Según informa el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), la jueza ha dictado tres autos en los que acuerda el archivo del procedimiento para cada uno de los investigados. Los autos pueden ser recurridos en reforma y/o apelación.
Los hechos ocurrieron el 28 de julio de 2019 en una vivienda de Enguera (Valencia) propiedad de Vidal. La Guardia Civil inició la operación tras el fallecimiento del fotógrafo José Luis Abad durante la celebración de un ritual místico basado en la inhalación de los vapores del veneno de sapo bufo alvarius, según informó en su día el instituto armado.
Los agentes, tras una investigación desarrollada durante 11 meses, consideraron que se podía haber producido un delito de homicidio por imprudencia y otro contra la salud pública, supuestamente cometido por quienes organizaron y dirigieron el ritual.
Por estos hechos se arrestó a Nacho Vidal y a dos personas de su entorno, un familiar suyo y un empleado, de edades comprendidas entre los 37 y 50 años y de nacionalidad española.
En junio de 2020, Nacho Vidal quedó en libertad provisional tras comparecer en el juzgado y en marzo de 2021, el instructor dio por concluida la investigación sobre los hechos y dictó auto de incoación de procedimiento abreviado --procesamiento-- contra el actor de cine para adultos por un presunto delito de homicidio imprudente.
En septiembre de 2021, la Sección Tercera de la Audiencia de Valencia revocó la decisión e instó a practicar una pericial para averiguar más datos respecto a la sustancia DMT --la conocida como 'la molécula de dios'-- y su incidencia en el fallecimiento en el que se centra la causa.
Ahora, tras las conclusiones del informe forense, el juzgado ha archivado la causa para los tres investigados.
El pasado domingo, en una entrevista a Nacho Vidal en laSexta recogida por Europa Press, el actor reiteró que la muerte fue un accidente: «A mí se me murió una persona en mi casa y a mí nadie me ha preguntado cómo me sentí yo que se me murió en mis brazos. Pero a todo el mundo le ha importado que yo sea un asesino y haya matado a alguien».
Según explicó, el fotógrafo entró inicialmente en catarsis durante el ritual y después él le hizo respirar --«el viaje es así», comentó--, tras lo que «de repente» volvió a perder la respiración y él intentó reanimarlo sin éxito.
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