Así lo ha avanzado este martes el consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, durante una visita para conocer los trabajos de mejora de la accesibilidad y renovación de la estación de Menéndez Pelayo, una de las que volverá a abrir sus puertas a los usuarios mañana con la apertura de la primera parte del tramo afectado por los trabajos en esta línea, la más antigua del suburbano madrileño.
Se trata de la segunda fase de las obras de renovación integral de la L1 de Metro, que conecta Valdecarros con Pinar de Chamartín. Durante este tiempo, la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) ha habilitado un servicio gratuito con hasta 58 autobuses que recorren desde el final de la línea hasta Atocha.
Rodrigo ha recordado que la reapertura del primer tramo se producirá «un mes antes de lo previsto» y también en el caso de este segundo, entre Nueva Numancia y Valdecarros, se llevará a cabo «antes de la fecha prevista».
El consejero ha alabado el trabajo «con diligencia» de las «más de 300 personas» que están participando en estos trabajos y ha agradecido la «paciencia» de los vecinos de las zonas afectadas ante unas molestias que ha recordado que son «necesarias» para poder mejorar los transportes e infraestructuras. Molestias que la Administración ha buscado «minimizar en todo lo posible», ha defendido.
Se trata de unas obras que afectan a 13 kilómetros de un trazado de más de 23,3 en la línea «más antigua de la red metropolitana», que funciona desde 1919 y que es «la segunda más utilizada por los madrileños», con 82 millones de viajes en el año 2022.
«RENOVACIÓN INTEGRAL»
Jorge Rodrigo también ha subrayado la «renovación integral» que mejorará el servicio y que introduce «innovaciones técnicas muy precisas», en un proceso de actualización que incluye «hasta la sustitución de las piedras y de las traviesas de madera que se colocan sobre la plataforma de la vía por una nueva plataforma de hormigón», así como la colocación de nuevos sistemas de sujeción y apoyo del carril y de dispositivos de alta tecnología que gestionan el cruce y la ramificación de las vías.
Además, se ha trabajado en el perfeccionamiento del sistema de drenaje, se ha operado sobre las instalaciones de la línea aérea y el sistema de señalización y se han realizado todas las labores de desamianto, ha señalado el consejero.
Con ello se conseguirá también, ha insistido Rodrigo, la reducción de los tiempos en el desplazamiento, rebajar ruidos y vibraciones molestas para los viajeros, optimizar las labores y los costes de mantenimiento, mantener «las máximas garantías de salud laboral» y reducir las incidencias en el servicio.
La segunda fase de las obras de renovación de la L1 de Metro arrancó en febrero y tendrá una tercera etapa que será nocturna y no afectará al funcionamiento de la misma. Tras los trabajos esperan que mejore tanto la velocidad como la comodidad de la ruta más antigua de la red.
Las obras buscan mejorar de manera integral el funcionamiento de la Línea, reduciendo los tiempos de recorrido de los trenes, introduciendo unas mayores prestaciones tecnológicas que incrementen la fiabilidad de las instalaciones y optimizando las labores y los costes de mantenimiento de la vía.
Tras esta primera fase, se prevé que en 2024 se acometan los trabajos de mejora de la Línea 1 en el tramo restante, comprendido entre Sol y Pinar de Chamartín.
MEJORA DE LA ACCESIBILIDAD EN MENÉNDEZ PELAYO
Jorge Rodrigo se ha referido también a los trabajos realizados en la estación de Menéndez Pelayo, ubicada en el distrito de Retiro y en el tramo de la L-1 que el miércoles recuperará el servicio, una parada que cuenta con un siglo de vida al que se ha hecho un guiño con la ubicación en el exterior de un tótem monolítico que recuerda a las primeras señales de Metro, antes de que se implantara el icónico logotipo del rombo con el que se asimila actualmente la empresa de transportes.
El consejero ha señalado que se trata de la tercera gran intervención en esta estación tras la ampliación de los andenes que se hizo en los años 60 y el cambio de las bóvedas y paredes en los años 2000.
Las obras que desarrolladas aquí han durado un año y contado con un presupuesto de 10,7 millones. En conjunto han servido para mejorar el sistema de impermeabilización y drenaje, implantando un sistema continuo de lamas de poliéster en las bóvedas.
También se ha construido un nuevo pozo de ventilación para albergar la instalación de ventilación forzada en los andenes de la estación y se ha renovado el recubrimiento de las paredes que se encontraban en mal estado.
En lo que se refiere a la accesibilidad, se han construido dos nuevos ascensores para facilitar la entrada a la estación, nuevos pasillos para los usuarios, un vestíbulo y una nueva conexión.
El consejero ha defendido la preocupación del Gobierno regional por la accesibilidad, aspecto sobre el cual van a hacer «un gran esfuerzo en esta legislatura». Para ello, se seguirá impulsando la construcción de ascensores para acceder a las estaciones y a los andenes de Metro, dentro del Plan de Accesibilidad e Inclusión de Metro de Madrid 2021-2028, del que han formado parte las obras de mejora de esta estación, y que contempla la instalación de más de 100 nuevos elevadores y la inversión de más de 300 millones de euros en un proyecto «muy ambicioso» para sentar durante el próximo lustro «las bases de un transporte humanizado y accesible».
En este sentido, el responsable de Transportes de la Comunidad de Madrid ha recordado que Metro de Madrid cuenta con más de 1.700 escaleras mecánicas y más de 550 ascensores, lo que lo sitúa como «el primer metropolitano de Europa y el tercero del mundo en lo que se refiere a medios accesibles».
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