La fundación AAP España está rehabilitando en sus instalaciones en Villena (Alicante) a nueve leones que han llegado desde Ucrania a raíz del inicio de la guerra con el objetivo de que puedan recuperar la tranquilidad tras vivir «una situación de estrés increíble».
Primadomus ha vivido dos fases de recepción de animales. La primera se desarrolló al inicio de la guerra en Ucrania con la recepción de varios leones en el mes de marzo procedentes de centros donde estos animales ya estaban establecidos, y en los que, debido a la invasión, había «una falta de seguridad, de alimentos y sobre todo de manutención».
El responsable del Área de Grandes Felinos de AAP España, Pablo Delgado, ha explicado, en declaraciones a Europa Press Televisión, que, ante esta situación, los cuidadores de estos centros de animales rescatados «no podían cuidarlos durante más tiempo».
Delgado ha relatado que, en un primer momento, acogieron a seis leones y tuvieron que actuar de una forma «muy precipitada», debido al inicio de la guerra. Sin embargo, posteriormente, sí que han podido gestionar con un poco más de tiempo, junto con otras organizaciones en Ucrania, el traslado de otros animales que también necesitaban ser evacuados. «Los bombardeos estaban afectando a las zonas donde se encontraban los animales», ha señalado.
Desde esta organización han recordado que la mayoría de estos grandes felinos provenían de una tenencia privada, algo que todavía se da en Europa por un falta de una legislación «más estricta»: «Algunos de estos animales los tenían como reclamo turístico en centros comerciales o para explotarlos, por ejemplo, haciéndose fotos con crías de leones».
Larga recuperación
En el proceso de rehabilitación de estos animales, uno de los pasos principales es el obtener mayor información sobre la procedencia de estos animales. «Tenemos que pensar que son animales que vienen de centros en los que seguramente no hayan tenido el cuidado necesario», ha detallado Delgado.
Después del largo traslado de estos animales, que tienen que venir desde Ucrania hasta este centro alicantino, los cuidadores de AAP les dan a los felinos «el tiempo suficiente» para que «se tranquilicen y lleguen a entender que han llegado a un lugar donde vamos a cuidar de ellos».
Por lo que durante los primeros meses se centran en su rehabilitación médica para ver si los animales están relativamente sanos, así como ponerlos al día en el tema de vacunas, y recabar información acerca de cuáles son los mayores retos que van a tener con esos animales puesto que «algunos de ellos han sufrido los bombardeos de la guerra en sus propias carnes», ha comentado el responsable de este área del centro Primadomus.
«Estos animales vienen con un estrés increíble», ha incidido Delgado, quien se ha referido al caso de uno de los últimos leones que llegó a estas instalaciones, un macho con el nombre de Pretzel al que recibieron con un estado «bastante complicado» debido al estrés que había sufrido puesto que las instalaciones donde se encontraba estaban siendo bombardeadas.
Pretzel llegó al centro Primadomus en Villena con un estrés postraumático que ha hecho que les haya costado «más de los normal» si rehabilitación. «Tal era su estado mental que le tomó bastante tiempo el poder salir a las instalaciones exteriores porque, básicamente, no confiaba, no se fiaba de lo que podía haber un poquito más allá», ha precisado Delgado.
"lo importante es tener paciencia"
El responsable de esta área ha comentado que lo más importante en la labor de los cuidadores es tener «paciencia» con el animal y dejar que sea el propio felino el que vaya marcando el ritmo de rehabilitación puesto que se trata de un proceso «lento» porque «algunos animales han sufrido unas condiciones de cautiverio terribles».
Tras esta situación traumática, los cuidadores necesitan que el animal recobre la tranquilidad y que «se dé cuenta de que todo eso ha quedado atrás y que ya por fin puede descansar». «Normalmente lo que se ve siempre es la parte final del proceso cuando el animal ya está totalmente rehabilitado y está disfrutando de su nueva vida pero suele ser un proceso bastante duro».
Además, en muchos casos, los animales llegan «con numerosos problemas y con un exceso de agresividad» debido a la vida que han tenido con anterioridad. «Es un proceso muy largo en el que tenemos que saber muy bien lo que estamos haciendo, tenemos un equipo muy profesional que es especialista en rehabilitar grandes felinos y sobre todo tener paciencia», ha destacado.
La fundación AAP Primadomus trabaja desde hace 50 años en el rescate de animales salvajes, sobre todo primates y grandes felinos, para que puedan ser rehabilitados y conseguir que, especies más sociales, «puedan tener una dinámica más normal», e incluso reubicar esos animales en otro centro para así lograr conseguir hacer más espacio a animales que «realmente necesitan ser rescatados en nuestras instalaciones».
Actualmente, más de un centenar de animales están acogidos en el centro de AAP con una extensión de unos 400 metros cuadrados en el enclave natural de la Sierra de Salinas en Villena para intentar darles a los animales «las mejores instalaciones posibles».
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