El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón; la consejera municipal de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca; el presidente de la asociación "The Garden of Peace", Francesco Serafini; y el director de CIHEAM Zaragoza, Raúl Compés, en el Jardín de la Paz | Europa Press

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Olivos de 22 variedades procedentes de distintos países no solo de la cuenca Mediterránea conforman el Jardín de la Paz, como símbolo de paz y tolerancia, que se puede contemplar en el parque de La Aljafería y que tiene como árbol madre uno de los 11 ejemplares de la plaza Salamero que se tuvieron que retirar al caer parte de la techumbre de la primera planta del parking.

Este jardín es el fruto del convenio firmado el pasado mes de noviembre entre el Ayuntamiento de Zaragoza, el Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM) Zaragoza y la Asociación 'The Garden of Peace'.

En un promontorio del parque de La Aljafería se puede visitar este Jardín de la Paz, rodeado de una valla a lo largo de su perímetro y donde los ejemplares recién plantados rodean al árbol madre, que es uno de los olivos de la plaza Salamero.

Zaragoza es la única gran ciudad de Europa que tiene este Jardín de la paz, los otros cinco se localizan ciudades más pequeñas de España, Grecia, e Italia, donde se localiza el primero de todos, en Panzano, ya que el creador de esta iniciativa procede de esta localidad del centro del país. También hay proyectos para que se sumen Toledo, y otras ciudades en Argentina, Brasil y Jordania.

Albania, Argelia, Argentina, Chipre, Croacia, Egipto, Eslovenia, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Irán, Israel, Italia, Líbano, Marruecos, Palestina, Portugal, Siria, Túnez y Turquía, son las 22 variedades procedentes del Banco Mundial del Germoplasma de Olivo de la Universidad de Córdoba, lugar donde se conserva material biológico con el objeto de preservar la biodiversidad.

A la inauguración y plantación de varios ejemplares de olivo han acudido el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón; la consejera municipal de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca; el presidente de la asociación «The Garden of Peace», Francesco Serafini; y el director de CIHEAM Zaragoza, Raúl Compés; además del vicepresidente segundo de las Cortes de Aragón, Ramiro Domínguez.

La consejera municipal de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca, ha dicho que Zaragoza es «depositaria de un tesoro» que tendrá que custodiar en un nuevo espacio «cargado de simbolismo» porque las 22 variedades proceden de distintos países y culturas.

Chueca ha relatado que el olivo es un «símbolo enraizado en los sentimientos en la paz y el futuro» además de ser «inspiración constante de todas las religiones como símbolo de la paz, la luz y la bendición, además de estas asociados a la longevidad, fertilidad y sanación».

Desde creta

El director de CIHEAM Zaragoza, Raúl Compés, ha contado que la idea de traer esta iniciativa a la capital aragonesa surge en la isla griega de Creta en una reunión de este organismo. «Pensé que tenía que venir a Zaragoza porque es evidente que esta ciudad tenia que tener uno».

Compés ha considerado que para una organización dedicada a la cooperación en el Mediterráneo como es el CIHEAM, el Jardín de la Paz es un proyecto cargado de simbolismo que permite estrechar aún más su vínculo con la ciudad de Zaragoza, donde se estableció hace más de 50 años. «El olivo es un símbolo de identidad mediterránea, forma parte de nuestro emblema institucional y es protagonista de muchas de nuestras actividades de formación e investigación».

Asimismo, ha destacado las facilidades del Ayuntamiento de Zaragoza para hacer posible este proyecto y ha confiado en que sea un centro de actividades en torno al olivo como símbolo de paz. «En esta crisis geopolítica, este Jardín tiene un valor especialmente simbólico», ha añadido.

El presidente de la asociación 'The Garden of Peace', Francesco Serafini, ha observado que «hay tanta hambre de paz en el mundo que cuando se planta una semilla brota con una vigorosidad increíble porque la gente quiere paz».

Serafini ha incidido en que la finalidad de este proyecto, además del aspecto agroambiental de recuperación de variedades de olivo, es «crear puentes entre culturas para favorecer proyectos de cooperación».

Al respecto, ha informado de que está en conversaciones con el Rectorado de la Universidad Autónoma de Madrid para crear un grupo de estudiantes que «genere un movimiento que se extienda a otros lugares para hacer proyectos en favor de la paz mundial». «Si cada uno de nosotros actúa con altruismo y aporta su grano de arena se puede hacer una playa para que las generaciones futuras construyan un proyecto de solidaridad, paz y amor».

Conexión con zaragoza

El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha cerrado el acto en el que ha destacado que este jardín conecta con dos ideas muy importantes para la ciudad. Por un lado, ha recordado que desde 1999 Zaragoza está declarada por la UNESCO «Sitio emblemático de la Cultura de la Paz», aunque ha lamentado que desde entonces no se han hecho muchas cosas al respecto.

Por otro lado, este jardín «está pegado» al Palacio de La Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, que «representa la democracia y las ideas ligadas a la paz».

Ha elogiado que este espacio se ha construido en «tiempo récord y de forma extraordinariamente inteligente» para mostrar su «orgullo» por ser una de las seis ciudades del mundo que cuenta con un Jardín de la Paz. «Estamos encantados de ser inspiración para otras ciudades que apuestan por este proyecto cargado del simbolismo de la paz».

Azcón también se ha referido al Bosque de los Zaragozanos, que tiene la previsión de plantar más de 700.000 árboles del que ha destacado que es un proyectos que aúna sostenibilidad, implicación de la sociedad y colaboración público-privada.