La artista serbia Marina Abramovic ha creado y es la principal protagonista del montaje que combina ópera, vídeo, performance y música en vivo '7 deaths of Maria Callas', que se podrá ver en tres funciones en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y donde refleja su «fascinación» por la cantante.
En rueda de prensa este lunes, ha remarcado que con este montaje ha querido hacer una «cosa diferente y dar una nueva visión sobre la ópera», y ha subrayado que su conexión con Maria Callas le viene desde la adolescencia cuando la escuchó por primera vez en la radio en la cocina de su madre.
En '7 deaths of Maria Callas', Abramovic no abandona prácticamente el escenario en la hora y media de la pieza, pero en la primera parte cantantes como Gilda Fiume, Vanessa Goikoetxea, Benedetta Torre, Antonia Ahyoung Kim, Rinat Sharam, Leonor Bonilla y Marta Mathéu interpretarán las arias que mejor cantó la soprano, y se reproduce una pieza de vídeo en que Abramovic se enfrenta a la muerte junto al actor Willem Dafoe.
En la segunda parte, Abramovic se funde con la soprano recreando el día de su muerte en un apartamento de París en 1977, que acaba con música del compositor Marko Nikodijevic, y en la parte final, del tránsito de la vida a la muerte, sonará una grabación de Callas de la ópera 'Norma'.
Ha afirmado que un proyecto sobre Maria Callas lleva rondando en su cabeza desde los años 80 cuando ideó que siete grandes directores la dirigieran, pero se dio cuenta de que no podía ser, pero como «no abandona nunca una idea» en 2017 recuperó la idea sobre las siete muertes de Maria Callas que ahora se verán del 9 al 11 de marzo en Barcelona.
"fortaleza y fragilidad"
Ha remarcado que de la soprano le fascina la mezcla de «fortaleza terrible y fragilidad», una dicotomía que también observa en ella misma, y el hecho de que muriera con el corazón roto por el desamor, una circunstancia que ella ha dicho que casi vivió.
Ha remarcado que le encanta el tema de la muerte en la ópera, «el 90% de las mujeres mueren, sobre todo por amor», y quería que en las diferentes arias que mejor cantaba Maria Callas muriera solo por amor.
Abramovic se ha reivindicado como artista performática y ha subrayado que ha sido «difícil» incluir teatro, performance, música y vídeo: ha explicado que ella está en una cama la mayor parte de la pieza y que en cada intermezzo hay proyecciones que presentan la escena.
«Para los amantes de la ópera soy una intrusa, soy la persona que creen que quiere romper con toda la tradición, pero asumo este papel con orgullo», ha subrayado, añadiendo que sus obras se dirigen a un público joven.
Abramovic ha admitido que siempre había estado en contra del teatro o la ópera al considerar que «no era real» en comparación con la performance, pero que después de trabajar con Defoe le enseñó que se puede entrar en un papel para representar todas las muertes.
La artista ha subrayado que en un principio estaba muy interesada por la parte física y que la forma de arte más transformadora son las performances de larga duración, porque «no se puede actuar, no se puede fingir, uno se transforma en algo vulnerable y se produce una conexión con el público».
El director artístico del Liceu, Víctor Garcia de Gomar, ha subrayado que es una pieza que es un recital lírico, una videocreación y una ópera rompiendo los límites, y ha subrayado que ya se han vendido el 95% de las entradas para las tres funciones.
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