La Dra. Lorena Francés es la última incorporación a la Unidad de Neurociencias de Juaneda Hospitales. Especialista en Psiquiatría y en Psiquiatría del Niño y el Adolescente, es una experta en psiquiatría perinatal, trastornos del neurodesarrollo: autismo, déficit de atención e hiperctividad (TDAH) y otros problemas que afectan a la salud mental de los más jóvenes y de los que en esta entrevista ofrece un interesante, sencillo resumen, muy orientativo para padres y madres.
—¿Qué es la psiquiatría perinatal?
—La atención psiquiátrica perinatal es aquella que se da a las madres o a las mujeres que quieren serlo, es decir, a los problemas de salud mental que puedan darse en el proceso de querer ser madre y no llegar a serlo, o de serlo, cuando ya has tenido al bebé, y también de acompañamiento a la maternidad y a la paternidad, ya que hay unas patologías asociadas al postparto que pueden llegar a ser graves y que en muchas ocasiones no son vistas.
—¿A qué patologías se refiere?
—A la gran olvidada, que es la depresión post parto. Se dan muchos casos de ansiedad. Existen también casos de psicosis postparto, aunque son menos. Muchas madres lo pasan muy mal en el postparto y es algo que no siempre se ha visto ya que, en líneas generales, las mujeres han transitado esta etapa en soledad. Atender a estas enfermedades está más en auge en estos momentos gracias a la labor de muchas madres profesionales que han atravesado por esta etapa y se han sentido solas.
—¿Qué trastornos se dan en los periodos anteriores a la maternidad pero relacionados con la búsqueda de un hijo?
—Puede haber mucha ansiedad porque cada vez la maternidad se retrasa más. También se dan cada vez más procesos de reproducción asistida, que en algunos casos pueden ser bastante difíciles, frustrantes, lentos y frecuentemente infructuosos. La psiquiatría puede acompañar en ese proceso. Y también en el recorrido de querer ser madre, especialmente con aquellas personas que tienen depresión u otro problema y están tomando un tratamiento farmacológico. A este respecto hay mucho desconocimiento, ya que se cree que hay que retirar el tratamiento para el proceso de gestación, y no tiene porqué ser así. Lo que se recomienda es realizar un control médico.
—¿Entonces, es mejor seguir con la medicación en esos casos?
—Sí, es preferible que la paciente esté tratada y acompañada, aunque la medicación continúe a dosis bajas, que dejar un tratamiento para la ansiedad. Es mejor eso a que exista una ansiedad no tratada. La depresión post parto es bastante común. La sufre un 3-8% de las madres en España, y se habla de que está infradiagnosticada. Muchas de esas pacientes son invisibles, porque han sufrido la enfermedad en silencio, atribuyéndolo a las hormonas o siendo su caso tradicionalmente banalizando.
—¿Puede tener consecuencias graves una depresión post parto que no llegue a tratarse?
—Sí. Pueden darse casos de suicidio e incluso, el caso más grave, el infanticidio, que aunque es infrecuente, existe y es consecuencia de una psicosis postparto no tratada al no reconocer al bebé como propio, si bien estos casos son muy raros, hay que tenerlos en mente para prevenir. En esta sociedad las madres pueden llegar a estar y sentirse muy solas. La exigencia de productividad hace difícil que haya el tiempo necesario para la díada madre-bebé y no existen políticas de conciliación. Si comparamos con otros países europeos o nórdicos, que disponen de entre 12 a 24 meses de baja maternal comparado con las 16 semanas en España.
—Usted es, además, especialista en psiquiatría infantil.
—Así es, donde he trabajado siempre ha sido en atención a la salud mental infanto-juvenil y es mi campo de investigación. En unos meses presento mi tesis doctoral. En Menorca, donde he trabajado, hicimos un estudio, evaluando a 300 niños de 6 años para valorar trastornos de neurodesarrollo y su prevalencia. Tenemos ya publicados dos artículos en revistas científicas de impacto.
—¿Qué conclusiones destacaría?
—Las conclusiones de esta investigación, muy sintetizadas, serían que se replican los resultados reflejados en la literatura científica, que las prevalencias se mantienen: las cifras de autismo están igual, las de TDAH [trastorno por déficit de atención e hiperactividad] son parecidas. También que, generalmente, estos trastornos están infradiagnosticados. Tampoco hay suficientes herramientas ni personal para ver todos los casos. La dislexia, por ejemplo, es el trastorno que pasa más desapercibido y que más fracaso escolar produce. También el denominado autismo de alto funcionamiento en las mujeres. Los niños con este problema que tienen un coeficiente intelectual (CI) normal o superior pasan desapercibidos, sobre todo si son niñas, porque las normas sociales las tienen más integradas e imitan mejor las normas sociales. A nivel de trastornos del lenguaje faltan logopedas o neuropsicólogos para valorar los casos y realizar intervenciones también en las escuelas.