El Defensor del Pueblo vasco-Ararteko ha alertado sobre el «crecimiento de la desigualdad social en Euskadi» y ha apostado por cambios estructurales profundos para evitar que las diferencias sociales aumenten.
En este sentido, ha reclamado a las administraciones públicas y a la sociedad que «construyan, de manera fraterna y solidaria, las condiciones para que se rompa el círculo de la pobreza y se avance en igualdad social y en dignidad».
En una declaración institucional con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se celebra cada 17 de octubre, el Ararteko recuerda que esta jornada fue instaurada por las Naciones Unidas para concienciar sobre las consecuencias de la pobreza y para contribuir a la lucha por la dignidad, la libertad y la igualdad de las personas.
Según señala, el compromiso firme por la dignidad, la libertad y la igualdad de las personas únicamente puede ir unido a la fraternidad en lo económico e incide en que «para frenar la concentración de los recursos económicos, son necesarias políticas públicas y un marco jurídico que le haga frente».
«La búsqueda de beneficio económico, sin tener en cuenta los derechos humanos, la contaminación medioambiental o de la miseria a la que aboca a vecinos y vecinas, a países y continentes enteros, ya no es sostenible, ni social ni políticamente», advierte.
Tras considerar que el sistema vasco de protección social ha permitido «evitar situaciones de pobreza severa en Euskadi» y hacer frente al riesgo de exclusión social, indica que la nueva Ley para la Garantía de Ingresos y la transferencia del Ingreso Mínimo Vital debería «dar respuesta a todas las situaciones de vulnerabilidad económica y de precariedad laboral en Euskadi».
«La erradicación de la pobreza no solamente exige transferencias sociales, sino medidas para la lucha contra la discriminación y la desigualdad social que permitan a todas las personas acceder a una formación cualificada, a un trabajo de calidad o a un alojamiento seguro y adecuado, en definitiva a disfrutar de una vida digna, con independencia del género, etnia, nacionalidad, edad, diversidad funcional o salud, entre otros determinantes de situaciones de vulnerabilidad y exclusión social», añade.
Por otro lado, recuerda que la Comisión Europea, en la Recomendación del Consejo de 28 de septiembre de 2022, dice haber constatado el incremento de personas en riesgo de pobreza en Europa, reconoce que ha disminuido el impacto de las transferencias sociales y plantea que las medidas derivadas del confinamiento han tenido un impacto desproporcionado en las mujeres y en situaciones de vulnerabilidad.
Por ello, propone diversas medidas para garantizar unos ingresos mínimos para todas las personas en situación de riesgo y exclusión social o con salarios precarios, así como políticas activas de empleo y de inclusión social.
En esta misma línea, el Ararteko pide a las administraciones públicas y a la sociedad, especialmente a quienes más poseen, que «construyan, de manera fraterna y solidaria, las condiciones para que se rompa el círculo de la pobreza y se avance en igualdad social y en dignidad».
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