El doctor José Reyes es el presidente de la AECC de Baleares. | M. À. Cañellas - miquel angel canellas

El presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Baleares, José Reyes, presentará el próximo 31 de octubre la conferencia del jefe de Neurocirugía del Hospital Universitario de Bellvitge, Andreu Gabarrós, que lleva por título La sinfonía de los héroes: viaje musical a través de la esperanza. Posteriormente, ambos participarán en una mesa redonda junto con la psicopedagoga y musicoterapeuta Isabel Cuart. Será en un nuevo Club Ultima Hora-Valores, a las 19 horas, en Es Baluard Museu.

¿Cómo se les ocurrió traer a Andreu Gabarrós?
—Es neurocirujano en el hospital Bellvitge, en Barcelona. Lleva operados más de mil tumores cerebrales. Siempre que es posible, sus cirugías se hacen con el paciente consciente porque les da información útil de cómo va, saben si hay dolor o sensibilidad en la zona en la que están interviniendo. Si el paciente nota síntomas o cambios al cirujano le ayuda. Está demostrado que los pacientes conscientes tienen mejores resultados. Esto genera una relación estrecha médico-paciente y una implicación importante. En un momento dado, el doctor Gabarrós que además es amante de la música, tuvo la idea de componer canciones y cantarlas con sus pacientes. Aquí se produjo una sinergia espectacular, la respuesta de agradecimiento y de reivindicación de la vida fue muy positiva. La música ayuda a sobrellevar la enfermedad. Hicieron un disco y un documental. Y horizontalizaron la relación entre todos porque los médicos no estamos por encima de los pacientes, nos enfrentamos juntos a la enfermedad aportando lo que tenemos para superarla, si se puede.

La música es terapéutica en muchos otros ámbitos, ¿también en el cáncer?
—De hecho en la AECC tenemos talleres de musicoterapia. La música tiene esa capacidad de abstraerte del punto en el que te encuentras y generar una intensa sensación de bienestar interior, y cuando es con alguien que pasa el mismo proceso y los médicos que te ayudan el bienestar es mayor. El familiar de un paciente que murió dijo que no había visto a su padre tan bien en mucho tiempo hasta el día del concierto, con la plenitud, ganas y felicidad.

¿Cuál es la incidencia de los tumores cerebrales?
—Afortunadamente son de incidencia baja pero son tremendamente agresivos. Así como en los 20 o 30 últimos años ha mejorado la supervivencia de tumores como el cáncer de mama. Los cerebrales son de supervivencia estancada, no han tenido mejorías, por eso es un campo intenso de investigación.

¿Hay factores de riesgo específicos?
—Así como con otros tumores los hay claramente establecidos, a parte de los habituales como el tabaco o el alcohol, en los cerebrales no los hay.

¿Y genéticos?
—No, aunque si hay un familiar de primer grado se vigila más, pero no significa que lo vayas a desarrollar.

¿Cuándo deberíamos lanzar una señal de alarma?
—Las formas clásicas de presentación son síntomas neurológicos agudos, una crisis epiléptica o una clínica que simule un infarto general. En las pruebas de imagen posteriores se diagnostica el tumor. El problema es que no hay herramientas de diagnóstico precoz por lo que al detectarlo avanzado, las posibilidades de recuperación son menores.

¿Qué tratamientos se investigan ahora?
—El quirúrgico es el principal pero ya existen líneas de investigación a través, sobre todo, de inmunoterapia, porque los tumores cerebrales tienen una baja respuesta a la quimioterapia. Algunas de estas investigaciones las financia la AECC.

El cerebro sigue siendo el gran desconocido.
—En este sentido, la investigación de la capacidad cognitiva neurológica es un campo de trabajo enorme y muy interesante. Leía hace poco un artículo en el que colaboran desde biólogos a físicos cuánticos que explica que las reacciones a nivel atómico en las neuronas son las que explican la capacidad de tener una sensación de conciencia, es un ejemplo de la ignorancia que hay sobre el cerebro, y de lo que queda por saber de la capacidad cognitiva. Por eso es de enorme importancia la investigación como herramienta que en el futuro.