Ha estado presidido por el jefe del Gobierno autonómico, el 'popular' Jorge Azcón, quien les ha entregado a cada uno de ellos una insignia con el escudo de Aragón, símbolo de ser consejero, así como el documento de su nombramiento.
El vicepresidente primero y consejero de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia es Alejandro Nolasco y la vicepresidenta segunda y consejera de Economía, Empleo e Industria, así como portavoz del Ejecutivo, Mar Vaquero.
Tomasa Hernández es la consejera de Presidencia, Interior y Cultura; Roberto Bermúdez de Castro, de Hacienda y Administración Pública; Octavio López, de Fomento, Vivienda, Movilidad y Logística; Ángel Samper, de Agricultura, Ganadería y Alimentación; Manuel Blasco, de Medio Ambiente y Turismo; Claudia Pérez, de Educación, Ciencia y Universidades; José Luis Bancalero, de Sanidad; y Carmen Susín, de Bienestar Social y Familia.
Todos ellos han jurado o prometido su cargo, tras lo que Azcón ha pronunciado un discurso y les ha dicho que asumen «la responsabilidad inmensa de gobernar», y a quienes les ha aconsejado aplicar las virtudes necesarias, según Baltasar Gracián, para regirse con acierto en el ejercicio de la política y en el desarrollo global de la vida: exigencia, inteligencia, discreción y prudencia.
El presidente autonómico ha añadido también que los proyectos salen adelante «con trabajo, trabajo y trabajo» y que su objetivo ha de ser mejorar la vida de los aragoneses, quienes «serán los que, en libertad y con completa legitimidad y razón, juzguen nuestra labor al frente del Gobierno».
«Queridos consejeros, solo existe un camino hacia el éxito: el trabajo» y «quienes lleváis tiempo a mi lado sabéis que lo digo y lo repito sin descanso, pero creo en ello y me lo he aplicado, con buenos resultados».
Estar a la altura
El presidente autonómico ha subrayado que si al trabajo se le añade la exigencia, la inteligencia, la discreción y la prudencia, «os aseguro que estaremos a la altura de lo que nos demandan los aragoneses y podremos ofrecerles los proyectos, las medidas y las oportunidades que necesitan para mejorar sus vidas».
«A ello venimos a dedicarnos y en ese objetivo vamos a volcar todas nuestras fuerzas y todo nuestro empeño porque no hay mayor honor que trabajar por los aragoneses y por defender Aragón por encima de todo», ha remarcado.
Azcón se ha detenido a desgranar las cuatro virtudes antes mencionadas, para animar a su equipo de gobierno a ser exigentes consigo mismos «antes que nada» para poder pedirlo después a los demás, así como a ponerse «metas elevadas» y aplicar con esfuerzo toda su capacidad y competencia para conseguirlas.
«Actuad con esfuerzo y con inteligencia, desde el análisis, la planificación, la valoración y el diálogo técnico y social necesario para adoptar las decisiones adecuadas», ha esgrimido.
Sobre la discreción y la prudencia, ha considerado «que nada hace descarrilar más proyectos buenos que el ego, la vanidad y la soberbia. Todo ello sólo produce ruido y distorsión; lleva a la irreflexión, la precipitación y la temeridad».
«No cometeremos esos errores», se ha comprometido Azcón, sino que ofrecerán a los aragoneses un gobierno «con objetivos ambiciosos, pero desde el juicio reflexivo, desde la toma de decisiones meditada, desde las garantías técnicas, legales y sociales y con una inquebrantable vocación de servicio público».
Esperanza y responsabilidad
El presidente ha indicado que éste es «un día especial, lleno de ilusiones, expectativas y esperanzas», pero también «el día de sentir el peso de la responsabilidad que debe guiar vuestros pasos en el ejercicio del nuevo desempeño».
A los miembros de su Gobierno les ha manifestado: «En este acto habéis suscrito el más ambicioso y elevado compromiso personal y colectivo que pueda existir: os habéis consagrado al servicio de vuestros conciudadanos para los próximos cuatro años», de manera que pasan a ostentar un cargo «de especial importancia y relevancia», para el que han de «sentir una responsabilidad esencial, para ejercer con criterio, sensatez y dedicación el poder que, desde la democracia, los aragoneses nos han consentido tener temporalmente para trabajar en su beneficio».
Ha agregado que este cargo les brinda la singular oportunidad, cada uno desde sus competencias, «para mejorar la vida de los aragoneses» porque «ese y no otro debe ser nuestro horizonte como gobierno: que cada medida y cada acción persiga un avance y un crecimiento social y económico, resuelva un problema» y pretenda «aumentar el bienestar de las familias y en ofrecer más oportunidades a las personas en un Aragón más libre, más justo y más solidario».
«Los aragoneses nos lo van a reclamar con toda lógica, porque para eso nos han situado aquí, y nosotros nos vamos a esforzar al máximo para intentar responder a sus demandas», ha constatado.
Rectificar
Azcón ha animado a los consejeros a que si se equivocan, «que es característica humana intrínseca», lo expliquen y rectifiquen debidamente, «pero lo que nunca sucederá es que dejemos de trabajar para intentar mejorar las cosas; como dicen los buenos entrenadores de fútbol, se puede fallar, pero nunca se pueden bajar los brazos».
El presidente autonómico ha hecho también balance de las últimas jornadas, tras ser elegido este jueves presidente de Aragón y tomar posesión este viernes, unos días «trepidantes» desde el punto de vista «de la política, el debate y los discursos», en unas fechas «inusuales».
«Hemos invertido muchas horas en algo fundamental e imprescindible, que es expresarnos, debatir, exponer ideas y programas» y por eso ha prometido un discurso breve, «porque el exceso no resulta bueno en nada, e incluso puede llegar a pervertir la mejor de la virtudes».
«Siguiendo a Gracián, hoy voy a ser breve; primero, porque tenía toda la razón: Si lo hacemos bien, si hacemos un buen discurso, será dos veces bueno; y si no tenemos el día bueno, que nadie está libre de ello, por lo menos tendremos el detalle con quienes nos escuchan de acortar el desacierto».
Y, en segundo lugar, porque en un Gobierno «las palabras son, sin lugar a dudas, importantísimas, pero lo verdaderamente determinante, son sus hechos» y «lo que digamos o dejemos de decir será, con toda seguridad, analizado y valorado y abrirá debates y controversias temporales», pero «lo que hagamos o dejemos de hacer será lo que realmente deje huella en nuestra sociedad».
«Será en nuestras acciones y medidas donde mejor podamos expresarnos» y «será por ellas, por su mayor o menor adecuación y éxito» por las que los aragoneses juzguen su labor.
Acto
El acto ha comenzado con la Marcha de los Reyes de Aragón, después, se han leído los decretos de nombramiento de los vicepresidentes y consejeros, quienes, a continuación, han jurado o prometido sus cargos. Tras el discurso de Azcón, se ha escuchado el Himno de Aragón y el nuevo Ejecutivo ha abandonado la Sala de la Corona.
Entre otras autoridades, han participado la presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández, y el delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán.
Aplausos, abrazos, emoción y sonrisas en una jornada en la que se ha celebrado también el primer Consejo de Gobierno de la legislatura de este Ejecutivo de coalición PP-VOX, donde se han producido los nombramientos de algunos directores generales.
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