Según ha informado el Departamento vasco de Seguridad, la instalación estaba preparada para el desarrollo y crecimiento de las plantas de marihuana, principalmente «indoor» y contaba con elementos para la elaboración de una resina de hachís de alta concentración, conocida como Rosin.
En el operativo policial han sido decomisados algo más de 4 kilogramos de cogollos de marihuana y unas 250 plantas, junto con otras cantidades de la citada resina. Además, al arrestado se le imputa un delito de defraudación del fluido eléctrico al contar con un enganche ilegal a la red.
La intervención tuvo lugar en la tarde del pasado sábado tras haber sido detectado un fuerte olor a marihuana procedente del interior de un caserío por agentes de la Ertzaintza. Allí se encontraba el propietario, que fue identificado y, seguidamente, se pudo confirmar la existencia de numerosas plantas de marihuana en diversas fases de crecimiento, semilleros, ramas en un secadero, recipientes con cogollos, varios armarios provistos con elementos de iluminación, ventilación, etc., y productos para el cultivo. Ante tal hallazgo, se procedió a su detención como presunto autor de un delito contra la salud pública.
Posteriormente, se llevó a cabo una inspección más exhaustiva del inmueble, siendo hallado en una habitación de la casa un armario con alrededor de cincuenta plantas de marihuana. En una segunda dependencia había otros dos armarios similares con cerca de ochenta plantas y un tercero con un semillero de más de setenta plantas.
En otra habitación se descubrieron una treintena de botes de cristal conteniendo cogollos y una sustancia resinosa. Dentro de una nevera en la cocina, había más frascos con la citada resina y sobre una mesa botes con semillas. En una planta superior, utilizada de camarote, se encontraban otros dos armarios a modo de secadero con unas ochenta y cinco ramas colgadas.
Laboratorio de rosin
En un pabellón adyacente fueron hallados los útiles necesarios para la fabricación de Rosin, entre ellos, tres máquinas centrifugadoras, al parecer, usadas como medio para la transformación de las flores obtenidas de la plantación en resina de hachís de gran pureza y concentración, con alto valor en el mercado, superior a los 100 euros el gramo.
En un frigorífico y en un arcón de congelación fueron hallados moldes metálicos para la elaboración de las placas de hachís y cerca de una treintena de bolsas con cogollos de marihuana frescos. En otro pabellón había una huerta con una veintena de plantas y en una zona ajardinada más espacios dedicados a la siembra y un invernadero con más cultivos de la misma sustancia. Además, se constató la existencia de un enganche ilegal al sistema eléctrico que abastecía la plantación.
Por otro lado, las pesquisas policiales determinaron la implicación de un segundo individuo en el entramado, al que también se le han abierto diligencias como investigado. En una vivienda de éste, en Laudio, fueron aprehendidos más de cuatrocientos gramos entre marihuana y hachís, decenas de botes de cristal conteniendo dicha resina, tres balanzas de precisión y herramienta necesaria para la elaboración de Rosin, una garrafa con alcohol, cajas de fertilizantes, etc.
Este pasado lunes, una vez concluidas las correspondientes diligencias policiales, el arrestado fue presentado en el Juzgado de Amurrio, donde se decretó su libertad con la condición de presentarse en las dependencias judiciales los días 1 y 15 de cada mes. El investigado también fue citado para su comparecencia en sede judicial.
La Ertzaintza ha alertado de la peligrosidad del consumo de este tipo de resina para la salud por la alta concentración de THC,
superior al 60%.
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