Así, estos especialistas llevan desde este pasado jueves buscando en el lugar en el que el detenido dijo a los agentes de la Policía Nacional que había tirado los restos de su expareja tras acabar con su vida. Además, una patrullera del instituto armado presta su apoyo a estas labores.
El pasado domingo fue hallado el cuerpo de una mujer flotando en el agua de la playa de Cañas de Marbella; estaba sin manos y sin cabeza, por lo que su identificación era complicada. Varios testigos grabaron con sus teléfonos móviles el cadáver y el vídeo fue difundido en redes sociales.
La familia de una mujer colombiana, de 46 años, que era víctima de violencia de género y que había desaparecido poco antes, vio estas imágenes y creyó reconocer en ellas a su hermana, por lo que acudió a la Policía Nacional para presentar una denuncia.
En la denuncia, la familia de la desaparecida expuso que la mujer había recibido amenazas días atrás por su expareja sentimental, un hombre de la misma nacionalidad, que habría quebrantando las medidas cautelares dictadas por la autoridad judicial tras su detención a mediados de diciembre por malos tratos.
La Policía Nacional se hizo cargo de esta investigación y la madrugada del 9 de enero estableció un dispositivo tendente a localizar a la expareja de la mujer. Los agentes detuvieron a primera hora de la mañana al sospechoso por su presunta implicación, inicialmente, por un delito de quebrantamiento de condena.
Además, registraron los domicilios del sospechoso y de la mujer, interviniéndose diversos efectos de interés para la investigación. Continuando con las pesquisas, los agentes recabaron diferentes pruebas testificales que situaban a la víctima y a su expareja en un mismo punto de la ciudad.
La víctima y el detenido habían mantenido una relación sentimental de unos cinco meses de duración y a finales del mes de noviembre la mujer decidió poner fin a la misma, fecha en la que comenzaron los problemas. Posteriormente, presentó denuncia en la Comisaría por un episodio de malos tratos.
Este detenido, ante las evidencias que le incriminaban directamente en la desaparición de la mujer, reconoció los hechos a los investigadores, que realizaron una reconstrucción en un enclave de la costa de Marbella donde, según declaraciones del autor confeso, acabó con la vida de su expareja y arrojó su cuerpo mutilado al mar.
Paralelamente, los resultados de ADN realizados para relacionar ambos casos dieron positivos y confirmaron que la identidad del cuerpo hallado en la playa era la misma que la mujer desaparecida.
El hombre fue puesto a disposición judicial el jueves y el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Marbella acordó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, investigado por los presuntos delitos de asesinato y quebrantamiento de condena de alejamiento. Ante la jueza también reconoció los hechos.
Se da la circunstancia de que el pasado mes de diciembre este se conformó con una sentencia condenatoria por la comisión de un delito de malos tratos sobre su pareja, la ahora fallecida. La sentencia fue dictada por el Juzgado de Violencia de Marbella y consistió en una condena a seis meses de prisión y otros 16 meses de prohibición de comunicación y aproximación a la víctima. La condena de prisión fue suspendida por un periodo de dos años con el acuerdo de la Fiscalía.
Asimismo, la Policía Nacional detuvo a una segunda persona, un amigo del exnovio de la víctima, que ha pasado este viernes a disposición del Juzgado de Violencia de Marbella. Supuestamente, el día del crimen, trasladó en una furgoneta a la víctima, aún con vida, y a la expareja de esta a un enclave de la playa donde tendría lugar el crimen.
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