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El impacto social generado por 40 años de trayectoria de un proyecto social que hoy reúne a más de medio millar de personas, unido al posicionamiento de una marca de calidad en el sector agroalimentario. Estos han sido los elementos que la directora general de La Fageda, Sílvia Domènech, ha puesto en valor en el contexto del Foro del Retail y el Gran Consumo que se desarrolla este lunes en Madrid.

Junto a representantes de otras grandes marcas agroalimentarias de nuestro país, Sílvia Domènech ha participado en la mesa de debate dedicada a la sostenibilidad en la industria alimentaria. Durante el debate, La Fageda ha podido presentarse como el proyecto de responsabilidad social en origen que es, además de desgranar las acciones que llevan desarrollando desde hace 40 años para impulsar la Sostenibilidad: «La Fageda lleva la sostenibilidad en su ADN e impregnada en toda su trayectoria» -ha afirmado Sílvia Domènech- «y la impulsamos desde nuestro origen y de forma permanente».

Indicó que La Fageda sigue fiel a su propósito y a su naturaleza no lucrativa desde su fundación, en 1982, por parte de Cristóbal Colón. En el origen nace precisamente un concepto de sostenibilidad basado en el retorno social: «Valoramos y medimos la sostenibilidad por su impacto positivo», ha explicado Domènech.

ÉXITO SOCIAL

La entidad explicó que la innovación social, a través del impulso de actividades empresariales rentables y servicios para las personas en situación de vulnerabilidad, y el desarrollo de buenas prácticas respetuosas con el medio ambiente, son la base de la estrategia de sostenibilidad que La Fageda ha desarrollado durante cuatro décadas.

«El respeto por el medio ambiente es otra de las características que definen su sello, dado que el proyecto está ubicado en el corazón del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa. Destacan sus iniciativas en materia de economía circular, el plan de acción para reducir la huella de carbono, la adopción de energías renovables e infraestructuras propias como una depuradora, planta de compostaje y caldera de biomasa que contribuyen de una forma decisiva a una gestión responsable con el entorno», añadió.

Por todo ello, La Fageda cuenta con un alto grado de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. En este sentido, Sílvia Domènech se ha mostrado convencida del hecho que «cuando una gran cadena apuesta por contar con La Fageda en sus lineales cuenta con productos de calidad y, a la vez, satisface las necesidades de consumidores comprometidos con iniciativas sociales, apoya una causa socialmente responsable y ayuda a promover el crecimiento sostenible».

Para la directora general de La Fageda, «nos encontramos con consumidores cada vez más conscientes de que sus decisiones de compra tienen un impacto en la sociedad y en el medio ambiente», por ese motivo, se ha mostrado segura sobre el hecho «innegable que las familias que eligen nuestros productos están contribuyendo a brindar oportunidades a personas en situación de vulnerabilidad a través de sus acciones».

SOSTENIBILIDAD

La Fageda realizó un salto cualitativo en su misión durante el año pasado, el de su 40.º cumpleaños, ampliando el alcance de su proyecto social hasta llegar además de medio millar de personas. Este dato es el resultado de haber poner en marcha los últimos años nuevas iniciativas sociales y empresariales que han permitido dar respuesta a nuevas emergencias sociales del territorio.

El mapa de personas de la organización se situó en 561 a finales del 2022 tal como recoge la ‘Memoria de Sostenibilidad' de 2022. El punto de inflexión de la misión social de La Fageda es uno de los aspectos más relevantes de la Memoria de Sostenibilidad de 2022, junto con la apuesta por los proveedores de proximidad, con casi el 50% de las compras a empresas del territorio por un valor de 10,3 millones de euros.

Durante el año pasado, La Fageda generó un valor económico de 30,4 M€, un 8% más que el 2021, de los cuales 25,6 corresponde a las ventas.

Empezando con un grupo de solo 14 personas en el Claustro de Carme de Olot, Cristóbal Colón inició en 1982 este gran reto con la creencia que el trabajo es una herramienta terapéutica y un elemento esencial de la vida. Una filosofía que se ha solidificado con el paso del tiempo en un proyecto social que ha acontecido inspirador y que ha generado actividades empresariales de relevo que a su vez han posicionado una marca de prestigio dentro del sector del gran consumo.