«Me niego a rendirme. Los madrileños no merecen un alcalde que se rinda. No se lo merecen. Podrán achacarme que no los he aprobado, pero nunca que no lo he luchado y he hecho lo indecible para aprobarlos», ha lanzado el regidor a los medios de comunicación tras la entrega de los galardones municipales por el Día Mundial del Turismo.
Este mismo martes en el Pleno del Ayuntamiento el portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, dibujaba una línea roja para sentarse a negociar las cuentas del próximo año: Suspende las restricciones a los vehículos con etiqueta A y los industriales hasta que los tribunales no resuelvan los recursos por ellos interpuestos.
Almeida ha afeado tanto a Vox como a la izquierda imponer condiciones para negociar y directamente rechazar su apoyo sin conocer siquiera el contenido de los Presupuestos o las Ordenanzas Fiscales --rebajas de impuestos-- que propone el Gobierno local. Las Cuentas de 2021 salieron adelante con el 'sí' de Vox, mientras que las del año pasado contaron con el respaldo del Grupo Mixto.
PIDE «REFLEXIÓN» A LOS GRUPOS POLÍTICOS
COS
El alcalde ha pedido una «reflexión» por parte de la oposición y que se pongan en el lugar de los madrileños que están haciendo frente a las subidas de los precios. Entiende que el rechazo frontal de primeras sería «difícil de explicar» a los ciudadanos, a quienes no quiere transmitir que los políticos son «incapaces» siquiera de sentarse a negociar.
«Si después de pensar en todos ellos son capaces de rechazarlos sin siquiera conocerlos, me parece complicado que los madrileños lo puedan entender y aceptar. ¿Creen que los madrileños entienden la política del 'no es no' sin más?», ha cuestionado el primer edil.
Por su parte, ha afirmado que harán «todos los esfuerzos» para que los Presupuestos salgan adelante y se ha negado a lanzar un mensaje de «derrotismo» en la complicada situación actual derivada de la invasión de Ucrania y en la que aún colean los efectos del Covid-19.
«Voy a seguir hasta el final. Voy a tratar de sentarme a negociar. Voy a tratar de llegar a acuerdos porque los madrileños lo necesitan» ha proseguido el alcalde, quien entiende que la prórroga de los actuales no sería «una derrota política» para el actual Gobierno, sino un «fracaso para la ciudad».
Sobre esta prórroga ha asegurado que, aunque sí podrían gobernar, no es «lo mejor», que prefiere unas Cuentas pactadas y negociados donde «ambas partes tendrán que ceder».
Augura que de no poder sacar adelante unos nuevos Presupuestos y las Ordenanzas Fiscales, «se impedirían incentivos, inversiones importantes y que las emergencias tengan los mejores medios». «Pido generosidad, vamos a poner esos presupuestos sobre la mesa. Vamos a hablar sobre», ha concluido.
La línea roja de vox
Fuentes municipales han explicado a Europa Press que la suspensión de la ejecución de la Ordenanza de Movilidad Sostenible, las restricciones para vehículos sin etiqueta e industriales y las multas por acceso indebido requeridas por Vox para negociar serían «inviables jurídicamente».
Han insistido en que está en vigor y es de «obligado cumplimiento» y que dejar estas medidas sin efectos podrían ir en contra del «principio de no regresividad» de la Ley de Cambio Climático nacional, que además incluye la obligatoriedad de las zonas de bajas emisiones en ciudades con más de 50.000 habitantes.
A su vez, han apuntado a que España está inmersa en un procedimiento sancionador en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por incumplir desde el año 2010 hasta 2017 por el límite de dióxido de nitrógeno establecido.
Asimismo, han recalcado que cuando llegaron al Gobierno se aprobó una moratoria de multas de Madrid Central en busca de una forma de «mejorar el sistema» y que se anuló por la Justicia. Por último han subrayado que «un acuerdo político para unos Presupuestos no puede revocar un acuerdo normativo y anular una ordenanza».
Vox matiza que quiere una moratoria y no una derogación
Este mismo miércoles en el mismo acto que el alcalde la portavoz de Hacienda de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Arantxa Cabello, ha matizado que su grupo sí se abre a negociar el presupuesto de 2023 con el Gobierno municipal poniendo sobre la mesa una moratoria, que no derogación, de la Ordenanza.
«Estamos preocupados porque creo que ellos lo han entendido mal», ha contestado Cabello, quien ha negado que sus exigencias no sean legales basándose «en las circunstancias que van a venir a partir de ahora con la crisis energética».
«Aunque estemos en contra de la ordenanza, tenemos que pensar si se puede aplicar o no. Ahora mismo si uno quiere comprar un vehículo eléctrico tarda más de un año, el Ayuntamiento tendrá que tomar medidas, no puedes cerrar Madrid a vehículos cuando los ciudadanos no tiene poder adquisitivo ni capacidad técnica porque vas a un concesionario y no te lo venden porque no hay», ha indicado.
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