En Juaneda Hospitales, el servicio de Medicina Física y de Rehabilitación, ubicado en Clínica Juaneda, corre a cargo de los doctores Mario Sierra Pérez y Svetlana Naoumtchik Ofchinikova: «La Medicina de Rehabilitación —explican— atiende todos aquellos problemas de aparato locomotor en los que los traumatólogos no intervendrían, ya que su especialidad tiene un enfoque más quirúrgico.
Los médicos rehabilitadores, sin embargo, tratan un amplio espectro de patologías: desde capsulitis, contracturas, tendinitis, patología reumatológica, artrosis…, mediante tratamientos médicos y programas de ejercicios, además del uso —muy poco extendido en la medicina balear— de las ondas de choque focales, en las que la Dra. Svetlana Naoumtchik Ofchinikova es ya una reputada experta.
«Los médicos de rehabilitación nos encargamos de la recuperación funcional de los pacientes», explica el Dr. Sierra. Y añade: «Lo que vemos es sobre todo pacientes con patología osteomuscular, aunque también casos neurológicos y pediátricos, procesos post quirúrgicos, patología que cursa con dolor y manejo del dolor de todo tipo». «También atendemos pacientes con problemas respiratorios —continúa la Dra. Naoumtchik— y entre los niños, destaca la atención a la tortícolis del bebé (congénita) a las escoliosis (desviaciones de la columna), así como valoraciones que derivan al paciente a los servicios de rehabilitación cardíaca», que en realiza el Dr. Miguel Chiacchio, en Clínica Juaneda.
Según estos dos especialistas, las patologías que con más frecuencia necesitan de rehabilitación son tendinopatías de todo tipo, fracturas, luxaciones, algunas enfermedades reumatológicas, artritis, escoliosis, tortícolis congénita, contracturas, dolores mecánicos y casos postquirúrgicos traumatológicos como prótesis de rodilla, cadera o mano, así como parálisis faciales...
La Dra. Naoumtchik explica que en esta especialidad se tratan también casos de «reeducación de la marcha, sobre todo en pacientes neurológicos con enfermedad de Parkinson, síndrome post COVID persistente, especialmente con potenciación de las piernas; dolores generales, procesos degenerativos como artrosis o crónicos como las capsulitis». «El especialista rehabilitador hace una valoración del paciente —explica el Dr. Sierra— teniendo en cuenta sus antecedentes médicos y/o quirúrgicos. Muchos pacientes nos llegan ya diagnosticados, pero nuestro diagnóstico puede diferir de ese inicial por otros especialistas. Luego se diseña un plan de tratamiento que ejecutará el profesional de fisioterapia».
ONDAS DE CHOQUE FOCALES PARA REGENERAR TEJIDOS
La Dra. Naoumtchik es especialista por la Sociedad Española de Tratamientos con Ondas de Choque (SETOC) en el tratamiento de ciertas lesiones mediante ondas de choque focales. Su compañero, el Dr. Sierra, lo será próximamente. «Estas ondas de choque son radiales o focales; las primeras las utilizan los fisioterapeutas, las segundas, que llegan más profundo, los médicos rehabilitadores». «Se trata —continúa— de ondas acústicas de alta velocidad y presión que pasan a través de una membrana, mediante un procedimiento no invasivo. Son eficaces para para las patologías degenerativas cronificadas y no sirven para cualquier patología, como se cree, para cualquier fascitis plantar, epicondilitis…, sino cuando llevan varios meses de evolución».
La Dra. Naoumtchik alude a problemas ya cronificados y que han sido confirmados mediante exploración con ecografía o resonancia. «Esas fascistis, epicondilitis, tendinopatías de hombro o de otras articulaciones cronificadas derivan de movimientos y sobrecargas repetitivas que degeneran el tejido y generan roturas parciales», señala. Y añade: «Las ondas de choque regeneran esos tejidos. Las ondas de choque radiales se utilizan más para los tendones y las focales tienen más opciones, porque al penetrar más se pueden usar para romper calcificaciones, para patologías más resistentes a otros tipos de tratamiento», concluye la especialista en Medicina Rehabilitadora de Juaneda Hospitales.
La terapia por ondas de choque se realiza de forma ambulatoria. Primero, el terapeuta localiza el centro del dolor mediante la exploración física o sirviéndose de alguna ayuda a través de pruebas de imagen como la ecografía. Para transmitir las ondas, se aplica un gel en la zona de tratamiento. A continuación se presiona el cabezal de tratamiento sobre la piel y se mueve por la zona del dolor durante la aplicación. Los efectos de la terapia por ondas de choque se han comprobado en forma de aumentos del riego sanguíneo (vascularización), reducción de la inflamación, estimulación del metabolismo tisular y de regeneración de los tejidos, alivio del dolor y aceleración de la recuperación de tendones y músculos.
Esta terapia es eficaz en el tratamiento de enfermedades como la epicondilitis del codo, la fascitis plantar, dolores en el tendón de Aquiles y del hombro (tendinopatía calcificante y no calcificante del manguito rotador), tendinopatía rotuliana, síndrome de la cintilla iliotibial, síndrome de estrés tibial, trocanteritis, neuroma de Morton, fibromialgia y tratamiento de puntos gatillo miofasciales.
TRATAMIENTO DE LA TORTÍCOLIS CONGÉNITA
Los doctores Mario Sierra Pérez y Svetlana Naoumtchik Ofchinikova atienden una patología que preocupa a muchos padres y madres: la tortícolis del bebé (congénita), que se trata, explica la Dra. Naoumtchik, «con masoterapia (masajes) y estiramientos. Aunque lo más importante es la educación a los padres, ya que el fisioterapeuta verá al bebé solo unas horas a la semana». «Es por ello —incide— muy importante dar a los padres recomendaciones sobre cómo tienen que posar al niño, darle masajes o cómo jugar con él para estimular distintos movimientos. El éxito de estos tratamiento dependerá de la detección temprana, por lo que es mejor si los bebés tienen pocos meses». La especialista incide en la importancia de una actuación precoz, ya que en casos muy evolucionados puede llegar a ser necesaria la intervención quirúrgica. «Han venido madres —relata la Dra. Naoumtchik— que cuentan que el niño inclina mucho la cabecita, pero el pediatra no le ha dicho nada. Los padres tienen que prestar atención a cómo se coloca, mira, etcétera».