Sin duda este año que acaba ha sido políticamente complicado para el regidor de la capital, que durante los primeros meses de la pandemia por Covid-19 fue denominado «el alcalde de España» por sus continuas llamadas a evitar la confrontación y que alcanzó los Acuerdos de la Villa con la rúbrica de todos los grupos de la oposición en Cibeles.
Su figura se ha visto golpeada este año por dos polémicas que trascendieron los muros del Palacio de Cibeles. En febrero salió a la luz el presunto espionaje a Díaz Ayuso desde las filas del PP en el Ayuntamiento de la capital. Tiempo después, el regidor volvía a ver publicado su nombre en más titulares de los que hubiera deseado con motivo del 'caso mascarillas'.
Fue a mediados del mes de marzo cuando Almeida daba un paso al lado en la carrera para presidir el partido en la región. Nunca dio un paso al frente, es más, mantuvo en reiteradas ocasiones que él era partidario de la tercera vía, que no liderara la formación en la Comunidad ni el alcalde ni la presidenta.
Pero el entonces presidente 'popular', Pablo Casado, vio en él un «buen candidato» para este cargo. Dejaba de apoyar exclusivamente a Ayuso para llevar las riendas del PP en Madrid y se desataba así una batalla entre Sol y Génova, con acusaciones cruzadas, que terminaría con la salida de Casado de la Presidencia del partido.
El alcalde vio así cómo se quedaba en medio de dos aguas, pues a la lealtad y agradecimiento que siempre ha manifestado para con Casado se sumaba la buena relación de la que presumía mantener con Isabel Díaz Ayuso, que llegó a su momento más crítico cuando se hizo público --en febrero-- un presunto intento de espionaje a la dirigente mediante recursos municipales de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS).
José Luis Martínez-Almeida siempre ha negado que ello llegara a producirse y Díaz Ayuso manifestó que confiaba en el regidor, no así en la Dirección Nacional del partido. Pese a todo, este presunto espionaje puso en entredicho la figura de Almeida, que terminó acudiendo a la comisión de investigación municipal sobre el caso.
Todo ello en plena crisis interna del PP, en la que el regidor dejó su cargo como portavoz nacional «de común acuerdo» con Casado tras ostentar esta posición desde agosto de 2020.
Luceño, medina, mascarillas y comisiones
Cuando comenzaba a alejarse el foco mediático de Cibeles, con la comisión de investigación sobre el presunto espionaje cada vez más diluida, salta a la opinión pública el ya denominado 'caso mascarillas'.
Dos empresarios, Luis Medina y Alberto Luceño, intermediaron en la compraventa de material sanitario al Consistorio de la ciudad en la peor etapa de la pandemia y ganaron comisiones por valor de 6 millones de euros.
Además, se apuntaba a un nombre que volvía a poner en el disparadero al alcalde. Carlos Martínez-Almeida, su primo, fue quien facilitó al hijo menor de Naty Abascal el correo genérico con el que contactar al Consistorio.
Tal y como declaró él mismo ante el juez su intervención se limitó a facilitar al investigado un correo que le dio la coordinadora general de Alcaldía, Matilde García, única persona que conoce del Consistorio madrileño.
Martínez-Almeida volvía a salir a dar explicaciones ante los madrileños en una rueda de prensa que terminaría siendo analizada en cada gesto y afirmación. Desde ese día, 7 de abril, el regidor ha repetido como un mantra que el Ayuntamiento y el Gobierno municipal fueron «estafados» y «perjudicados» en unos contratos que suscribieron todos los grupos municipales.
Así lo repitió durante toda la Semana Santa madrileña, cuatro días festivos en los que se iban conociendo más detalles sobre esta presunta estafa, como el «pa' la saca» que escribía Luceño a Medina en un correo electrónico sobre los contratos que habían cerrado.
También aportó los mismos detalles en el pleno extraordinario donde tuvo que comparecer a instancias de la oposición. Allí explicó que la coordinadora general de Presupuestos y Recursos Humanos del Ayuntamiento de Madrid, Elena Collado, se guió a la hora de elaborar el contrato de material sanitario en la pandemia por la «calidad del material» y la «rapidez» con la que este llegaría a la capital.
Sobre los comisionistas Alberto Luceño y Luis Medina, a quien ha llegado a calificar de «personajes», Martínez-Almeida ha zanjado que «en ningún momento se les pagó un solo euro», sino a que «todas las cantidades fueron pagadas a la empresa Leno».
Confiado en 2023
«No hay una sola encuesta, ni de las publicadas, ni de las no publicadas, que no diga que el PP ganará con gran diferencia», ha expresado en diversas ocasiones sobre los comicios municipales de 2023 en la capital.
Y es que para Almeida, los 'populares' tienen «prácticamente garantizado ser la lista más votada y teniendo esa mayoría amplia que tenga un Gobierno estable».
Apuesta personal de Pablo Casado para los comicios de 2019, consiguió hacerse con el bastón de mando cuando el PP logró 15 ediles --uno de los peores resultados en Madrid-- gracias a un pacto de Gobierno con Ciudadanos y a un acuerdo de investidura con Vox. Por este pacto de Gobierno, Begoña Villacís (Cs) se hacía con la Vicealcaldía de la capital.
De cara a 2023, encara los comicios siguiendo el ejemplo de los resultados electorales obtenidos por los 'populares' Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid y Juanma Moreno en Andalucía.
«Aspiro a una victoria lo más amplia posible. El mejor ejemplo lo tenemos en Juanma Moreno; ese es el camino en el que andaremos, inspirándonos en el ejemplo de Isabel Díaz Ayuso del 4 de mayo y en el de Juanma Moreno. Nos inspiran», sostiene.
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