hay que realzar lo que uno tiene y corregir alguna posible imperfección, lo que probablemente será inadecuado en adolescentes y jóvenes, porque la estética es el anti envejecimiento y la ralentización de esos cambios que nos van envejeciendo, devolviéndonos esa vitalidad y ese rostro más joven para sentirnos más bellos. Pero siempre hay que mantener una línea y evitar el exceso.
—¿En resumen, qué tratamientos o terapias nos sugiere para mejorar la estética, dentro del abanico que ofrece Juaneda Hospitales?
—Podemos hablar, dentro del ámbito de la aparatología, de los láseres, la radiofrecuencia, LPG,IPL, etcétera. Por otra parte, el tratamiento superficial de la piel con el barrido que hace el peeling o tratamientos dermocosméticos; tratarla a un nivel más profundo, para rellenar y proyectar, con materiales de relleno dérmico; nutrirla y biostimularla con PRP, polinucleotidos, tensarla con hilos tensores subdérmicos, o combatir la flaccidez con inductores de colágeno y no olvidarnos del bótox, para relajar los músculos y hacer desaparecer las arrugas.