El mercado Little Spain, ubicado en el corazón de Nueva York, en Manhattan, acerca la gastronomía española y los productos típicos de Madrid a Estados Unidos (EEUU), de la mano de su director culinario, el chef madrileño Nicolás López.
El chef, madrileño de nacimiento, ha trabajado en el restaurante Zalacaín en la capital, entre otros, en Londres y en Bogotá, aunque estas ciudades se les terminaron haciendo «pequeñas» y decidió moverse a la Gran Manzana junto al chef José Andrés y los hermanos Adrià. Little Spain estuvo fraguándose durante dos años y abrió sus puertas en marzo de 2019 ofreciendo lo que el denomina «el sushi español», que son «la paella, las croquetas o el jamón».
Con una estética vanguardista, el mercado ofrece estos productos españoles a los estadounidenses, a los que les gusta «explorar cosas nuevas», pasando de unos callos a unas albóndigas con sepia. «No están acostumbrados. Les gusta mucho y es una cocina muy rica y muy sabrosa, la mejor cocina del mundo», ha expresado el chef, en declaraciones a los medios de comunicación desde el propio mercado.
Así, ha afirmado que a los neoyorquinos les encanta Madrid, una ciudad que está «muy de moda desde hace mucho tiempo», a través de la venta de productos estrella españoles, «que se han hecho un hueco en el americano».
Aunque su target depende de la temporada, el chef ha señalado que la mayoría de sus clientes son locales, incluyendo a trabajadores que tienen su oficina en los rascacielos próximos y gente de Nueva York que se dirige al mercado a probar los productos.
También, ha indicado que lo visitan turistas «de todos lados» y también muchos españoles, algo que le llena «de mucho orgullo». «El turista español viene aquí a verlo porque se habla de este sitio en España», ha subrayado, a la vez que ha detallado que es «difícil de encontrar» un lugar que tenga en Estados Unidos un lineal de paellas a la leña, jamones colgados o las tortillas de patatas hechas al momento.
Alejados del "topicazo" de españa
El chef Nicolás ha defendido que en el mercado se han «alejado mucho de topicazo» sobre España con el flamenco y los toros y han querido mostrar «una España moderna de hoy en día». Todo el mobiliario con el que cuenten es de España y ofrecen música en castellano, catalán, gallego o euskera, tras realizar una inversión de 45 millones y contar con más de 300 trabajadores, 12 de ellos españoles.
Han contado, durante su trayectoria, con quesos de la Sierra de Madrid, vino de la región y diferentes elaboraciones como el bocata de calamares, los calles, los churros o un mollete de mejillones con patatas chips, además de otros como torreznos.
Little Spain se ha popularizado como un típico diner estadounidense, una casa de comidas, con un menú «súper español», aunque con la visión y el prisma americano, con sus típicos restaurantes populares de hamburguesas o ensaladas con grandes pantallas, haciendo también guiños a otras culturas con productos como el «cocido ramen».
El chef Nico López cree que el modelo de Little Spain es «exportable» y se podría desarrollar en otras ciudades como Londres, aunque es algo que «tienes que estudiar mucho».
Además, ha narrado como, tras su apertura en 2019 y en la celebración de su primer año, tuvieron que cerrar de repente por la pandemia. Durante este duro período, los responsables de cocina estuvieron haciendo comidas para la gente con pocos recursos económicos, pasando de 300 a 3.500 comidas diarias.
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