El doctor Andreu Gabarrón, durante la conferencia que ha pronunciado en Es Baluard Museu. | Jaume Morey

«En neurocirugía no hay un tumor bueno o malo, el concepto no es igual que cuando surge en el resto del cuerpo porque el cráneo es una caja cerrada y se comprime hasta destruirlo». Es una de las primeras explicaciones que ha dado este jueves el doctor Andreu Gabarrós para introducir su conferencia, La Simfonia dels Herois: viaje musical a través de la esperanza, dentro del Club Ultima Hora–Valores, organizado junto con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) de Baleares.

El jefe de Neurocirugía del Hospital Bellvitge ha empezado con una introducción sanitaria. Había que entender que «cuando los tumores, buenos o malos, cogen determinadas dimensiones hacen que la vida pueda entrar en peligro». Por este motivo un cáncer cerebral es ya de por sí diferente al resto de tumores y el maligno «puede ser primario al nacer de las células cerebrales», o secundario, «son las metástasis cerebrales que tienen su origen en otro órgano del cuerpo y, contrariamente a lo que se pueda pensar, si se diagnostican y tratan a tiempo, el paciente tiene buen pronóstico a nivel cerebral, y el vital del paciente depende del control del cáncer primario».

Antes de esta explicación, la presidenta del Grupo Serra, Carmen Serra, ha dado la bienvenida a una sala repleta que ha guardado un minuto de silencio en memoria de las víctimas fallecidas en el Levante español tras el paso de una DANA.

El presidente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Balears, José Reyes, ha tomado el relevo para presentar al doctor Gabarrós, «un especialista de renombre nacional e internacional que, además de su labor médica, lidera el proyecto que nos hemos permitido bautizar como un viaje musical a través de la esperanza», ha señalado. La Simfonia dels Herois.

Pero antes de entrar en materia, el especialista ha incidido en que, si bien el riesgo de tener un cáncer cerebral es de entre el 1 y el 5 %, al final, «son muchas personas. 300.000 casos en el mundo cada año. 70 casos tratados al año en el Hospital Bellvitge». De ahí la importancia de investigar y de esforzarse para conseguir una medicina más humanizada.

Los tumores que nacen en el cerebro son los que cuestan más de tratar y dentro de éstos el glioblastoma multiforme que no tiene un tratamiento definitivo. El tiempo de vida medio es de 26 meses. Se trata inicialmente con una cirugía seguida de quimio o radioterapia, siempre con el objetivo de superar el promedio de supervivencia. Y a veces se puede. «Tenemos a dos pacientes con 17 años de sobrevida, esto hace tiempo era impensable», ha explicado.

Existen técnicas que permiten trabajar en el cerebro sin hacerle daño o que sea el mínimo posible: el Mapping cerebral, «un mapa de funciones cerebrales en la superficie de este órgano que nos dice dónde hay que parar, por lo que es más seguro y tiene un gran impacto para el postoperatorio y la calidad de vida del paciente». Esto, ha señalado el doctor Gabarrós, «es una ventana abierta a la ciencia» que, al fin y al cabo, es el objetivo de su labor y del proyecto que puso en marcha. Cuando los pacientes están despiertos, siguiendo esta técnica se controla la función del lenguaje o del movimiento.

‘La Simfonia dels herois’

Gabarrós además de neurocirujano es músico y «cuando te encuentras con otro siempre dices: a ver si un día quedamos y tocamos algo juntos». Es lo que le pasó con algunos de sus pacientes a quienes mantiene despiertos durante la operación. «En 2017 empecé a componer las primeras canciones pensando en este proyecto». Al principio iba a ser un disco con su banda de toda la vida, Dorigen. Al final ha sido todo un fenómeno de sanación, varios conciertos, actos solidarios, un documental y una manera de recaudar fondos para la tan necesaria investigación.

El primer nombre que surge es el de Montserrat Massana, logopeda. Esta paciente se recuperó al extirparle el tumor cerebral pero, paradógicamente, salió del hospital sin poder hablar. Ella protagoniza la canción La teva llum. Durante todo el proceso terminó montando un coro de personas afásicas, con problemas de habla. Toda la coral participó en este tema. «Me dieron las gracias, como si les hubiera hecho el mejor regalo de su vida. Nunca había visto a gente tan agradecida por algo tan sencillo», ha explicado el especialista. Tras 13 años, Montserrat falleció por ELA. No pudo llegar al concierto.

La historia se repite hasta en ocho ocasiones más, en cada canción. Pero también en cada uno de los pacientes que se operan y en sus familiares. Una historia de superación y esperanza en la que la música se convierte en un auténtico aliado. De hecho, «este disco es el emotivo reconocimiento al esfuerzo de superación de los pacientes intervenidos de un tumor cerebral», ha reconocido Andreu Gabarrós.

Sobre la música como terapia se ha hablado largo y tendido posteriormente, en el debate Armonizando Ciencia y Arte: la neurociencia y el poder de la música que ha conducido la directora general de Audiovisuales del Grupo Serra, Paula Serra. Ha intervenido la psicopedagoga y musicoterapeuta Isabel Cuart, quien ha hablado del poder de la música, «capaz de despertar emociones como la empatía, de activar el bienestar emocional y la calidad de vida o los procesos como la memoria, la atención o incluso la motricidad», ha señalado. Ella llegó a la música de forma casual, «acompañaba a mi hija a sus clases de violín mientras yo recibía quimioterapia y me di cuenta de que allí no sentía náuseas», ha relatado. Cuart ha hablado de las técnicas activas con instrumentos o voz, y pasivas, escuchando determinadas melodías para experimentar sensaciones y expresar qué nos hace sentir».

José Reyes, ha recordado que la musicoterapia es uno de los servicios que se presta desde la AECC, «una herramienta muy útil para los pacientes que, además, humaniza, pone en valor al paciente que es fundamental y el secreto del éxito».

Y es que incluso la ciencia ha demostrado ya que «un paciente con red de soporte tiene más posibilidades de curarse que uno que está solo». Ha añadido Andreu Gabarrós que «hay estudios que permiten ver con resonancias magnéticas las activaciones del cerebro mientras se hace un actividad. Con la música se activa todo, despierta funciones cerebrales conectadas entre ellas».

El año 2019 el Hospital Bellvitge se enteró de la semilla de este proyecto y lo convirtió en suyo dándole su mayor impulso. Este «sueño solidario» ya es un documental, un disco y una gira que se sigue haciendo con el objetivo de conseguir financiación. Es también, por encima de todo, «el emotivo reconocimiento al esfuerzo de superación de los pacientes intervenidos de un tumor cerebral», ha dicho el conferenciante. Por este motivo «sigue vivo», con el objetivo de informar y divulgar para poder llegar a una mejor investigación.