Los vecinos de Bérchules, en la Alpujarra de Granada, han dado la bienvenida este sábado, con su particular Nochevieja, al nuevo «año y medio» en una ambiente tranquilo y sin incidentes importantes, una edición en la que, además, ha destacado la «abrumadora» acogida del pregón de las fiestas a cargo de sanitarios del municipio, en reconocimiento a su labor en las etapas más duras de la pandemia del coronavirus.
Así lo ha indicado en declaraciones a Europa Press el alcalde de Bérchules, Ismael Padilla, quien ha destacado que la aceptación de la idea de que el pregón lo dieran algunos sanitarios del pueblo «ha sido mayoritaria y abrumadora», para añadir que «nos ha visitado mucha gente por tener este gesto». En este sentido, ha agregado que en el momento del pregón y las campanadas la plaza «estaba a niveles de hace siete y ocho años», ni en los últimos años «ha estado tan llena como ayer».
Además, a falta de cifras más precisas, se estima que unas 7.000 personas han participado en esta tradición que celebra cada primer fin de semana de agosto desde 1995 tras un apagón en el inicio de ese año, una efeméride declarada fiesta de interés turístico de Andalucía. Cabe recordar que el año pasado la fiesta se celebró con cabalgata pero sin uvas en la calle por las restricciones para frenar la pandemia del coronavirus.
Asimismo, Padilla ha indicado que, respecto a otras ediciones, este año «se ha notado mucha más previsión y más anticipación de la gente», que «no ha llegado de forma puntual justo una hora antes». Y ha agregado que, por ejemplo, la tienda oficial de la Asociación de la Nochevieja en Agosto de Bérchules «ha funcionado con más afluencia a lo largo del día y menos de forma puntual».
El alcalde ha resaltado también que las actividades lúdicas «se han desarrollado con normalidad según lo previsto». La jornada de este sábado comenzó en la mañana, a partir de las 9,00 horas, con el tradicional pasacalles con borriquilla, acompañado de la charanga Los Notas, con el reparto de mantecados, que desde siempre facilita La Estepeña.
La charanga estuvo presente al mediodía para animar al tapeo, y, a las 18,00 horas, el pasacalles y los Reyes Magos, cargados de anís y mantecados, salieron desde el núcleo de Alcútar a Bérchules.
A las 19,30 horas, el concierto de Baraca, y a las 20,30 horas, la zambomba, prolongaron el pregón celebrado a las 23,00 horas, antes de la medianoche, cuando se dio la bienvenido al «año y medio» con las uvas. La fiesta se ha prolongado durante toda la madrugada del domingo con más música y pinchadiscos en las plazas de la Iglesia y de la Constitución.
El origen de la fiesta tiene lugar a raíz de un corte de suministro eléctrico en la Nochevieja de 1994, circunstancia que ocurría con frecuencia por las inclemencias del tiempo. A consecuencia de ello se organizó una manifestación en la que participó el 95 por ciento de la población y a partir de la cual se acordó que para garantizar dicha celebración, esta se hiciera el primer sábado de agosto. El éxito de dicha celebración hizo que se continuara con ella, consolidando la fiesta.
Esta fiesta ha venido reuniendo en la localidad, que tiene una población de unas 700 personas aproximadamente, en torno a 10.000 visitantes, aunque en 2020 no se celebró, tras la primera ola de la pandemia. La mayoría de ellos han provenido de provincias próximas como Almería o Málaga, aunque también ha sido significativa la afluencia de turistas de otras comunidades autónomas como Murcia, Madrid y Cataluña, así como de otros países como Alemania, Francia o Inglaterra.
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