Lo han hecho en rueda de prensa este martes el ingeniero Joaquim Coello; los economistas Andreu Mas Colell y Guillem López Casasnovas; el catedrático de Mecánica del Suelo de la Universitat Politécnica de Catalunya (UPC) Eduardo Alons; el ingeniero de Puentes y Caminos Fernando Hermosilla y el ecólogo Joan Domènec.
Hermosilla ha asegurado que el objetivo es ser «cuidadosos con el medio ambiente», y ha recordado que la propuesta incluye situar la pista sobre pivotes y no la construcción de una isla artificial.
Ha explicado que los pivotes afectarían a las corrientes pero no a las playas de El Prat de Llobregat (Barcelona), a las que «ayudaría a defender disminuyendo el transporte de sedimentos de norte a sur».
Mas Colell ha pedido que se estudie la propuesta ya que, según él, es una propuesta radicalmente mejor que las que afectan a La Ricarda y que permitiría dar un paso enfrente con el Delta del Llobregat: «Imploraría a los ambientalistas que se lo miren muy seriamente».
Domènec ha asegurado que el Delta del Llobregat está amenazado y que la parte sumergida de delante es «banal y poco biodiversa», y ha sostenido que, desde un punto de vista de ambiente marino y de ecología, en sus palabras, no sería un disparate.
10 metros sobre el mar
Coello ha explicado que el proyecto contempla la construcción de una pista de 3.500 metros de largada a 1.500 metros de la costa y a 10 metros sobre el nivel del mar.
Estas cifras permitirían evitar el oleaje --incluso en caso de temporal marítimo--, que pasaría por debajo, y eliminar el ruido en las localidades cercanas a la infraestructura, lo que facilitaría su uso durante la noche para vuelos de carga.
Ha aventurado que de día se podrían alcanzar las 100 o 110 operaciones por hora, y que se podría pasar de 18.000 a 30.000 vuelos intercontinentales al año.
La propuesta también incluye derivar a 10 millones de pasajeros anuales a los aeropuertos de Girona y Reus (Tarragona) para los vuelos punto a punto y conectar estas infraestructuras con Barcelona mediante la alta velocidad.
La construcción de esta pista tendría una duración de cuatro años y un presupuesto estimado de 2.200 millones de euros.
"propuesta seria"
López Casasnovas ha asegurado entender «la sorpresa que ha generado» la propuesta, y ha pedido que se estudie sin apriorismos y que haya un debate acerca de esta opción.
Alonso ha explicado las diferencias con los aeropuertos sobre el mar que se han construido en Asia y ha asegurado que desde el punto de vista estructural, no habría problemas.
Mas Colell ha subrayado que se trata de una «propuesta seria» y la ha definido de brillante, ya que tiene un coste comparable con otras grandes infraestructuras y que usaría tecnología punta que ya está consolidada.
Ha asegurado que «todos los grandes aeropuertos del mundo tienen una pista de 3.500 metros usables para despegues» --en Barcelona es la pista interior-- y ha lamentado que la propuesta de Aena es, en sus palabras, un parche.
Coello ha alertado de que si la ampliación de Barcelona-El Prat no se hace bien «dentro de 10 años se tendrá que hacer un aeropuerto nuevo a 35 o 40 kilómetros de Barcelona, que sería un problema».
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