La propuesta del programa La Obra Invitada para este verano, que ha sido presentada este lunes, «trae el luminismo» de Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla, 1923) a la sala 19 del museo en el año en que se conmemora el centenario del fallecimiento del pintor, al que el Bellas Artes se une con «una obra destacada» de la producción de Sorolla, que fue pintada durante una de las primeras campañas que llevó a cabo en el País Vasco, han explicado desde el Museo.
'Bajo el toldo, Playa de Zarauz (1910)', es «una pintura clave» para entender las estancias del artista en tierras vascas, que muestra a la familia del pintor -su mujer Clotilde y sus hijos María, Elena y Joaquín- «elegantemente vestidos y a la sombra de uno de los característicos toldos de la playa de la localidad guipuzcoana».
Alrededor de 1900, Sorolla empezó a pintar las playas del norte, en aquella época frecuentadas por la familia real y la aristocracia. Ese «elegante veraneo» le permitió representar escenas «de refinado ocio» con un nuevo cromatismo «propio de la luz septentrional, tan diferente a la de las playas de su Valencia natal».
En 1909 expuso estas obras en Nueva York y, «animado por su éxito», en el verano de 1910 viajó con su familia a Zarautz, residencia veraniega de la reina Isabel II.
La pintura se expone, además, contextualizada con otro lienzo que representa una panorámica de la playa, y con cuatro dibujos preparatorios de las figuras. Además, una imagen de época de Sorolla pintando al aire libre «remite a la importancia de la fotografía en su pintura», cuyo origen se sitúa «en la estrecha relación» que mantuvo con su suegro, Antonio García, uno de los fotógrafos profesionales españoles «más prestigiosos del momento».
País vasco
En 1889, en su viaje de vuelta de Roma, donde se relacionó con la «numerosa colonia» de artistas vascos establecida en la capital italiana, Joaquín Sorolla conoció el País Vasco y, tras una parada en París, se estableció unos días en San Sebastián. A partir de entonces, y hasta 1910, de nuevo de camino hacia París, «hizo a menudo breves estancia vascas, que aprovechaba para tomar apuntes y pintar obras de pequeño formato».
Además, a partir de los veraneos de la reina Isabel II en Zarautz, las playas del norte se convirtieron en «lugar predilecto» de la familia real, la aristocracia y la alta burguesía, de modo que Sorolla, «junto con los nuevos motivos pictóricos que le proporcionaba el entonces elegante veraneo», encontró en la localidad guipuzcoana "una nutrida clientela ansiosa por ver y adquirir sus obras. Desde entonces, el pintor regresó en numerosas ocasiones, casi siempre acompañado por su familia.
En verano de 1906 la familia se instaló en Biarritz y San Sebastián para que Sorolla tuviera la oportunidad de pintar playas y escenas de costa. En 1910 viajaron para «una nueva campaña pictórica» a Zarautz, donde retrató a su familia en la playa en una serie de obras «que ponen en evidencia su enorme calidad como retratista».
Sin embargo, a causa del mal tiempo, se vio obligado a pintar también «escenas de género, con interiores de tabernas con pescadores bebiendo», más cercanas a la pintura realista del siglo XVII.
En 1911 veraneó por primera vez en San Sebastián tras regresar de San Luis y Chicago, donde la Hispanic Society de Nueva York había organizado «con gran éxito» su segunda exposición itinerante. En 1912 pasó la primera quincena de julio en Biarritz pintando los retratos de Archer M. Huntington, fundador de la Hispanic Society of America de Nueva York, y de su esposa.
El resto del verano se instaló en San Sebastián, desde donde viajó para hacer los estudios de «tipos del Roncal» para el panel dedicado a Navarra de la Hispanic Society. Durante la primera quincena de septiembre de ese mismo año, desarrolló su trabajo también en Lekeitio (Bizkaia).
En septiembre de 1913 viajó nuevamente a San Sebastián para entrevistarse con el rey Alfonso XIII y en 1914 regresó allí con su familia para terminar el cuadro -Los bolos, Gipuzkoa- para la Hispanic Society.
En 1917 pasó el verano con su familia en Villa Sorolla, situada en la carretera del faro de San Sebastián, en las faldas del monte Igueldo. También se instaló allí el siguiente verano, «tomando apuntes y pintando escenas de playa y del entorno de la ciudad». En este periodo produjo una veintena de obras de pincelada suelta «con el rompeolas y el monte Ulia al fondo».
Los veranos de 1920 y 1921, ya muy enfermo, Sorolla fue trasladado por su familia a Villa Sorolla. El pintor falleció en 1923 en casa de su hija María, en Cercedilla (Madrid).
'Bajo el toldo, Playa de Zarauz (1910)', pertenece al Museo Sorolla de Madrid. La obra permanecerá en el Museo de Bellas Artes de Bilbao desde este lunes hasta el 15 de octubre, en una muestra patrocinada por Fundación Banco Santander, con la colaboración de Museo Sorolla y Fundación Museo Sorolla.
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