Dinero y sustancias intervenidas al vehículo interceptado en Centro Norte por los agentes. | POLICÍA MUNICIPAL DE MADRID

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La Policía Municipal de Madrid ha detenido a un repartidor de cocaína a domicilio, así como a los dos ocupantes de un vehículo en el que viajaban con varias cantidades de cocaína rosa o 'tusi', éxtasis y marihuana para su venta al menudeo, además de llevar consigo gran cantidad de dinero fraccionado.

Según han informado a Europa Press fuentes de la investigación, la primera de las detenciones se produjo el pasado domingo 19 de febrero hacia las 20.30 horas, cuando los agentes del distrito de Tetuán dieron el alto a una moto de alquiler en la Plaza de Lima y comprobaron que el piloto carecía de la documentación pertinente, más allá de una foto de su pasaporte.

Asimismo, aseguraba que se dirigía a la vivienda de un amigo, pero era incapaz de concretar el lugar, según las mismas fuentes. Mientras lo interrogaban los agentes, su teléfono móvil no dejaba de sonar, pero pese a las invitaciones de los policías para que respondiera a las llamadas, esta persona, un hombre de 26 años, se negaba a hacerlo.

Finalmente, los agentes procedieron a registrar sus pertenencias y le encontraron 120 euros en billetes pequeños y cinco envoltorios con una sustancia blanca que parecía ser cocaína. Tras la incautación de esta sustancia, los agentes permitieron su marcha, aunque un vehículo no rotulado de la Policía Municipal con agentes de paisano lo siguió hasta el distrito de Puente de Vallecas, donde entró y salió rápidamente de una casa en la que previsiblemente se reabasteció de mercancía, y se puso en camino hacia Sanchinarro, en el norte de la ciudad.

Allí, los agentes que lo seguían observaron cómo tras hacer una llamada, otro hombre salió al portal de un edificio y realizó algún tipo de transacción con el repartidor, por lo que ambos recibieron el alto de la autoridad.

La otra persona reconoció que había llamado a un servicio de reparto clandestino conocido en el argot como 'tele pollo' --por el nombre de 'pollo' que reciben las pequeñas dosis de cocaína-- para «montarse una fiesta» aprovechando que estaba «sólo en casa».

Asimismo, aseguró que había comprado un gramo de esta sustancia estupefaciente por 60 euros. Tras ser registrado de nuevo el repartidor, los agentes comprobaron que llevaba 180 euros encima --los 120 iniciales más los 60 euros recibidos por el intercambio--.

Por todo ello, el joven repartidor fue detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública y se formuló la correspondiente denuncia al cliente por la adquisición y tenencia de esta sustancia.

Dos detenidos en un vehículo

Tres días después, el miércoles 22, una patrulla de la comisaría Centro-Norte detectaron un vehículo que circulaba sin luces --rondaban las 21.30 horas--, con la matrícula muy desgastada y con las lunas tintadas por la calle Valencia. Tras seguirle durante unos metros y comprobar su matrícula, los agentes decidieron darle el alto en el Paseo de las Acacias.

Los ocupantes se mostraron «muy nerviosos», según las mismas fuentes, y reaccionaron de forma vehemente cuando se les preguntó si había alguien más en el vehículo. En ese momento, los policías apuntaron con sus linternas hacia la parte de atrás y comprobaron la existencia de una bolsa que contenía siete bolsitas transparentes de lo que aparentemente parecía cocaína rosa o 'tusi' y otra con un polvo blanco que podría ser cocaína convencional.

Además, en el cacheo posterior, a uno de los ocupantes se le encontró un envoltorio de papel que contenía marihuana. En el registro del vehículo se hallaron 1.850 euros en billetes fraccionados, algo habitual cuando se practica la venta de droga al menudeo, recuerdan las mismas fuentes, y se apreció que varias de las piezas de plástico de la carrocería se encontraban «muy sueltas», como si hubieran sido desmontadas con frecuencia para ocultar algo en su interior.

No obstante, la unidad canina personada en el lugar inspeccionó el vehículo con perros y descartó que hubiera nada en su interior. El automóvil fue retirado por los agentes, mientras sus dos ocupantes --uno de ellos no residía en España y se encontraba en el país como turista--, de 30 y 32 años, fueron detenidos como autores de un presunto delito contra la salud pública.