Juicio por el crimen de Iván Vaquero en Velilla | Europa Press

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La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Alberto J. a tres años y medio de cárcel por el homicidio de Iván Vaquero, el vecino de Velilla de San Antonio que murió en noviembre de 2020 de una paliza mortal por unas pintadas que realizó en el portal de la casa del agresor.

En una sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, los magistrados penan al acusado como autor responsable de un delito de un delito de lesiones dolosas en concurso ideal con un homicidio por imprudencia grave, sin circunstancias atenuantes.

Se le condeno igualmente a que indemnice, en concepto de daño moral, a la madre de Iván en la cantidad de 100.000 euros, y al hermano de la víctima con 40.000 euros.

Conforme al veredicto del jurado popular, se le absuelve de los delitos de homicidio doloso, que pedía la fiscal, y de asesinato, que reclamaba la familia.

En su veredicto, los miembros del tribunal de jurado atendieron a la calificación del abogado defensor, quien defendía que su cliente nunca se imaginó que con una patada y dos puñetazos pudiera matar a una persona.

La Sala respalda la calificación del jurado, ya que «habida cuenta de que unos golpes realizados con las manos (puños), y concretamente dos, y careciendo el acusado de una fisonomía o complexión física, objetivamente superior a la de la víctima también varón, nadie puede inferir que conduzcan con una alta probabilidad a la muerte, sin perjuicio de sin perjuicio de concluir que es una actividad teñida de imprudencia, grave por la intensidad de los golpes».

Al conocer el fallo del jurado, el abogado de la familia, el letrado José Luis Vegas, ya adelantó que recurriría la sentencia al estar disconforme con la pena impuesta. Con la pena impuesta, Alberto J. extinguirá la condena en año y medio al haber cumplido ya dos años en prisión preventiva.

«Pido perdón por todo lo ocurrido. Nunca se me pasó por la cabeza pasar por esta situación», manifestó el acusado entre lágrimas en su turno a la última palabra. Lo hizo a espaldas de sendas familias, quienes acudieron a diario a las sesiones celebradas en la Audiencia Provincial de Madrid.

La paliza que desembocó en la muerte de Iván se inició después de que el homicida le recriminara unas pintadas que había hecho en su portal contra el exmarido de su pareja, con quien había roto días antes.

El fiscal solicitaba una condena de 12 años de cárcel por un delito de homicidio intencionado. La acusación particular elevaba a 25 años de cárcel la petición por asesinato al alegar el abogado José Luis Vegas que la víctima no pudo defenderse de los golpes que recibió de Alberto J., un extremo que corroboraron los testigos.

El abogado defensor pedía una condena por homicidio imprudente, con la circunstancia atenuante de reparación del daño. El letrado sostiene que Alberto nunca se imaginó que con una patada y dos puñetazos pudiera causar la muerte de alguien, influyendo en el fallecimiento una subida de tensión que le provocó una hemorragia que afectó a una malformación arteriovenosa cerebral.