En el encuentro, el grupo de trabajo sobre Producción Ecológica de Alimentos ligada al Territorio aragonés, liderado por Gardenier, ha expuesto las conclusiones del trabajo realizado, en los últimos tres años, por el Programa de Desarrollo Rural (PDR), ha informado ATADES.
Tras las conclusiones, la jornada ha contado con un primer panel a cargo del sociólogo, escritor y periodista especializado en nutrición, Miguel Ángel Almodóvar, en la que ha destacado el valor nutricional de las legumbres y desmentido «el injuste sambenito del engorde» de estos alimentos. Además, ha defendido su alto valor biológico cuando se mezclan con un cereal y «sus valores medioambientales y de sostenibilidad».
El siguiente panel ha estado protagonizado por el divulgador científico y director científico del Museo de las Ciencias de Valencia, Manuel Toharia, quien ha mantenido una conversación con el secretario de la Academia Aragonesa de Gastronomía y experto en gastronomía, Juan Barbacil, sobre cómo afecta el cambio climático a la zona pirenaica, a la agricultura en general y a la ecología en particular.
La jornada ha finalizado con una degustación de legumbres, en concreto de boliche amarillo, boliche negro, garbanzo y guijas elaboradas por los restaurantes Vidocq, de Formigal, y Lavedán, de Tramascastilla de Tena.
Viabilidad de la producción ecológica
También se han presentado los resultados del estudio de la viabilidad de la producción que incluye las características de los productos recuperados, así como el impacto económico en la rentabilidad agrícola de la explotación. De este modo, se han estudiado varios tipos de legumbres, a partir de recursos fitogenéticos locales o tradicionales, que por sus características se encuentran mejor adaptadas a las condiciones agroclimáticas de la zona y a los sistemas de cultivo con bajos insumos.
En este proyecto se han estudiado cuatro variedades de judía que son de tipo boliche, de reconocida calidad en la zona, con arraigo y con demanda potencial para su consumo como legumbre seca. Por otro lado, en la selección de las variedades de interés se ha buscado la máxima diversidad en función de su color, con el fin de atender la demanda del consumidor que busca diversificar la cesta de la compra.
Así, se han estudiado dos variedades de garbanzo procedentes de las localidades de Cucalón (Teruel) y Osia (Huesca) y la lenteja de Centenero, de la Hoya de Huesca, y todas ellas han mostrado una buena adaptación a las condiciones climáticas y de suelo de Ascara, en La Jacetania.
Además, se ha analizado también el melón de Torres de Berrellén (Zaragoza), conocido por su sabor intenso y su textura, que dejó de producirse a mediados del siglo XX y actualmente se está intentando recuperar como un cultivo de gran valor organoléptico y gran productividad.
Gardeniers, con Cielos de Ascara, ha promovido junto con sus socios, la Cooperativa Interprovincial Agrícola y Ganadera Santa Orosia, la Asociación para el Desarrollo Integral de la Cuna de Aragón (ADECUARA) y la Asociación para el Desarrollo de la Comarca Ribera Alta del Ebro (ADRAE).
Cuenta además con aliados como el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) del Gobierno de Aragón, la Universidad de Zaragoza, a través de la Escuela Politécnica Superior de Huesca, el Ayuntamiento de Jaca, las Comarcas Ribera Alta del Ebro y Jacetania y Arna apícola, y ha sido financiado por el Gobierno de Aragón y el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).
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