Afectados por la suspensión de los trenes de alta velocidad entre València y Madrid han puesto a prueba su «paciencia» este viernes tras haber permanecido hasta «tres horas y media o cuatro parados» dentro de los vagones mientras esperaban «soluciones» a la avería que ha provocado la interrupción de todo el servicio de trenes de alta velocidad que enlazan la Comunitat Valenciana y Madrid.
Uno de los pasajeros que viajaba a bordo del tren de la compañía Ouigo que ha salido a las 07.30 horas de València con destino Madrid, Luis Crespo, ha explicado, en declaraciones a Europa Press, que los viajeros han estado «un par de horas» con el tren detenido en la vía, a unos 35 kilómetros de Cuenca, hasta que finalmente han abierto las puertas del convoy y les han permitido bajar.
Más tarde, según ha relatado, la compañía ha comenzado a enviar autobuses para trasladar a los pasajeros afectados --unos 400 solo en el citado tren-- hasta la estación de Cuenca. En el primer vehículo han subido personas mayores, dependientes o adultos que viajaban con menores de edad, ha detallado.
«Sin embargo, nosotros seguimos aquí», ha indicado Crespo, que no ha podido subirse a los primeros autobuses que han fletado, como «muchos otros» viajeros, y quien ha añadido que la solución que les han ofrecido desde la compañía es trasladarles en bus a Cuenca y de ahí hasta Madrid.
Otro de los pasajeros que viajaba a bordo del mismo tren, Víctor Gutiérrez, sí que ha podido ser trasladado hasta Cuenca en uno de los autobuses. «Nos han recogido con buses que a duras penas podían llegar hasta donde estábamos, pasando por fincas privadas y con hasta ganado suelto», ha relatado. Cuando por fin han llegado a Cuenca, la estación «estaba llena con viajeros afectados de otros trenes», ha señalado.
«Hemos salido de València a las 07.30 y a las 09.30 horas, cuando se suponía que teníamos que haber llegado a Madrid, ya llevábamos una hora parados antes de Cuenca», ha manifestado. En ese momento, ha indicado que personal de la compañía les ha trasladado «la poca información» de la que disponían, como «las posibles causas de la avería».
No obstante, ha querido poner en valor el trabajo del personal de la compañía, quienes «han hecho buenamente lo que han podido». «Nos han dado la comida y bebida que tenían en el bar», ha concretado, al tiempo que ha destacado que los viajeros «se han portado súper bien», no se ha producido «ningún altercado» y han tenido «muchísima paciencia». «Esperamos llegar pronto a Madrid», ha expresado.
Otra de las afectadas es Mónica Arnau, que viajaba de Madrid a València en un AVE, y ha lamentado que no le han ofrecido opciones alternativas para el trayecto: «La única que nos han dado es cambiar el billete para mañana, pero a partir de la una del mediodía».
BODAS, TRABAJOS Y COMPROMISOS
Asegura que en el tren, que se ha quedado parado en Cuenca y luego ha vuelto a la estación de Chamartín, se ha vivido «un caos». «La gente tenía compromisos; en mi vagón había unas chicas que tenían una boda y yo tendría que estar trabajando esta tarde en València», ha explicado.
Denuncia igualmente la situación en Chamartín: «Éramos como 5.000 personas atrapadas en la estación. No había buses, ni tampoco aviones y las webs de coches de alquiler estaban saturadas».
En el caso de la estación de Joaquín Sorolla, en València, centenares de pasajeros han permanecido sentados en el suelo de la estación, apoyados en las columnas y buscando enchufes en el vestíbulo para cargar sus móviles. Mientras, en los puestos de atención al cliente se han formado colas con madres tratando de calmar a sus bebés y viajeros buscando alternativas para completar sus viajes en otros medios de transporte.
De hecho, una de las pasajeras, Toñi Merino, que se trasladaba a Madrid, se ha mostrado «muy enfadada» y ha calificado de «vergüenza» esta situación. «A las 12.00 hemos cogido el tren en Castelló y nos han dejado subir sabiendo que la avería era pública desde las 11.00. Hemos llegado a València y nos han tenido esperando dos horas dentro del tren. Primero era un retraso, luego una avería y hasta que no han pasado cuatro horas no nos han dicho qué pasaba realmente», ha criticado.
En esta línea, ha lamentado que, de haber sido conocedores de lo que estaba ocurriendo, se hubieran organizado pero luego ha sido tarde porque «ya no quedaban plazas en autobús ni en coches». «No nos han ofrecido ni agua, ni comida, absolutamente nada. Nos han dejado tirados como perros, sin ninguna alternativa. Yo volvía de Oropesa porque es el cumpleaños de mi hija, pero no voy a poder llegar a Madrid».
La pasajera se ha preguntado si es que «Renfe no tiene recursos» para ponerles autobuses« y ha instado a que alguien »dé la cara, pero los responsables, no los pobres trabajadores que están aquí y no tienen culpa de nada".
«FALTA TOTAL DE CUALQUIER ALTERNATIVA»
Otras viajeras, como Daniela Riviera, viajaban «por motivos de trabajo». «Tengo que estar mañana como sea en San Sebastián», ha señalado la joven, que viajará esta noche junto a otra pasajera, ya que su marido está conduciendo hasta València ante «la falta total de cualquier alternativa» para volver a Madrid.
Jorge y Marta han visto como su tren ha sido cancelado «sin haber recibido ni un SMS ni un correo». «Nos hemos enterado cuando hemos llegado a la estación», han lamentado ambos, que han asegurado no tener «ninguna alternativa para volver hoy a León»: «Nos han dicho que nos devolverán el dinero, pero hoy tendremos que pasar la noche con unos familiares».
«Me han dado un billete nuevo para mañana, pero no sé si podré viajar», ha reconocido Eusebio Huerta. Su tren AVE debería haber salido a las 16.45 horas pero no podrá llegar hoy a Madrid, ni tampoco a Pamplona, su destino final.
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