El director general de la Fundación Ibercaja, José Luis Escrig, ha apuntado durante la presentación de muestra que conocer la historia de Zaragoza es conocer el legado de esta hermandad.
En este sentido, la jefa del Área de Cultura de Fundación Ibercaja, Mayte Ciriza, ha subrayado que lo supone esta cofradía para la ciudad de Zaragoza es «mucho más que salir en procesión y que una cuestión de fe o de espiritualidad».
«Poner en valor todo este legado es defender nuestra cultura, patrimonio, señas de identidad y el amor a la tierra», ha asegurado Ciriza.
500 años de historia
El objetivo de la hermandad a través de esta exposición es compartir con la sociedad el patrimonio de la misma y su historia desde que se funda en el año 1522, ha expresado el presidente de la Comisión del V Centenario de la Hermandad de San Joaquín, Miguel Estrada.
La hermandad lleva a cabo una labor «muy discreta» pero se encarga de promover la Asociación de Caballeros del Pilar, estableció la Asociación de Jóvenes Obreros y Comerciantes o promueve ECOS e impulsa la Cámara de Comercio de Zaragoza.
La muestra da a conocer la vinculación que tiene la hermandad con el comercio, un aspecto relevante dentro de la historia de la ciudad de Zaragoza pero que es desconocido para gran parte de los zaragozanos, ha dicho.
Los protagonistas en su nacimiento fueron los mercaderes y comerciantes quienes hicieron posible el mantenimiento del progreso de la capital del Ebro. Tomaron como principales objetivos frenar la peste y crear una estructura socio-religiosa para ayudar a sus familias y a todas aquellas personas en situación de pobreza, enfermedad o muerte.
Cinco salas
El comisario de la muestra, Domingo Buesa, ha subrayado que no es una exposición que hable de una procesión ni de una devoción, sino que relata el empeño de hombres y mujeres que durante 500 años por construir una Zaragoza más próspera, social y justa. Buesa ha sido el encargado de detallar la estructura de esta exposición que se encuentra divida en cinco salas.
La fundación de la Hermandad de San Joaquín centra la primera parte de la exposición en la explicación de las personas que sembraron su origen en 1522. Se trataba de comerciantes y mercaderes que tenían sus comercios en la actual avenida César Augusto que lleva al Mercado Central y la calle Predicadores, donde establecieron una capilla dedicada al santo en el cercano convento de Santo Domingo.
En este lugar, tuvieron su primera sede, desde donde prestaban
ayuda económica y apoyo moral a quienes más lo necesitaban. En este primer espacio, los visitantes podrán contemplar testimonios documentales de la época y objetos devocionales como el portapaz, el
relicario o las tallas de San Joaquín y Santa Ana.
La segunda sala está dedicada a la siguiente etapa de la Hermandad, a partir de 1897. En ella se habla de la figura de Manuel Dronda y Ascárraga quien recuperó la Hermandad de Comerciantes con el objetivo de potenciar su religiosidad, favorecer la relación con sus dependientes y conseguir dos días festivos para el gremio. Además de las referencias visuales y documentales de las personas más importantes en esta etapa, también se exhiben obras como la talla de San Joaquín del escultor Francisco de Borja.
El inicio del siglo XX marca la tercera sala de la muestra, con el 29 de marzo de 1938 como la fecha en que se crea la Sección de la Virgen de los Dolores. A partir de entonces, se incorporan 56 hermanos sin hábito que acompañan a la Virgen Dolorosa, esculpida por Antonio Palao en 1856 y que puede verse también en la muestra.
El recorrido histórico de la Hermandad prosigue con la creación de la Sección de Tambores en 1958. Durante la segunda mitad del siglo XX, tuvo lugar también la incorporación de la mujer vistiendo el hábito de la Cofradía y la creación de la Medalla de Oro. Igualmente, la Hermandad continuó potenciando su labor asistencial y creando un voluntariado propio en el que se integran los jóvenes en campañas a favor de los refugiados de Bosnia y Kosovo o campañas de recogida de alimentos, juguetes y donaciones de sangre que convoca su revista 'Dolorosa'.
La última sala de la exposición está dedicada al auge de la Hermandad en el siglo XXI. En sus primeros años, tuvo lugar el encargo de joyas para vestir a las imágenes y elementos procesionales como los que pueden verse en la muestra.
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