La actuación, desarrollada en el municipio de Adra, se inició tras localizar los agentes un inmueble del que emanaba "el característico olor a los cultivos de marihuana" y en el que había varios aparatos de aire acondicionado funcionando de "forma permanente".
En el dispositivo de vigilancia diseñado para identificar a los responsables de la plantación, la Guardia Civil comprobó que en la vivienda solo vivían una pareja junto a un bebé de pocos meses.
Tras la autorización de la autorización judicial para entrada y registro, los agentes descubrieron que que el cultivo de marihuana ocupaba gran parte de la vivienda e intervinieron 387 plantas de marihuana, 1.200 euros en efectivo y los aparatos eléctricos y el material necesario para maximizar el rendimiento del cultivo.
Los agentes procedieron a la detención de ambos mientras que se inició una actuación coordinada con Asuntos Sociales y la Fiscalía de Menores para la protección del bebé.
Las plantas intervenidas estaban en la fase final de la producción, a pocas semanas de su secado y salida al mercado.
Los agentes neutralizaron, asimismo, un enganche ilegal a la red eléctrica que alimentaba el cultivo, "suponiendo un riesgo real de provocar un incendio por el consumo tan elevado de energía".
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