Decenas de miles de manifestantes convocados por la red ciudadana Sare -más de 20.000 según la Policía Municipal- han celebrado este sábado en Bilbao que «se ha ganado la etapa del alejamiento» de los presos de ETA y han exigido que jueces y fiscales «dejen de retorcer la ley» y permitan, «con la legislación ordinaria», acercar a los reclusos «a casa».
La red de apoyo a los presos de ETA Sare ha desarrollado este sábado en Bilbao, bajo el lema 'Etxera bidea gertu' (cerca del camino a casa), una manifestación para reclamar el fin de la «política penitenciaria de excepción» que se aplica a los presos de ETA y para pedir «su vuelta a casa».
En la movilización han tomado parte representantes de EH Bildu, Podemos, ERC, Junts, CUP y BNG, así como de los sindicatos ELA, LAB, UGT, Steilas, ESK, EHNE, Etxalde, Hiru, CNT y CGT. Por su parte, PNV y CCOO se han adherido a la reclamación, aunque han rehusado participar en la marcha.
De este modo, se ha podido ver al coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi; la parlamentaria navarra Bakartxo Ruiz; el diputado Oskar Matute, la candidata a diputada general de Gipuzkoa, Maddalen Iriarte, o al líder de Sortu, Arkaitz Rodríguez, entre otros.
También han tomado parte en la movilización los secretarios generales de ELA y LAB, Mitxel Lakuntza y Garbiñe Aranburu, así como el exdiputado de ERC Joan Tarda, o la expresidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell.
En la manifestación, que ha arrancado pasadas las 17.00 horas desde La Casilla, se han repartido además pegatinas con el nuevo logotipo de la Asociación de familiares y allegados de presos de ETA, Etxerat, y de la red Sare, que han suprimido el 'mapa de Euskal Herria', dejando las dos flechas, y han sustituido el lema 'Euskal presoak Euskal Herrira' por 'Etxera'.
Tras una lona de grandes dimensiones en la que se podía leer 'Stop medidas de excepción-Return, Retour, Etxera', y que ha ido pasado por encima de los manifestantes simulando una ola, miles de personas han recorrido las principales calles de la capital vizcaína, pese a que la lluvia y el viento han hecho su aparición en varias ocasiones, para finalizar frente al Ayuntamiento de Bilbao.
Entre apelaciones a seguir adelante y gritos de apoyo a los presos y en favor de su regreso «a casa» y de la «amnistía», los organizadores han resaltado que se viven los últimos estertores de la dispersión. La protesta ha contado también con la intervención de los bertsolaris Amets Arzalluz y Maialen Lujanbio.
Tras llegar a Zabalburu e interpretar el 'Txoria txori', de Mikel Laboa, la marcha ha continuado hasta el Ayuntamiento tras una pancarta con el lema 'Etxera bidea gertu' que ha sido portada, entre otros, por los portavoces de Sare Joseba Azkarraga y Begoña Atxa, junto a Anaiz Funosas, de Bake Bidean, el cantante Fermin Muguruza, y Rosa Rodero, viuda del ertzaina Joseba Goikoetxea, asesinado por ETA.
Azkarraga
Durante el trayecto, el portavoz de Sare, Joseba Azkarraga, se ha mostrado convencido que la multitudinaria marcha es «la expresión de una parte importante de la sociedad vasca» que pide «el fin de la vulneración de los derechos» de los presos de ETA.
«Salimos de una etapa complicada, una larga etapa que hemos ganado después de 34 años; por fin el alejamiento ha tocado prácticamente a su fin, pero nos queda todavía un largo camino por recorrer, que es la necesidad se traerlos a casa», ha señalado.
Este objetivo se conseguirá, en su opinión, «cuando los jueces y los fiscales dejen de retorcer las leyes» y permitan que se aplique la legislación «ajustándola al momento que vive». «Pero también, que se ajuste de tal forma que la venganza y el odio se destierre para siempre y que la ley se utilice exclusivamente para posibilitar la convivencia en este país», ha añadido.
