En rueda de prensa, el comisario provincial de Cádiz, Santos Bernal Uceda, ha agradecido el trabajo de «los policías de la operación», además de «a la jueza de Instrucción Número 1 de Sanlúcar de Barrameda» y «a la Fiscalía, quienes se encontraban de guardia». Además, ha añadido la satisfacción de «haber apartado de la sociedad todo el material de armas incautado», además de los estupefacientes, teléfonos móviles y el dinero, entre otros.
La Dirección General de la Policía ha explicado en una nota que los hechos sucedieron el pasado día 28 de julio cuando, en el marco de una investigación contra el tráfico de drogas, los agentes llevaban varios días vigilando los movimientos de un joven al considerarlo, presuntamente, autor de un delito contra la salud pública.
Así, según ha indicado, tras recabar las informaciones pertinentes, los policías se disponían a darle el alto tras interceptar su vehículo al regreso de un alijo pero, ante la presencia policial, el investigado hizo caso omiso de las señales de los funcionarios policiales y el todoterreno con los dos individuos en su interior, aceleró el coche contra los agentes, mostrando una excesiva violencia y un desprecio absoluto por la vida de los actuantes.
Dos de los policías, que se encontraba con el chaleco reflectante a pie en el camino, tuvieron que saltar y rodar por la ladera del camino hacia los matorrales para no ser atropellados mientras que el tercero, que aún se encontraba en el interior del coche, tuvo el tiempo justo para reaccionar y salir del vehículo. El todoterreno impactó a más de cien kilómetros hora contra el vehículo policial por su parte frontal.
Respecto a la embestida, el inspector jefe Ignacio Vega, jefe de la Udyco provincial de Cádiz, ha resaltado en rueda de prensa «la especial agresividad y violencia, el desprecio por la vida de los policías mostrado por uno de los investigados», destacando que el autor se encuentra en prisión y se enfrentará a una «larga condena de cárcel».
Tras la embestida, los dos individuos habían emprendido la huida sin ser localizados en ese momento, si bien fue arrestado uno de los implicados en la preparación del alijo, que había realizado funciones de 'punto', y que fue localizado escondido en un vivero cercano. En este sentido, los agentes intervinieron el vehículo todoterreno con los 20 fardos de hachís que portaba en su parte trasera, además de una pistola municionada.
Al día siguiente, y tras las investigaciones oportunas, los agentes habían comprobado que el conductor implicado pernoctaba en un hotel de Jerez donde fue detenido.
Posteriormente, los policías llevaron a cabo la entrada y registro de su domicilio en Chipiona donde, con el apoyo de la Unidad de Guías Caninos, localizaron un gran número de armas y munición -pistolas, revólveres, escopetas de dos cañones, una pistola de bolsillo y un subfusil de asalto AK47-. Además también se ha intervenido dinero en metálico (un total de 7.000 euros), numerosas joyas, documentación con anotaciones y ropa oscura junto a varios pasamontañas.
Durante la rueda de prensa, el inspector jefe Ignacio Vega ha destacado, en preguntas de los periodistas, que «tradicionalmente es en el Campo de Gibraltar donde más se desarrollan dispositivos contra el narcotráfico», pero «la zona del Guadalquivir se está convirtiendo en una nueva vía para las narco organizaciones y está resultando ser un sitio idóneo para ello», así que desde la Policía lo consideran un «objetivo prioritario».
En la convocatoria de prensa, uno de los agentes allí presentes, especialista en Armamento y Tiro de la Policía Nacional ha explicado las características de la importante cantidad de armas que han podido incautar durante la operación 'Mosquito'.
Finalmente, los agentes han querido agradecer la labor de la unidad canina con la que se ha contado para la operación, que según fuentes policiales, ha sido «determinante» para dar con la cantidad de hachís incautada.
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