Cabecera de la manifestación en Zaragoza. | Europa Press

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Centenares de personas han participado este domingo en la manifestación convocada por la Plataforma 13 de marzo, que ha recorrido las calles de la capital aragonesa para defender un modelo energético en la comunidad autónoma que avance hacia las renovables, «pero no con macroproyectos y especulación».

Además de la Plataforma 13 de marzo, integran la marcha Plataforma a favor de los paisajes de Teruel, representantes de las zonas de Movera, Ribera Alta, Cinco Villas, el Moncayo, Huerta de Zaragoza, Monegros, La Fueva, Ribagorza y Sabiñánigo. El lema que ha centrado la protesta es: 'Aragón sí, pero no así. Renovables sin especulación'.

«Gobierno, aprende, los pueblos no se venden», «Aquí están, estos son, los que aman Aragón» o «Queremos las placas en la plaza de España», ha sido algunas de las reivindicaciones de los asistentes durante su marcha, que ha partido a las 12.00 horas desde el paseo Sagasta. También se han sumado miembros de formaciones políticas como CHA, Podemos, Teruel Existe o IU.

En declaraciones a los medios de comunicación, el portavoz de la Plataforma 13 de marzo, Javier Oquendo, ha explicado que el nombre de la plataforma deriva de una manifestación convocada en esa fecha, hace un año, a causa del «aluvión de proyectos eólicos y fotovoltaicos».

«Un año después las cosas están todavía peor», ha lamentado, indicando que los proyectos avanzan, incluso muchos de ellos cuentan con la Declaración de Impacto Ambiental, «aunque eso no quiere decir que se vayan a llevar a cabo», y han surgido en torno a un 30 o 40 por ciento nuevos.

Por ello, ha apuntado Oquendo, «volvemos a manifestarnos y defender que en Aragón queremos un cambio hacia las renovables, pero no con este modelo de macroproyectos y especulación, sino que realmente sea de forma distribuida, con autoconsumo, comunidades energéticas y espacios degradados».

«No dejemos en manos de las cinco o seis grandes empresas el sector energético», ha pedido, alertando de que eso condiciona los precios y condiciones a los consumidores.

Acerca del hecho de que Aragón esté centralizando un buen número de este tipo de proyectos, Oquendo ha manifestado que se debe, fundamentalmente, al aire, la despoblación y el bajo precio de las hectáreas de terreno.

Afecciones

Entre las principales afecciones, Javier Oquendo ha señalado que su variedad en función del territorio, aunque en su mayoría afectan a la biodiversidad y las actividades tradicionales, porque «instalar algo industrial en un entorno natural cambia sus condiciones».

En este sentido, ha alertado de la reducción de la actividad agrícola por la presencia de placas solares o del desplazamiento del pasto de las vacas, que no podría realizarse en un entorno en el que haya molinos instalados en zonas pirenaicas, «porque sus aspas estarán llenas de hielo y los animales pueden fenecer».

«Hay gente en estas zonas que tendrá que emigrar por los cambios en su actividad tradicional», ha advertido. También se ha referido a consecuencias para el turismo de naturaleza, promovido en ciertas áreas de Teruel, Zaragoza y el Pirineo oscense, como es el caso de La Fueva, pero «evidentemente con todo lleno de placas negras y molinos no es atractivo como espacio».

Por otra parte, ha remarcado que los molinos «son auténticos trituradores de aves», citando el incremento de mortandad de estas en los últimos años por esta causa, algo que «se multiplicaría por dos o tres» si se implantan todos los molinos previstos.

Soluciones

Javier Oquendo ha comentado que el primer paso para evitar la situación que se está produciendo hubiese sido «ordenar el territorio, es decir, señalar dónde sí y dónde no», así como «apostar por la generación distribuida», porque una de las características de las renovables es la posibilidad de colocarlas en pequeñas instalaciones distribuidas a lo largo del territorio.

Ha criticado que hay proyectos en la Comarca de Cinco Villas o en Teruel que van a evacuar la energía en Cataluña, lo que supone cerca de 200 kilómetros de evacuación, con unas pérdidas del 30 por ciento, «que repercute económicamente en los consumidores, por lo que a las compañías les da igual».

«Esas pérdidas no son razonables», ha remarcado el portavoz de la Plataforma 13 de marzo, quien ha argumentado que si se produce cerca no hay pérdidas, por lo que la generación energética es «mucho menor», advirtiendo de la sobreproducción que ya se produce en la actualidad.

Ha apostado por un modelo de autogeneración, con predominio de pequeñas plantas, comunidades energéticas de pueblos que podrían producir para ellos y para otros más. De esta manera, ha añadido, «cambiamos la perspectiva y hacemos que los ciudadanos sean realmente los responsables de la energía y no al revés».