Una vez más, Joseba Azkarraga ha asegurado que, con una aplicación de la ley ordinaria, «hoy, el 64% de los presos vascos estaría en condiciones de estar en tercer grado penitenciario, por tanto, en semilibertad o libertad condicional».
«Es decir, 110 presos podrían estar hoy en esta situación», ha destacado, a la vez que ha lamentado que la Justicia «se ha convertido en el arma jurídica de la extrema derecha política».
Comunicado final
En el comunicado final, leído en euskera por Anaiz Funosas y en castellano por Joseba Azkarraga, los convocantes han resaltado que 34 años después del inicio de la política de alejamiento se ha ganado «entre todos esta etapa». «No tuvieron en cuenta la firme voluntad de la sociedad vasca de plantar cara, democráticamente, a esta vulneración de derechos», han resaltado.
Tras advertir que durante este tiempo ha habido «mucho sufrimiento, un importante daño moral y un fuerte coste económico para que ni una sola semana ningún preso se quedará sin la visita de los suyos», Sare ha agradecido a quienes han mantenido «la llama de la reivindicación y de la solidaridad, durante más de tres décadas». Asimismo, han recordado a quienes «perdieron la vida en las carreteras cuando iban o venían de visitar a sus familiares presos».
«Vamos ganando la batalla contra la venganza... estamos ganando la batalla contra el odio y la revancha. Porque creemos en nuestras propias fuerzas y además continuamos avanzando. Lentamente, pero avanzamos», han insistido, para añadir que los presos de ETA «son parte de esta sociedad y es este pueblo quién debe poder decidir cómo y cuándo vuelven a sus casas y se reincorporan a la sociedad».
Por otro lado, han afirmado que «todas las víctimas de todas las violencias sufridas en Euskal Herria» merecen respeto en su dolor y un trato igualitario por parte de los gobiernos y han indicado que mientras no busquen «una solución al problema de las víctimas y se les traslade el debido respeto desde la sociedad, y mientras no se busque una solución a la situación de los presos vascos, no podremos hablar de convivencia».
«Este es el reto que tenemos por delante... son muchos e importantes los obstáculos que tenemos», han sostenido. Entre estos «obstáculos» han subrayado el «papel protagonista los juzgados de excepción y la Fiscalía», que, a su juicio, actúan «desde el afán de revancha y decide, a cientos de kilómetros de distancia, sobre la libertad o no de personas de las que poco sabe y que no le interesan». «Lo hace, además, obviando las decisiones de quienes en los centros penitenciarios conocen la evolución positiva de estas personas privadas de libertad por largos años de condena», han añadido.
"ejercer la soberanía"
Asimismo, han defendido que «ejercer la soberanía es también poder tomar desde aquí decisiones sobre estas personas», algo que, a su juicio, supone «lo democrático».
«Lo tenemos que hacer juntos y juntas. Creando espacios de convivencia. Una convivencia que anhela la sociedad vasca, tras décadas de confrontación y violencia. Buscamos cerrar el ciclo de violencias y represión, para entrar en el ciclo de la pacificación, la convivencia y la resolución», han añadido.
También han asegurado que «no se puede continuar subordinando la agenda de los Derechos Humanos a la conveniencia partidista y a la razón de Estado». «Ello nos lleva a rechazar el afán de venganza de quienes continúan retorciendo las leyes para infligir un mayor castigo hacia hombres y mujeres, que llevan décadas privadas de libertad y en condiciones manifiestamente mejorables, mientras observamos como no hay nadie en la cárcel por torturar o por crímenes de Estado», han añadido.
Por último, y tras mostrar su solidaridad con los presos y sus familias, y también su empatía con las víctimas de «todas las violencias», han advertido que la sociedad vasca «necesita mirar al futuro y acabar con el sufrimiento».
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