La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Aragón ha hecho un llamamiento a las autoridades competentes para que pongan en marcha un Plan Integral que se adelante «a la grave situación de pérdidas que va a vivir el campo aragonés», debido a la falta de agua este año, derivada de las altas temperaturas, las casi nulas precipitaciones y la escasez de agua embalsada.
Los cultivos de secano --trigo, cebada y avena--, que ocupan más de 700.000 hectáreas en la comunidad autónoma, y que necesitan la lluvia para desarrollarse, están agonizando en todo el territorio. La mayor incidencia se da en las márgenes derecha e izquierda del Ebro, en la provincia de Zaragoza, la Comarca de Belchite y el Bajo Aragón, zonas en las que se da por perdido el 50 por ciento de la cosecha de cereal de invierno, según han indicado desde UPA Aragón en una nota de prensa.
Asimismo, han alertado que en el resto de la comunidad autónoma ya se están visibilizando los efectos negativos de la falta de lluvia, «aunque en mejor situación, pero bajo la presión del estrés hídrico por la falta de lluvias y las altas temperaturas». Para conocer la afectación real deberán pasar todavía unas semanas, siendo claves los próximos 7- 10 días, periodo en el que si no hay precipitaciones se podría estar hablando de una «situación catastrófica y una de las campañas más difíciles que se recuerden».
En concreto, desde UPA Aragón han detallado que en aquellas zonas más tardías o frescas en las que el cereal aún aguanta, la situación será «irreversible» si la lluvia no llega en las próximas jornadas. Por su parte, los cultivos leñosos en secano --olivar, frutos secos, viñedo-- que habitualmente resisten mejor a la sequía ya están muy afectados, arrastrando varios años de bajas precipitaciones y de intenso calor.
En algunas zonas peligra la supervivencia de los árboles, especialmente los más jóvenes y aquellos que no pueden tener riegos de apoyo. Por ejemplo, en el caso del olivar acaba de iniciarse una de sus etapas claves de cara a la próxima campaña, como es la floración que, además, se ha adelantado un par de semanas debido a las altas temperaturas.
Cultivos de regadío
Los cultivos de regadío --hortalizas, maíz, oleaginosas, frutales-- dependen casi al cien por cien del agua embalsada, que también está en una situación de incertidumbre, ya que el agua acumulada en las presas es un 12 por ciento menor que en años anteriores, lo que está haciendo que los sistemas de riego trasladen ya restricciones que derivarán, previsiblemente, en pérdidas cuantiosas para los agricultores por menores producciones y calidades más bajas.
En la ganadería, especialmente extensiva y semiextensiva, es ya seguro que no habrá suficiente pasto disponible y que las pérdidas para los ganaderos serán millonarias, ya que se verán obligados a adquirir más piensos, lo que incrementará sus gastos debido a los altos precios que registran, además de tener que recurrir en los casos más extremos a llevar cisternas a sus animales para que puedan beber.
Igualmente, el sector ha manifestado su preocupación por las olas de incendios que ya han empezado a afectar a zonas de pastoreo del ganado. Estos incendios han sido muy tempranos comparados con otros años, y si la climatología continúa así, este verano se puede llegar a vivir una situación dantesca donde el ganado sea un afectado de primer orden.
La escasez de agua que ahora se señala se suma a la de los últimos años, en los que se han sucedido sequías y récords por altas temperaturas. Desde UPA Aragón ha planteado: "¿Qué más tiene que pasar para que se tomen medidas reales, a todos los niveles, especialmente a nivel mundial, para hacer frente a este gravísimo fenómeno?.
En esta línea, desde la Unión de Pequeños Agricultores han confirmado que asistirán a la reunión convocada por el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, presidida por el consejero Joaquín Olona, para trasladarle sus peticiones.
Así, en el encuentro reclamarán un plan de apoyo urgente para ayudar a los agricultores y ganaderos más afectados por la sequía; más inversión en modernización de regadíos para utilizar tecnologías que aprovechen cada gota de agua para producir alimentos; protección y valorización de los regadíos como una técnica de producción sostenible y necesaria para la alimentación de toda la sociedad; más apoyo a los seguros agrarios para que sean accesibles a todos los agricultores y ganaderos; y medidas fiscales, como créditos blandos, para inyectar liquidez a las explotaciones de las zonas afectadas y ayudas directas para los sectores más vulnerables a la sequía.
Datos hidrológicos de aragón
El total de agua embalsada en Aragón a fecha del 10 de abril era de 4.479 hectómetros cúbicos, lo que supone un 56,25 por ciento del total de la capacidad de los embalses aragoneses. Al comparar estos datos con los del mismo periodo temporal en 2022, cuando los embalses rozaban el 66 por ciento de su capacidad, se registra un casi un 12 por ciento menos de agua embalsada disponible para afrontar la próxima campaña de riego.
La provincia de Huesca es la más afectada por la falta de reserva hídrica en sus pantanos, que no llegan al 51 por ciento de su capacidad; en Teruel, los pantanos alcanzan el 51,20 por ciento de agua embalsada, siendo la zona del Jiloca la que más preocupa, donde no llueve, pero por la noche las temperaturas bajan a cinco grados bajo cero, lo que dificulta la maduración del fruto.
En el caso de la provincia de Zaragoza, el embalse de referencia, el de Yesa, se encuentra al 60 por ciento de su capacidad, 20 puntos porcentuales menos que en 2022.
Desde UPA Aragón han aseverado que este año 2023 ya se ha calificado como uno de los más secos desde su comienzo, según lo datos publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) que apuntan que marzo ha sido el segundo más cálido y con menos lluvias de todo el siglo XXI, especialmente en Aragón y Cataluña, y el tercero más cálido desde que comenzaron los registros, en 1961.
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