Las unidades del dolor hospitalarias de la Comunitat Valenciana atendieron un total de 60.933 consultas en 2021, de las que 21.280 fueron primeras consultas y el resto, sucesivas. Por sexos, el 66 por ciento de las personas que precisaron de esas consultas fueron mujeres y el 34% hombres.
Las unidades del dolor son áreas donde acuden pacientes con dolor, en su mayoría, crónico, de cualquier origen (neuropático, oncológico, postraumático o quirúrgico, entre otros), habitualmente derivados por otros especialistas que no encuentran solución a su patología dolorosa por medios convencionales.
Estas unidades integran a profesionales de anestesiología, neurocirugía, rehabilitación, medicina de familia, psicología y enfermería que tratan el dolor desde todas las esferas, ha indicado la Generalitat en un comunicado en el marco del Día mundial del dolor, que se celebra el 17 de octubre con el objetivo de concienciar sobre la importancia de tratar el dolor de forma multidisciplinar y abordando todas sus facetas.
Según el especialista en anestesiología y coordinador de la Unidad del dolor del Hospital Clínico de València, el doctor Carlos Tornero, «la mayor parte de casos que se atienden en la unidad son los relacionados con dolor musculo-esquelético, principalmente de origen vertebral, tanto lumbar como cervical». «Por edades, la franja de edad media de los pacientes se sitúa alrededor de los 60 años», ha señalado.
«Tenemos también un perfil de paciente joven con dolor crónico. En todos los casos, tenemos un importante reto que es recuperar la funcionalidad del paciente para que pueda reincorporarse a su vida cotidiana lo más normal posible», ha subrayado.
Esta unidad del Dolor atiende al año alrededor de 4.400 pacientes en consultas externas y, en el área quirúrgica, realiza alrededor de 3.000 procedimientos complejos para tratar el dolor crónico que no responde a otros tratamientos.
«Las opciones que ofrece la unidad del Dolor del departamento Clínico-Malva-rosa son múltiples: se hace un estudio y evaluación de cada paciente y empezamos por las opciones más simples como son los tratamientos endovenosos, parches e infiltraciones y para casos complejos que no responden a estos tratamientos, existen técnicas que se realizan en el quirófano, como son la radiofrecuencia, estimulación medular o bombas intratecales (dispositivos con analgesia que se implantan por medio de una pequeña cirugía)», ha apuntado el doctor Tornero.
Técnicas innovadoras
Entre las técnicas más innovadoras para tratar el dolor crónico que se han incorporado últimamente a la cartera de servicios del hospital Clínico se encuentra la estimulación medular con potenciales evocados en circuito cerrado, para pacientes con dolor rebelde e intratable con terapias convencionales. El estimulador medular se implanta en el espacio epidural mediante visión radiológica y mediante estimulación eléctrica se consigue controlar el dolor.
Otra de las técnicas utilizadas es la terapia transcraneal con corriente directa para pacientes con fibromialgia, una técnica de neuromodulación cerebral no invasiva que administra una corriente a baja intensidad para estimular áreas específicas del cerebro.
Las técnicas con ozono como complemento o sustitución del uso de corticoides son otras de las incorporadas. En ellas, se infiltra ozono como potente analgésico y en ocasiones permite evitar la administración de corticoides.
Por otra parte, las técnicas intradiscales que permiten resección de protrusiones discales (lesión de la columna vertebral que se genera en el disco intervertebral) de forma percutánea sin necesidad de cirugía. En estos procedimientos se accede al interior del disco vertebral donde existe la lesión para la administración de medicación, radiofrecuencia o incluso para su extracción parcial si fuera el caso.
Asimismo, las últimas técnicas de radiofrecuencia y de crioablación permiten un alivio prolongado del dolor cuando el tratamiento farmacológico no funciona. Estas técnicas bloquean la transmisión de las señales nerviosas de dolor por medio de temperatura (frío o calor), se realizan en el quirófano de forma ambulatoria y consiguen un alivio del dolor duradero.
Implicaciones sociales y laborales
Tornero ha afirmado que «cuando hablamos de dolor hay que pensar en el dolor crónico en todas sus facetas, sin olvidar el componente psicológico y las implicaciones sociales y laborales que supone sufrir dolor a diario».
«El dolor no es un proceso aislado, sino que implica una disminución de la calidad de vida del paciente que lo padece, con una repercusión importante en su salud física y mental, además de una limitación importante para participar de la vida social y familiar» ha concluido.
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