COAG denuncia que el olivar se ha quedado fuera de todas las ayudas por la sequía

«Este sector, por segundo año consecutivo, no obtiene la rentabilidad adecuada, ni mucho menos, acorde a la subida de costes», señalan desde COAG en un comunicado, al tiempo que apuntan que en el caso del secano, «la producción se encuentra prácticamente a cero», mientras que en el regadío, con 400 metros cúbicos por hectárea, «los bajos rendimientos no compensan la renta».

Señalan que el Ministerio de Agricultura «ha obviado totalmente al olivar» y «nos encontramos con que se publican varios decretos de sequía y en ninguno de ellos se ha tenido en cuenta al olivar, cuando es un cultivo con dos cosechas consecutivas con pérdidas de entre 60 y el 70 por ciento de producción respecto una cosecha media».

Asimismo, las medidas que ha aprobado la Junta de Andalucía también dejan fuera el olivar de una línea de ayudas específica. «El sector se enfrenta ahora a un segundo año consecutivo con una reducción de cosecha sin precedentes, y que no suple la subida de precios del aceite, ya que multiplicar cualquier precio por cero, sigue dando cero», señala la organización agraria.

A esto le añaden «la dramática situación que viven los agricultores regantes del Guadalquivir de otros cultivos, y que se han quedan fuera de las ayudas de sequía, mientras ven cómo sus explotaciones están al límite por la falta de lluvia, la reducción de las dotaciones de riego y los costes de producción».

En el caso de los cultivos anuales del Guadalquivir, «ni siquiera se ha sembrado gran parte de la superficie, sobre todo de hortícolas que requirieren mayores inversiones». En este punto, se inciden en que es «el quinto año consecutivo que sufren recorte de dotaciones y se encuentran igual de afectados que otros cultivos, que sí se han incluido en las ayudas».

Por otro lado, los cultivos industriales que se han sembrado «están sobreviviendo en secano, con unas temperaturas especialmente elevadas». La remolacha de esta zona ha reducido sus rendimientos hasta un 75 por ciento, las previsiones para girasol y algodón «no son mucho mejores», según COAG.

Añaden por último que la baja rentabilidad de las producciones que sufre esta zona, especialmente desde hace tres años «tiene seriamente comprometida la capacidad de invertir en un cultivo sustituto o directamente, en la próxima campaña».